Una Europa de bragazas … y maleantes

“Bragazas m. Hombre débil y bonachón. Dícese especialmente

de los que se dejan dominar por las mujeres”

– Diccionario de la Lengua Castellana. Calleja. Madrid 1918

-“Que Europa es una mancomunidad de hijos bastardos lo sabemos bien, y lo vamos viendo a diario, nos dice el señor Fanales, descendiente, según él de Juan octavo duque de Braganza, villa de Portugal situada en la provincia de Tras los Montes; respondiéndole el señor Faja:

-“ Tú eres un Faraute, criado de mancebía, y quizás por eso sabes mucho de esto y de Economía parda. Y lo cierto es que Alemania, en braga dura, “merkeliana” da ensanche al juego de los muslos lo mismo a hombres y mujeres que en animales en todas partes.

-“ El Euro hoy, sigue Fanales, es el braguero aparato ortopédico para sujetar las hernias y quebraduras de la Banca, calabrote para contener el recuelo del estado del bienestar en la sociedad del consumo y la miseria.

-“ La situación de Valores está, dice el señor Faja, por ejemplo en España, en bragueta, parte anterior de las bragas por encima de la cruz. Gracias a nuestro políticos, la juventud son unos braguillas, niños que empiezan a fumar porro y beber tintorro, unos enclenques energúmenos en el campo de fútbol o en las plazas bramadera que sirven de desahogo al bramido de quienes demuestran ira o loca alegría como ritos inarticulados  que está en el mismo lado de la fornalla místicofascista del balón de barro patrio, y a quienes no les importa más que el tintorro rock y el sexo en período de celo como en los ciervos y otros animales selváticos.

-“Claro, como dijo Francisco  Lazzari Bramante, célebre arquitecto romano, autor de los planos de la basílica de san Pedro en Roma, y el que construyó el edificio hasta el establecimiento, ¿no?

-“ Pues sí, prosigue Faja. Todos los jefes de gobierno quieren  bailar con la alemana en punta de cuerna  y llevar a los pueblos del Euro a esa especie de red barredera para acorralar a los ciudadanos en su pequeño espacio de decretos, y pescarlos uno a uno metiéndole al pueblo por el ano ese instrumento quirúrgico empleado para curar el garrotillo, Brancótomo  en compra de deuda soberana del aparejo en la Economía para ayudar a los obenques de los masteleros en su trabajo de truhanería.

 -“ Tienes toda la razón, le responde Fanales, guiñándole un ojo  Los gobiernos se mueven en sentido giratorio. Mira sino, la visita de “la culandrilla Merkel”, con colorete en espejo de tocador, qué brasa trae en el seno porque cría hijos ajenos y saca la brasa del Euro con la mano del gato. El jefe de gobierno , en su Estadium, villa u hotel aislado, le ha propuesto hablar y han hablado del “Cuento de la Estampa”, molde de cera obtenido de una cerradura para falsificar la llave del Banco de Europa, que ya lo adivinara el escritor francés Brantome, sobrenombre de Pedro de Bourdeilles en su cuadra del verso y la palabra, en aquel tiempo.

– “ Si, Faja.  Como la broza o  miseria que se hace en la braña o pasto de verano, situado comúnmente en la falda de un monte con aguada próximo. Que por eso, nuestros gobernantes son braquicéfalos, de cráneo tirando a redondo. Son braquidáctilos, de dedos cortos y manos  largas para jugar a lo que se juega o se quita con los espillantes o naipes hechos en Alemania. Castradores de colmenas que estan o ponen en un brete, ese manjar que los indios preparan con cierta hoja y otros ingredientes.

-“ Amigo, es el flujo y reflujo dinerarios  en la variedad de timo por medio de carta en la que se habla de un supuesto tesoro enterrado, que por eso la mayoría de nuestros gobernantes han estudiado para enterrador, como encalomadores que para apoderarse de lo ajeno comienzan ocultándose.

-“ O halando las brasas con gallardía para hacer girar las vergas, echándole a ella la brivia, llorándole lástimas, representando en las palabras necesidades, calamidades, miseria.

Callan los dos y se marchan por separado. En el quicio de la puerta, uno, no se sabe cuál de los dos, dice:

“Sobre brevas agua no bebas”

Desde el ventanillo de la taberna se ve caminar a los dos amigos. Una vez lejos, pero aún cerca, uno de ellos se separa. En la oscuridad no se distingue cuál de ellos. Y se le ve seguir a otra persona hasta que se mete en su casa con el fin de  conocer su domicilio. El otro va hablando en voz alta, y se dice a sí mismo “ yo sé más que Briján”, sujeto hipotético o desconocido en brincho o suerte en el juego de quínolas o pejigueras, cuando pinta como quinta y quinta como octava, como empieza acaba:

“todos nuestros gobernantes, de la Europa que conocemos, desplegando gran pompa y boato, son bráulidos, de la familia de insectos parásitos de nariz roma y algo arremangada, con propósitos arrogantes para intimidar y reprimir. Incultos, de costumbres rústicas en braza de lego o cabo furriel que llevan los pelones para mantener las vergas en la posición conveniente. Brechadores que meten dado falso en el juego,  pendientes siempre de la distancia que hay de la extremidad de una mano a la de la otra estando con los brazos abiertos y extendidos, la que se cuenta en general por 2 varas o 1,67 m. próximamente en el mercado de valores, usado en el juego de “Brasal de la Pube” o sangría hecha al pobre currante o empresario empleador de la mediana y pequeña empresa, que como ciertos maderos forman el costillaje de lo grande de una nación, poniéndola en manos del brazo secular para que acabe pronto con ellos.

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LQSRemix

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