Tras el genocidio, Gaza muta en cubil de víboras
Por Nònimo Lustre.
Ojalá me equivoque pero, tras el genocidio que actualmente avanza contra los gazatíes, en el año 2040 o antes, Gaza estará ocupada por los Colonos y, subsidiariamente, por los judíos ultraortodoxos -víboras ambos. Me malicio que tal es el maquiavélico y clandestino Proyecto de su cúpula rabínico-militar. Tel Aviv y sus coautores del genocidio (los Aliados: EEUU, Reino Unido y Unión Europea) podrán solazarse en su pútrida victoria gracias a que confían en los feroces settlers que, tan a la entera satisfacción de sus patrocinadores, vienen cumpliendo desde hace un lustro el papel que el criminal 7º de Caballería desempeñaba en las viejas películas ‘del Oeste’: in extremis, rescatar a los genocidas.
Una sugerencia: los colonos, mejor gastarían sus energías no en asesinar a palestinos -su principal actividad hasta la fecha- sino en atender a los casi 150.000 sobrevivientes, 60% mujeres, del Holocausto/Shoah. El más joven tiene 76 años y el 21% (31.000) tienen 90 o 100 años. Pese a la desaforada utilización de estos ancianos por parte de la propaganda sionista, uno de cada tres vive debajo del nivel de la pobreza.
Gaza
Sirviéndose de su inmunidad mediática, el sionismo subraya que la franja de Gaza estuvo habitada por ‘hebreos’ desde antes de 1929. Ok, aceptado. Pero ¿de cuántas aldeas judías estamos hablando? Porque grupos de judíos estuvieron dispersos por Oriente Próximo desde hace dos milenios -lo mismo que estuvieron hititas, egipcios, persas, británicos, turcomanos y quién sabe si también Xiong-nu (proto-Hunos) y chinos Han. Pero eran pequeños grupos hebreos que carecían de mentalidad imperialista hasta que la interiorizaron… por exigencias de los invasores colonos.
Desde 1948, 1970 y la Guerra de los Seis Días de 1967 -que arrebató a Egipto la soberanía sobre la Franja-, en la Gaza de 2005, había 21 cuarteles volantes de colonos, conocidos en los media occidentales con el anodino término de settlements. En un hipotético Gran Israel que nunca acaba de materializarse, desde la Naqba de 1948, habían robado a los palestinos absolutamente todo (incluida su vida) y seguían robando y matando porque las genocidas ‘autoridades’ les habían prometido regalarles tierras en una proporción 400 veces mayor que la tierra ‘concedida’ a los palestinos -y 20 veces más agua que a los gazatíes. Pero, en 2005, Israel evacuó Gaza y la presión de las continuas oleadas de forasteros invasores -unos de religión mosaica, algunos agnósticos-, fue observada con cierta -no mucha- preocupación desde Tel Aviv quien les ‘aconsejó’ que migraran a Cisjordania, orden militar que cumplieron como buenos reclutas -pero siempre con deseos de volver. Al mismo tiempo, entre 30.000 y 20.000 sionistas se fortificaban en los Altos del Golán robados a Siria. Y allí siguen.
En todos los casos, Israel seguía robando tierras palestinas merced a que la inicua Absentee Property Law (ley sobre la propiedad de los ausentes) les facultaba para apropiarse, sin papeleos ni fastidiosas indemnizaciones, de los activos inmobiliarios de los palestinos. Sospechamos que, antes de 2040, esa misma farsa jurídica se desempolvará para entregar el erial minado de Gaza a los colonos. Además, esa ley permitía a la propaganda sionista ‘demostrar’ que esas tierras estaban vacías por la desaparición de sus antiguos trabajadores -de hecho, esos ausentes habían sido bombardeados, detenidos, torturados y asesinados en las cárceles sionistas.
Como iremos viendo en estas notas, en estos días Israel (i.e., Israel y Aliados) están laminando Gaza para, cuando sólo sobrevivan unos pocos de miles de gazatíes a cual más inválido y para, cuando los colonos se harten de asesinar cisjordanos-palestinos y pasen a matarse entre ellos por un quítame allá esas pajas, entregarles lo que quede de Gaza. Si a los colonos añadimos que los otros candidatos al saqueo de Gaza son los ultraortodoxos, no cabe el optimismo.
Cisjordania/West Bank
Cisjordania no fue analizada en el poste anterior [Motín en el mayor corredor de la muerte, 30.X.2023; 5.100 palabras de las que 472 correspondían al parágrafo que desenmascaraba a los colonos], es la comarca controlada por el Tsahal (y, tan precaria como subalternamente, por la autoridad palestina que sesiona en Ramallah) donde, hoy por hoy, se concentran buena parte de los fortines y los patíbulos de los colonos. Aunque, para la omnipresente wikipedia, semejantes baluartes de los colonos no son acantonamientos sino ‘civilian communities’. En realidad, no son civiles sino militares y tampoco son comunidades sino pelotones y batallones regidos por oficiales y mandos del Tsahal.
