Último berrido de la moda neo-imperialista hispana
Por Nònimo Lustre. LQSomos.
El publicista argentino Marcelo Gullo ha logrado trepar hasta la cúpula de la Brigada Acorazada Mediática (BAM) donde ha sido abrazado por sus correligionarios de la extrema derecha hispana. El señor Gullo (n. 1963) es profesor de la Escuela Superior de Guerra de Argentina –de quien dependía la infame ESMA, ayer antro de muertes, desapariciones y torturas y hoy, museo- e investigador del Instituto de Estudios Estratégicos de la Universidad Federal Fluminense en donde es posible que el séquito de Bolsonaro accediera a sus primeras letras.
En 2020, en una de sus recientes declaraciones, este arcaico peronista manifestó sin ambages su misoginia constitutiva: “El presidente del partido Principios y Valores de la provincia de Santa Fe, Marcelo Gullo, se pronunció en contra del proyecto de legalización del aborto: “En concordancia con los valores tradicionales que nos enseñaron Perón y Evita, nos oponemos rotundamente y repudiamos esta iniciativa, que no sólo está en flagrante contradicción con nuestro ideario humanista y cristiano, sino que además atenta contra el interés nacional, poniendo a nuestro país de rodillas frente a la oligarquía financiera internacional y sus cipayos operadores locales” (nuestras cursivas) Paleo-peronismo puro, fusionando la tradición -¿cuál?- con la Cruz y culminando con la abusiva demagogia del obligado remoquete contra la “oligarquía financiera internacional”, expresión que, en las prácticas de su pequeño mundo, hiede más a antisemitismo que a antiimperialismo.
La BAM llevaba varios meses preparando el lanzamiento de la opus major de Gullo (ver Marcelo Gullo Omodeo. 2021. Madre Patria. Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán; © Alfonso Guerra, por el prólogo; Planeta) Cuando se aproximó el otoño y el 12 de octubre, concluyó la campaña propagandística y Gullo subió a los cielos españoles. Madre Patria es una ramplona divulgación de esa caridad cristiana que, cacarean sus fanáticos, atribuyen a la Invasión contra las Yndias. Está plagada de embustes contra los hechos y redactada en el estilo pedestre que encandila a los fachas. Desde el punto de vista historiográfico, es un refrito de fuentes secundarias, terciarias y hasta cuaternarias absolutamente racistas y xenófobas. No hay ni una sola consulta a los archivos mayores o menores. Si se le preguntara al autonombrado americanista Gullo, es probable que respondiera -¿AGI?, ¿qué el AGI?
Uno de los primeros –y más olvidados- libros de Gullo fue La insubordinación fundante: Breve historia de la construcción del poder de las naciones, año 2008. Los montes parieron un ratón. Pero, aunque parezca increíble, fue reeditado en 2015 por una editorial gubernamental venezolana (ver, dentro de la colección Biblioteca Antiimperialista Oscar López Rivera de la Fundación Editorial El perro y la rana; ISBN 978-980-14-3135-0) En Venezuela, aquellos fueron tiempos chavistas de confusión e ignorancia donde, probablemente, los editores cayeron rendidos ante la palabra ‘insubordinación’ y no digamos ante la ‘construcción del poder’. Tiempos fugaces en los que un neofascista como el también argentino Norberto Ceresole (1943-2003) se convirtió durante unos meses en el chamán de Chávez.
El panfleto de moda
La bibliografía. Algunos comenzamos a ojear un libro por la bibliografía. En este caso, entre las docenas de referencias bibliográficas que Gullo dice haber consultado, hemos seleccionado cuatro: Busto Duthurburu, José Antonio del (un demagogo peruano que tuve la desgracia de conocer); Calvo-Sotelo Ibáñez-Martín, Leopoldo (príncipe de la genealogía franquista); Roca Barea, María Elvira, la majorette de la BAM que inauguró el actual ciclo de nacionalismo hiper-españolista con su libro de 2018 Imperiofobia y leyenda negra. Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio Español; e, inevitablemente, la salsa de todos estos indigestos guisos, Vargas Llosa, Mario.
