“Soy un artista primigenio,
amo la música meditativa e intento ser fiel a mis raíces de Sicilia,
una isla que estuvo dominada durante siglos por los árabes.
Mis canciones pertenecen a la cultura mediterránea”
Original y ecléctico, magistral en su ironías y con su singular sentido del humor. Toda una vida en busca un centro de gravedad permanente de este enamorado de los textos sufíes, que ha llenado tantos silencios de nuestra vida inundándolos con su éxtasis artístico, con su revolución creativa. ¿Quién fue Battiato? Imposible saberlo, imposible contestar.
Difícil encasillarlo, imposible ponerlo dentro de un género, darle incluso una etiqueta simple, y por tanto, si hay una forma sencilla de explicar su trabajo es llamarlo “artista” y disfrutar de su música atemporal, pero también de su el cine, su pintura.
Franco Battiato se ha apagado este martes para siempre pero, como se suele decir en las nunca deseadas “necrológicas”, nos queda su obra. Su música seguirá llenando la banda sonora de nuestras vidas.
Nacido el 23 de marzo de 1945 en Riposto, en la provincia de Catania, Sicilia, Battiato se trasladó a Milán en la primera mitad de la década de 1960 para intentar una carrera como profesional en el mundo de los escenarios. Después de sus primeros trabajos con Giorgio Gaber y Ombretta Colli, debutó como solista de Pino Massara con los álbumes Fetus 81971), Pollution (1972) o Sulle corde di Aries (1973), tocado por el magnetismo de Karlheinz Stockhausen y con influencias del sonido dodecafónico, tres piezas recientemente reeditadas que suelen pasar desapercibidas entre los hits de los ochenta y los noventa y que hoy son codiciadas en las estanterías de coleccionistas, una música que surgía de las profundidades del sonido experimental y el rock progresivo. Fueron hitos de esa pulsión revolucionaria que le acompañó siempre en mayor o menor medida.
Músico instintivo, fue en ese periodo de los setenta cuando aprendió armonía y a tocar el violín por recomendación del propio Stockhausen; un tiempo en el que se volcó con la tecnología y metió siempre en su maleta el viejo VCS 3, un sintetizador analógico que solo usaba en aquella época David Gilmour en Pink Floyd.
Capaz de oscilar entre géneros muy diferentes de música, situándose por momentos en la pura vanguardia y alcanzando una gran popularidad, experimentó con la electrónica, se midió con la música étnica y la ópera. También ha dirigido varias películas, entre ellas Perdutoamor y Musikante, sobre Ludwig van Beethoven, presentadas en el Festival de Cine de Venecia.
Battiato fue sin duda uno de los nombres más famosos de la música italiana, tiene una larga tradición en las listas de éxitos y algunas de sus canciones han entrado en la banda sonora del siglo XX; hizo que Italia, y el mundo, descubrieran los recursos de la música electrónica y los conceptos más avanzados del rock de esas temporadas.
La lista de sus colaboraciones va de Claudio Baglioni a CSI, de Enzo Avitabile a Pino Daniele, de Bluvertigo a Tiziano Ferro, Celentano, Subsonica, Marta sui Tubi, por no hablar del papel decisivo jugado en las carreras de Alice y Giuni Russo. Siempre ha sido referente, la juventud seguía viendo un modelo curioso y original, incluso transgresor. Para los más mayores, sus formas, su estética y su ética representaba una inteligencia por encima de una sociedad cada vez más idiotizada.
Esto es una nota rápida, para hablar de Batiatto hace falta escribir muchas hojas de este irónico librepensador que practicaba el arte de la provocación… ¿Quién fue Battiato? Imposible saberlo, imposible contestar.
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