La invasión de los colonos comenzó en 1967 a raíz de la victoria sionista en la Guerra de los Seis Días. Los laboristas presididos por Eshkol estaban en el Poder pergeñaron el Plan Allon consistente en anexionarse por la fuerza no sólo Cisjordania sino también el resto de los Territorios Ocupados, Jerusalén Este -perteneciente a Jordania-, Gush Etzion y el valle del río Jordán. En 1977, Ariel Sharon pronosticó que, en el año 2000, dos millones de judíos poseerían Cisjordania -en este año de 2023, todavía no se ha cumplido esa millonada de fieles sionistas pero casi casi.
En 2010, más de medio millón de colonos se enseñoreaban en el West Bank -incluyendo Jerusalén Este. Entre ellos, más de 300.000 vivían en 121 colonias autorizadas y 102 colonias no autorizadas. Otros 200.000 colonos okupaban (sic) Jerusalén Este.
Los colonos ensayaron entonces la táctica price tagging: señalaban al Tsahal unos objetivos relativamente lejanos y, cuando los policías y los soldados marchaban lejos -¿engañados?: no-, los colonos destrozaban de un sinfín de maneras las propiedades de los palestinos: desde asesinar a los hortelanos y pastores renuentes hasta talar sus olivos -no me explico el odio que tanto colonos como sionistas tienen a los olivos-, envenenar sus aguas, sus tierras y sus rebaños, asolar sus casas y un larguísimo etcétera.
En 1993, cuando tuvieron lugar unas negociaciones de Paz entre sionistas y palestinos, en Cisjordania y Jerusalén Este vivían sólo unos 100.000 colonos. 30 años después, hoy los colonos ascienden a casi un millón. Empiezan a notar que sus matanzas de palestinos no frenan la proverbial natalidad de sus odiados enemigos y, encima, que la tierra se acaba. Más de uno ya estará pensando en okupar Gaza.“Gasear a los árabes”: los colonos, imitan a los Nazis en su terminología e incluso en sus métodos de exterminio.
El soldado sionista apunta al niño: ¿disparará delante de su madre? No sería la primera vez que el Tsahal se abona al infanticidio.
Colonos armados contra pastorcillos. En este caso, la intriga se duplica: ¿el pistolero disparará contra el niño?, ¿disparará también contra las ovejas? De ambos casos hay cientos de evidencias -y de esquelas mortuorias
Jugándose la vida: un joven gazatí contra los blindados sionistas. Según el antiguo Testamento, David mató a Goliat con una honda. En Gaza, no existe la menor posibilidad de que este gazatí imite -aunque sea de lejos- el bello desenlace de la epopeya bíblica.
Para hacernos una idea del talante democrático de los colonos en Cisjordania, bástenos saber que fue en este país, sojuzgado hasta el asesinato indiscriminado -un centenar de palestinos fueron asesinados en la primera semana del presente genocidio-, edulcorado groseramente como guerra Israel/Palestina, la tortura, las gravísimas heridas incurables y el encarcelamiento, donde nació la fama de Baruch Goldstein de Hebrón, quien, en 1994, asesinó a 29 ‘musulmanes’ e hirió a 125, disparando a volea contra los fieles que rezaban en la Cueva de los Patriarcas -lugar santo para las tres religiones del Libro, sita en el sur de Cisjordania. Pues bien: Goldstein es el ídolo de los colonos. Y, peor todavía, resulta que los goldstenianos comulgan con su ideología, el kahanismo -por su gurú, Meir Kahane, rabino ultranacionalista/sionista asesinado en 1990, que proponía razzias a mansalva contra los funcionarios palestinos, arrasar la -para los mahométicos- sacra Cúpula de la Roca, implantar la Halajá como única ley del Gran Israel, expulsar a todos los árabes -no distinguen entre árabes, palestinos, cristianos, drusos, beduinos, falashas etíopes, etc.- y, por descontado, quemar todas las mezquitas e incluso las iglesias -cristianas, ortodoxas o romanas. Como curiosidad paradójica pero ilustrativa de la hipocresía sionista, reseñaremos que, en el Estado que más cruelmente implementa el Apartheid, circa 1988 renovó la Ley Electoral del Knéset (Parlamento) prohibiendo a los partidos que incitasen al racismo. Por ello, desde ese año, los activistas goldstenianos encuadrados en el partido Kach y en su gemelo, el partido Gush Emunim Underground (1979-1984) han trasladado a los colonos el cuidado de la Llama Eterna del Sionismo más racista e islamófobo.