Para la confección de las siguientes ‘fichas’, hemos utilizado la versión digitalizada –no queremos aumentar las ya adiposas faltriqueras de Gullo y de la editorial Planeta-. Por ello, no citamos números de páginas. Siguiendo el orden de aparición en sus páginas, hemos encontrado un joyel atiborrado con una bisutería fea, tosca y anciana de cinco siglos. Vamos con la primera bagatela:
“Resulta evidente que no existían en el continente americano factores endógenos suficientes que pudieran llevar con el paso del tiempo a la unidad cultural de los pueblos indígenas hasta conformar una ecúmene cultural medianamente homogénea. Además, los dos grandes centros de aglutinación política —el imperialismo incaico y el imperialismo azteca— habían llegado a los límites de su capacidad expansiva. Sin capacidad intrínseca para generar una unidad política, dispersos culturalmente y en un estado de conflicto casi permanente, los pueblos indígenas no estaban en condiciones de resistir a ningún nuevo invasor, proviniese este nuevamente de Asia o bien del continente europeo.” ¿En dónde ha leído Gullo…:
a) que todos los amerindios estuvieran ansiosos por unificarse cultural y políticamente?, ¿ha oído algo sobre la dialéctica entre las fuerzas centrífugas y las centrípetas? Evidentemente, no. Gullo es un cíclope que sólo ve la centralización –el precio no le importa.
b) ¿habían llegado los amerindios a “los límites de su capacidad expansiva”? Nadie lo puede dictaminar y menos que nadie los que, como Gullo, no han estudiado etnohistoria ni sistemas cultural-tecnológicos ni el medio ambiente de Ultramar -parece que jamás han escuchado términos elementales como, por ejemplo, ‘capacidad de carga’ de cualquier paisaje. Además, los datos etnohistóricos son claros: antes de la Invasión, ‘aztecas’ e ‘incas’ se expandían. Con permiso del antiguo Imperio del Centro, Tenochtítlan era la mayor ciudad del planeta y esa hipertrofia urbanística es una lacra pero no es sinónima de estancamiento –conocimos Yakarta cuando constaba de pocos millones de habitantes y ahora pasa de los 35 m. Cantón es viejísima pero a Guangzhou -20 m.- ni siquiera sabríamos situarla en un mapa mudo y eso que es la misma megalópolis.
Segunda nadería: “Los aztecas llevaron a cabo como política de estado la conquista de otros pueblos indígenas para poder tener seres humanos que sacrificar a sus dioses. Año tras año, los aztecas arrebataban los niños y las niñas a los pueblos que habían conquistado para asesinarlos después en sus templos.” Tremendismo propalado mil veces y mil veces creído al pie de la letra por los millones de psicópatas que ha creado Occidente. Sacrificios de humanos ante los dioses es un inveterada costumbre cuasi universal. Los Imperios en expansión lo llaman guerra –siempre Santa, irrespective de la religión que escojan para justificarla.
Tercera fruslería: “Hernán Cortés se preocupó también de introducir a su hijo en la Corte. Así, Martín Cortés Malintzin, el mestizo de rostro cobrizo y rasgos indígenas, se convirtió en amigo del futuro rey Felipe II, con quien jugaba por los pasillos del Palacio Real. Curiosamente, esta historia se ha mantenido siempre silenciada, quizá porque la idea de una España racista constituye uno de los pilares fundamentales de la leyenda negra.” Lástima que el uso del término ‘pasillos’ delata que Gullo es un realquilado urbanita que jamás ha vivido en un palacio. No intuye siquiera que en los alcázares reales hay garçonieres, hortus clausus con belladonas, garitos, extrema vigilancia en las cocinas y hasta mazmorras -pero no pasillos. Aun así, es enternecedor: un niño mestizo (no enano) jugando con el futuro rey del mundo. Y sin que le azotaran dicho sea para recordar que la educación de los niños royals, en todas las cortes, era una mezcla de tortura y de lujo. A la postre, ”introducir a su hijo en la Corte” es, simplemente, nepotismo.
Cuarta bicoca: Los moriscos se rebelaron y “en Granada, los lugares de culto católico fueron saqueados e incendiados, y cientos de frailes y sacerdotes murieron asesinados… Fue en esas circunstancias cuando el mestizo Martín Cortés decidió cumplir con sus votos y, bajo las órdenes de Juan de Austria, hermano de Felipe II, marchó a Granada para combatir la rebelión.” Cientos de clérigos asesinados ¿y las monjas, qué? Pero, ¿había tantos frailes en Granada?, ¿no estará Gullo transfiriendo al siglo XVI lo que durante años ha propalado de la II República española? Sea como fuere, al joven Cortés II le gusta la milicia y, después de la primera represión de los moriscos continúa alistado y guerrea en varias de las innumerables guerras que Madrid desata contra medio mundo.
