Una comunista en el music hall

Por Pepe Gutiérrez-Álvarez. LQSomos.

La muy activa actriz cómica Lucille Ball (1911-1989) fue muchísimo más celebrada en la TV que en el cine. Se la estima como una de las contadas actrices, con auténtica capacidad humorística, que sabía hacer reír a los demás porque, previamente, aprendió a reírse de sí misma gracias a un buen aprendizaje en los escenarios de Broadway y cuando se fue a Hollywood, a mediados de los años treinta, como una más entre cientos de coristas juveniles para trabajar en Escándalos romanos, con el gran Eddie Cantor, en el que sólo se salvaban las coreografías. Militante del Partido Comunista en los años treinta.

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En 1953, en plena grabación de la serie I Love Lucy, Ball se vio envuelta en una polémica al encontrarse bajo investigación del Comité de Actividades Antiestadounidenses de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. El asunto se remontaba años atrás, cuando Ball se registró para las elecciones de 1936 y definió su afiliación al Partido Comunista, por lo que en 1938, se utilizó el mismo registro. Para patrocinar al candidato del Partido Comunista para el distrito 57 de la Asamblea Estatal de California, Ball firmó un certificado en el que afirmaba: «Estoy registrada como miembro del mismo». El mismo año, fue nombrada para el Comité Central Estatal del Partido Comunista de California, según registros de la Secretaria de Estado californiana. En 1937, la escritora Rena Vale, una excomunista declarada, asistió a la inducción de los miembros nuevos del partido en la casa de Ball, según el testimonio de Vale ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses, dado el 22 de julio de 1940. Dos años más tarde, Vale reafirmó este testimonio en una declaración jurada:

“Unos días después de realizar mi tercera solicitud para unirme al Partido Comunista, recibí un aviso para asistir a una reunión en North Ogden Drive, Hollywood; aunque era una nota escrita a máquina, sin firmar, simplemente solicitando mi presencia en la dirección a las 8 de la noche en un día determinado, sabía que era el anuncio esperado para asistir a la inducción de nuevos miembros del Partido Comunista… al llegar a esta dirección encontré a otras personas presentes; un anciano nos informó que éramos invitados de la actriz Lucile Ball y nos mostró varias fotografías, libros y otros objetos para confirmar este hecho y declaró que ella estaba contenta de prestar su casa para llevar a cabo la inducción de nuevos miembros del Partido Comunista”

La RKO le asigna papeles secundarios, normalmente cómicos como en Damas del teatro, (G. La Cava, 1937) con Katharine Hepburn y Ginger Rogers entre otras; El hotel de los líos (W. Seiter, 1938), una de las menos creativas de los Hermanos; Dance Girl, Dance (D. Arzner, 1940). Mientras trabajaba para la MGM, Paramount o Columbia trabajó con los entonces muy populares Red Skelton o Bob Hope, y se especializó en comedias burlescas y de enredo.

Apenas interpretó papeles dramáticos de cierto nivel: Envuelto en la sombra (H. Hathaway, 1946); El asesino poeta (D. Sirk, 1947) con un George Sanders enorme; Easy Livíng (J. Tourneur, 1949) con un Victor Mature que hace lo que puede. Posteriormente rodó dos películas notables con Lloyd Bacon: Miss Grant Takes Richmond (1949), y Los apuros de Sally (1950). Desde 1951 protagoniza una producción de su marido Desi Arnaz, el show de TV (I Love Lucy), el primero que no se grabaría en directo, muy popular en su momento y que tuvo una duración excepcional. Tras interpretar ambos The Long, Long Trailer (\/. Minnelli, 1954), se dedicaron de lleno a la compañía Desilu Productions, que compró los estudios RKO en 1958 y pasó a producir programas de TV (The Lucy Show). Los esporádicos retornos de la actriz al cine concluyeron con el desastre de la ambiciosa Ante todo mujer (G. Saks, 1974)