Los judíos ultraortodoxos, quizá fueran los primeros en observar que Cisjordania se les estaba quedando pequeña puesto que la demanda de vivienda, crecía vertiginosamente. Algunos periodistas, informaron de que los dos mayores campamentos del West Bank eran hasídicos -pese a que, al principio, esta ‘secta’ carecía de pulsión nacionalista y pese a que estas variopintas seudo-ortodoxias se opusieron a okupar el West Bank. Casi un tercio de los colonos e israelíes que invaden Cisjordania son ultraortodoxos -dos tercios menores de 18 años-, asentados en más de ocho cuarteles/campamentos. El mayor es Modiin Ilit dominado por 65.000 ultras; seguido por Beitar Ilit (cerca de Belén), con 50.000 fanáticos. Los más mentados son los haredíes (= los temerosos de Yahvé), paradójicamente anti-sionistas que cuentan con privilegios como regirse por tribunales rabínicos propios. Huelga añadir que, aunque teológicamente tenían serios reparos a empuñar las armas al servicio del Gobierno, a la postre estos ultra-creyentes se han alistado contra Gaza y, de acabar yendo a la Franja, serán los más intolerantes -en este caso, léase, genocidas.
¿Quiénes son los actuales colonos?
Después de haber pasado varios días buceando en internet entre oscuros sites sobre demografía israelí, no hemos encontrado datos íntegros y documentados sobre la composición sociológico-religiosa y/o política del conjunto de los colonos. Sus acciones públicas les caracterizan claramente como ‘espontáneos’ y obsesivos asesinos de palestinos y de beduinos pero poco nos dejan saber sobre su procedencia geográfica y/o su formación o su ideología civil. Por ende, no nos queda otra salida que recurrir a datos parciales y, sobre todo, indirectos.
Guiándonos por las cifras manejadas por una fuente tan mentirosa como Tel Aviv, sólo podemos aventurar alguna alicorta extrapolación sobre la endeble base de que, entre los más de 200 rehenes en poder de Hamás desde su razzia del 07 octubre, 138 son forasteros. A saber: 15 argentinos; 12 alemanes; 12 gringos; 6 franceses y 6 rusos. Cabe colegir que algunos de ellos pudieran ser meros turistas-a-Tierra-Santa -no necesariamente cristianos- pero, con parecidas dudas, también pudiera ser que fueran kibbutzniks armados que hacían guardia en los kibbutzim que rodeaban a Gaza. Obviamente, no sería razonable abundar en tan fútil base documental.
Párrafo aparte merecen las letales atrocidades que Israel perpetra contra esos eternos olvidados que son los Beduinos -los indígenas más antiguos; para los etnógrafos del siglo XX, “dolicocéfalos de estatura alta, cutis blanco curtido, cabellos de un negro azabache, cara elíptica, nariz recta o convexa más o menos fina…es inteligente, serio, callado, orgulloso y celoso; para los extranjeros es poco leal y pedigüeño. Por el contrario, es hospitalario, hasta tal punto que defiende sus huéspedes aún a riesgo de su propia vida”.
Una de las (pen)últimas exacciones: cinco días después de la razzia de Hamás, los beduinos Abed Kaabneh y su familia fueron deportados de su pueblito Wadi al-Siq (180 habitantes, Cisjordania) por el Tsahal y por los colonos… “abandonaron su casa a pie, con su única camisa al hombro, su sombrero de lona y sus 1700 cabezas de ganado menor. A todos los beduinos les insultaron y agredieron, les exiliaron y les obligaron a pastorear sus cabras muy lejos, en las montañas” (sobre los Beduinos, cf. A. Pérez, “De la cabra asesina al neutrón clandestino: Los Beduinos del Neguev y el modelo de desarrollo israelí”, en Nación Árabe, nos. 16-17, pp. 37-44; Madrid, 1992)
América Latina
Aunque sólo fuera por su demografía, Palestina está muy presente en la vida latinoamericana. Por ejemplo, en Chile viven 500.000 palestinos -y su descendencia-; y, en Brasil, 70.000 -y sus descendientes. En cuanto a Cisjordania, hay registros de que 6.000 aprox, brasileños viven allá pero no sabemos su grado de obsesión expansionista -hacia Gaza, por ejemplo. Lo que sí intuimos sin necesidad de estadísticas es que, desde el 07 octubre, sus settlers comarcales se sienten plenamente justificados para seguir asesinando palestinos.
No obstante, nos es grato señalar que, tanto en Cisjordania como en Gaza, hay latinos que protestan contra el genocidio. Ejemplos: el brasileño Rabee denuncia que “ésta es una Guerra contra los niños”. Y la actriz mexicana Estefania Vega, trabaja en la defensa de los DDHH en Hebrón, Ramallah y Tawani junto a los palestinos del Freedom Theatre de Yenin. Es decir, desarrolla una labor de alto riesgo puesto que el Tsahal la vigila con el dedo en el gatillo -los soldados sionistas son extremadamente trigger-happy. Según Vega, un pelotón de nueve uniformados asaltó sin previo aviso sus oficinas, la amenazaron rudamente, la obligaron a entregarles sus cámaras y hasta destruyeron sus celulares. A sus insidiosas preguntas, Vega les contestó que eran ellos quienes no tenían derecho a estar en territorio palestino. A lo que su comandante la avisó: “Ya mismo vuelva a su país si no quiere que la devolvamos en trozos”.
– Fotografía de portada: Niños sionistas entrenándose para matar árabes, palestinos y hasta beduinos del desierto del Neguev.
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