Quinta minucia “un manto de olvido cubrió su historia y su nombre”… Pese a los méritos bélicos de Cortés Jr., Gullo no sabe si murió en 1569 o en Madrid en 1595. Enorme diferencia entre una y otra fecha; puede tratarse de una errata tipográfica pero también puede señalar que el (supuestamente) famosísimo Martín no fue tan respetado en la Corte madrileña –los 26 años de distancia entre una y otra fecha, significarían mucho error funerario y poco lustre social.
Como colofón a este caso de nepotismo cortesiano, Gullo proclama lo que considera un ingenioso hallazgo político colonial. Su lema clave será “para Martín Cortés Malintzin la patria era el Imperio.” –lo repetirá.
Sexta tontada: Gullo comenta la ‘Noche Triste’ de 1520 o “derrota sufrida por el insignificante puñado de soldados españoles dirigidos por Hernán Cortés y sus numerosísimos aliados indígenas tlaxcaltecas a manos del formidable y gigantesco ejército del imperialismo azteca Durante los festejos organizados por los aztecas para celebrar su victoria, fueron sacrificados y devorados en alegre festín los españoles y tlaxcaltecas capturados esa noche.” Rotundamente: no hay evidencias de que, en aquella gloriosa fecha, se celebrara semejante banquete caníbal. Es más, el canibalismo ‘azteca’ tampoco está absolutamente confirmado puesto que, de haber existido –hecho probable-, no constituía una costumbre general sino que estaba sujeto a infinidad de condicionamientos, reglas y ritos. Los cristianos levitan en la eucaristía, cuando el sacerdote ofrece a la plebe “bebed y comed de mi cuerpo”; al principio, los amerindios se lo tomaron al pie de la letra y, obvio, se espantaron y huyeron del canibalismo de los Invasores. Entonces, ¿cómo distinguir entre una figura retórica y un dato etno-histórico?
Séptima menudencia: “En la Real Universidad de México se estudiaban las lenguas indígenas para que no cayesen en el olvido. ¿En qué universidad de las Trece Colonias de América del Norte se estudió el idioma de los sioux, de los apaches o de los navajos?”. Antes o después tenía que asomar la comparación con la Invasión europea. Como militante peronista, Gullo carga las tintas en los EEUU, quizá lamentando que las 13 Colonias no se llamaran todavía ‘imperialismo yanqui’.
Las Independencias latinoamericanas
Gullo insiste en su lema clave pero ahora se envalentona hasta límites inauditos: “para las masas indígenas la patria era el Imperio” (ver supra) Muy chocante: los indígenas son imperialistas. ¿Por qué encasquetar un concepto moderno como es el de Patria a las variopintas sociedades amerindias? El espectro político de los pueblos precolombinos abarcaba desde estructuras complejas que hoy llamaríamos Estados hasta culturas sin jefaturas o incluso, sociedades contra el Estado (Clastres) ¿En qué lugar del espectro coloca Gullo a esas “masas”?, ¿dónde halla proto-Estados amerindios? Eso sería elevar las grandes cantidades de personas a una preeminencia que no traspasa los límites de la Demografía. En fin, como somos de natural benevolente, entenderemos que usar con tanto desparpajo el término “masas” es una licencia comercial.
Excusamos añadir que la creencia –cuasi religiosa- en que los amerindios eran intrínsecamente monárquicos, es pieza clave en la estrategia ultra-españolista. En consecuencia, Gullo escribe que “En Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, el pueblo más humilde y las masas indígenas, a pesar de la incapacidad, torpeza y malevolencia de Fernando VII, se mantuvieron fieles a la Corona… Los curas pobres estaban con los indios contra la independencia, y los curas ricos, con los blancos a favor de la independencia”. Tremebundas generalizaciones que, analizadas, vienen a decir que los pobres eran realistas y los ricos, patriotas. Dicho de otra forma, que las Independencias no fueron contra Madrid sino una guerra civil. Es lamentable que un proceso que duró décadas se reduzca a una conclusión tan esquemática. Por supuesto que hubo multitud de casos así y es obvio que los indígenas preferían tener al Amo a miles de kilómetros que al Amo en casa. Pero, tomados individualmente, ni ese rasgo ni ningún otro explica la emancipación de las Yndias.
No obstante, es llamativo que Gullo deslegitime las guerras patrióticas contra el imperialismo de Madrid mediante el fácil recurso a la cominería. Aunque, prudentemente, lo haga citando a otra estudiosa: “los indígenas que participaron en el movimiento insurgente lo hicieron mayoritariamente por motivos personales o comunales locales” (Gisela von Wobeser) Sólo cabría preguntar a Woseber cómo ha llegado a introducirse en la intimidad de los individuos y de las comunidades. Y olvidemos que ir a una guerra por “motivos personales” es señal de que es una guerra no obligatoria sino de libre militancia.
Los malvados indigenistas y los perversos catalanes
Estos párrafos y capítulos son tan coyunturales y tan tendenciosos que, sin duda, le han sido dictados a Gullo por el centralismo español de hic et nunc. La BAM puede presentarlo en sociedad como su gloriosa aportación a las actuales campañas fachas de “indigenismo es comunismo” y “España se rompe” -por los catalanes, obvio.
Capítulo El indigenismo como ideología de balcanización. Circa 1929, “la Internacional Comunista había dado la orden de luchar en Hispanoamérica por la creación de repúblicas indígenas totalmente independientes. La Internacional sostenía que la solución del problema de Bolivia pasaba por la creación de veinte repúblicas indígenas independientes y que la solución para el Perú consistía en partirse en tres repúblicas indígenas.” Es cierto que, en los años 1920’s, para conservar el colosal Imperio zarista, la URSS había optado por consagrar ‘constitucionalmente’ las autonomías con derecho a la segregación –por ello, Lenin encargó su consecución a un georgiano como Stalin y no a un cosmopolita hipercentralista como Trostky. Pero ese ogro de Internacional Comunista –la Tercera, o Komintern-, tuvo necesariamente que ser tan volátil como la geopolítica mundial de manera que adaptaba su política a las coyuntura de las luchas indígenas. En todo caso, balcanizar –término adorado por el facherío- algún país latinoamericano no duró mucho –que le pregunten al partido comunista boliviano por sus veleidades sobre la guerrilla del Ché.
Otra frase digna de ser analizada en las clases de Gramática: “España fue un Imperio y no un imperialismo”. No comment. Dicha está contra esos gringos que “se escandalizan de la crueldad española durante la conquista siendo así que debió ser mayor la de ellos, dado que en el sur existen setenta millones de indígenas y en el norte se han extinguido” (cita de Manuel Ugarte) Enésima comparación entre las virtudes españolas y los vicios anglosajones que, en esta cita, se decanta por el menor rigor –y por la mentira porque en los actuales USA subsisten millones de ‘pieles rojas’.
Una genuflexión ante Madrid y ante la industria cultural catalana. Capítulo: “El separatismo catalán y el indigenismo fundamentalista son hermanos gemelos. “El nacionalismo catalán ataca la verdadera identidad de Cataluña, y el fundamentalismo indigenista hace lo propio con la verdadera identidad de Hispanoamérica. En el relato imaginario inventado por el nacionalismo catalán, el ‘sitio de Barcelona’ de 1714 es el equivalente al ‘sitio de Tenochtitlan’ de 1521. De ahí la solidaridad de los separatistas catalanes con los indigenistas fundamentalistas hispanoamericanos.”. ¡¡Catalunya y Abya Yala unidos jamás serán vencidos!!, nunca lo he escuchado, quizá porque mi oído no es tan fino como el de los centralistas. Tampoco he escuchado nunca que los independentistas catalanes encuentren similitudes entre Tenochtitlan y Barcelona. Pero, ¿qué más da? Calumnia calumnia que algo queda. Eso sí, nunca había leído que un publicista argentino perorara con tanto brío sobre las identidades amerindia o catalana. Lo entiendo, la identidad es un tema en el que los fachas son expertos a condición de que no sea una identidad de pobretones sino española.
Y un remate de traca: “el ‘fundamentalismo mapuche’ ya desarrolla una política de expulsión de la población étnicamente no mapuche de la Patagonia argentina. En esa política de hostigamiento debemos incluir los incendios organizados por Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), que están arrasando no solo los bosques, sino las casas de miles de argentinos en la Patagonia, así como los constantes actos de violencia sobre esta población, que están haciendo que numerosos pobladores argentinos abandonen la región argentina. En este punto conviene repetir que la sede de la RAM se encuentra en la ciudad de Bristol (Gran Bretaña)”. Todo este párrafo, desde los hechos hasta las siglas, es falso. ¿Hay fundamentalistas mapuche? Pues claro que los hay, en el Ande y en Tuvalu y, sobre todo, en los palacios. Pero ninguna organización mapuche ha exigido el desalojo inmediato de los colonos, por muy invasores recientes o centenarios que sean. Ni en Chile ni en Argentina, que es desde donde Gullo extrapola a todo el complejo del país mapuche o Wallmapu. Item más, en Bristol no se radicaron los mapuche argentinos sino los chilenos –exiliados por Pinochet, cayeron en Gran Bretaña lo mismo que cayeron en Suecia o incluso en España: por los azares del exilio. Pero, ¿qué va a entender un profesor de milicos de lo que es el exilio?
Colofón: “El primer paso para conseguir la fragmentación territorial de los distintos Estados que conforman la América del Sur ya está en marcha. Están intentando establecer en las Constituciones de Chile, Perú o Argentina el concepto de ‘plurinacionalidad’, con el fin de facilitar la difusión —y luego la hegemonía excluyente— de las lenguas indígenas y la extinción definitiva del español en numerosas regiones”. “España se rompe” en versión latinoamericana. Ni amerindios ni catalanes han pretendido nunca eliminar el castellano. A muchos les gustará esa idea, lo mismo que a nosotros nos gusta la idea de eliminar en la España actual el neofranquismo de propios y de paracaidistas. Sr. don Gullo: tanto ellos como nosotros, tenemos eutopías pero sabemos distinguir entre objetivos a corto, medio y largo plazo. Usted también se deleita en un horizonte remoto… pero el suyo es distópico.
Terminamos estas fichas sin habernos molestado en desgranar del todo, uno por uno, los argumentos y las evidencias que destruirían las patrióticas pamemas de Gullo. Pero nos dijimos: -¿Para qué vamos a aplastarlo con la razón si este pájaro prospera en la sinrazón? Porque, sin duda, estos enchufados merodeadores prosperan y mucho: medran en la irracionalidad, trepan en la mentira sobre los datos y, en definitiva, recaudan en la religión. Pero no en ninguna religión veterana sino en una nueva religión que no es precisamente nueva: la que venera al sempiterno imperialismo español mientras funge como experta en un americanismo espurio. Debatir con los Gullo & Co., es inútil. Es una cuestión de Fé y contra la fe no hay argumentos, sólo mantras y jaculatorias.
Ilustraciones
Gullo ha ilustrado su libro con una veintena de fotos de las cuales hemos seleccionado las siguientes tres –con sus respectivos pies de foto:
Una anodina foto del Ché permite a Gullo agregarla gratuitamente este pie: El joven Ernesto Guevara admiró la grandeza de los conquistadores españoles. Como exige Wikipedia “citation required”. Como no hay apenas fotos del Ché con amerindios desarmados, hemos exhumado ésta con indígenas congoleños.
Pie de foto: Momia de una niña de seis años, perteneciente a los pueblos dominados por el imperialismo quechua, sacrificada por los incas a sus dioses. Durante el transcurso del viaje al volcán Llullaillaco, los niños y las niñas que iban a ser sacrificados eran emborrachados y drogados. ¡Qué horror!, ¡lo peor del mundo no occidental!, infanticidio y drogadicción –y dioses, añadiríamos nosotros. Huelga añadir que Gullo interpreta a su conveniencia los datos arqueológicos, aquí y siempre.
Pie de foto: Eva Perón, la legendaria Evita, afirmaba: “La epopeya del descubrimiento y la conquista es, fundamentalmente, una epopeya popular. Somos, pues, no solo hijos legítimos de los descubridores y conquistadores, sino herederos directos de su gesta y de la llama de eternidad que ellos transportaron por sobre los mares. El 12 de octubre es, por lo mismo, una fiesta de la hispanidad, que toca por igual a España que a sus hijas de América. Luchemos como supieron luchar los hombres de Cortés, de Mendoza, de Balboa y de Pizarro. Este es mi homenaje al Día de la Raza, día del pueblo que nos dio el ser y que nos legó su espiritualidad. ¡Bendito sea!”. Sr. don Gullo: Evita será ‘legendaria’ para peronistas como Usted pero, para buena parte de los españoles, es la señorona vestida de pieles en pleno verano que coqueteaba con Franco. –“Sí, pero el trigo argentino quitó el hambre a muchos”, dirá el publicista. Veamos: se la quitaría a los vencedores que nunca pasaron hambre pero no a los vencidos.
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