Valtònyc: “El gobierno de Catalunya tendría que gestionar una victoria y no pedir migajas”
Por Txell Partal*. VilaWeb.
Traducido por Leticia Palacios. LQSomos.
Entrevista a Valtònyc después de la victoria que obtuvo hace dos semanas cuando el Tribunal Constitucional belga declaró inconstitucional la ley de lesa majestad
Entrevistamos a Valtònyc después de la victoria que obtuvo la semana pasada, cuando el Tribunal Constitucional belga declaró inconstitucional la ley de lesa majestad, equivalente a las injurias a la corona españolas. Josep Miquel Arenas nos explica la importancia de esta victoria en su lucha por la libertad de expresión. También detalla los pasos siguientes: “Creo que en estos momentos puedo movilizar a más gente de la que movilicé en 2018, cuando salió la sentencia del Tribunal Supremo, y tengo que aprovecharlo. Aunque yo esté libre no nos podemos relajar: la libertad de expresión es un derecho que tenemos que recuperar.
Además, Valtònyc responde a las críticas que ha recibido estos últimos días: “Algunas personalidades que dicen ser republicanas e internacionalistas han querido minimizar y ridiculizar lo que pasó el jueves, pero personalmente no me afecta. Sé que son fruto de un cáncer que hay dentro del movimiento, que se llama partidismo. Solo defienden a su equipo de fútbol por las declaraciones que he hecho y que han molestado. Y tienen derecho a hacerlo.
-El pasado jueves conseguía una gran victoria en su lucha. ¿Es uno de los pasos más importantes que ha dado hasta ahora?
-Sí, por un lado, es un logro personal, porque me da una cierta seguridad de que no seré extraditado el 23 de noviembre. El TJUE dijo que no había terrorismo en mis canciones y ahora el Constitucional dice que no hay injurias a la corona. Estas dos decisiones me blindan muchísimo. Por otro lado, en el ámbito de la lucha colectiva, hemos conseguido que en Bélgica nadie pueda ir a prisión por algo que en el Estado español ha llevado a quince raperos a ser condenados. No solo es una victoria en el ámbito de la libertad de expresión, sino que también internacionaliza la carencia de derechos que hay en el Estado español, porque Bélgica, para tomar esta decisión, se ha apoyado en las condenas del TEDH contra España. En muchos diarios internacionales de gran importancia se ha publicado que un rapero catalán exiliado en Bélgica ha cambiado una ley medieval por la que se le condena en España. Creo que es una victoria para quienes nos interesa hacer política contra el totalitarismo del estado español.
-¿Es una victoria agridulce? El otro día dijo en un tuit: “Lejos de alegrarse de una victoria colectiva, me insultan…”
-Algunas personalidades que dicen ser republicanas e internacionalistas han querido minimizar y ridiculizar lo que pasó el jueves, pero personalmente no me afecta. Sé que son fruto de un cáncer que hay dentro del movimiento, que se llama partidismo. Solo defienden a su equipo de fútbol por las declaraciones que he hecho y que han molestado. Y tienen derecho a hacerlo. Creo que con el trabajo que se está haciendo en todo el país este cáncer desparecerá pronto, cuando se den cuenta de que el sectarismo y el partidismo no aportan nada a la causa. Quienes no estamos ligados a ningún partido, tenemos que continuar trabajando como hemos hecho hasta ahora, para que, de aquí a unos cuantos años, los que están dentro de estas batallas estériles de partido puedan sumarse al trabajo que hemos hecho. No podemos permitirnos el lujo de parar ni de que nos absorban, queda mucho trabajo por hacer.
-¿Qué es lo que más le molesta de estas críticas?
-Las que vienen de políticos que no hacen su trabajo. En lugar de estar criticando, deberían aprovechar mi sentencia del TJUE y la del Constitucional belga para pedir la libertad de Hasel y la reforma del código penal español. Sobre todo porque Bélgica ha tenido que hacer autocrítica en el momento de ponerse ante un espejo que es España. Podrían haber aprovechado todo el jaleo que ha habido para desestabilizar un poco más a España, pero parece que no les ha interesado, es hora de firmar presupuestos y hay muchos sueldos y sillones en juego. Cuando conseguí exiliarme, ya recibí críticas diciendo que me exiliaba a una monarquía donde existían las injurias a la corona y a ver si me atrevía a hacer una canción contra el monarca belga. ¿Resultado? Nos hemos cargado la ley de injurias y no solo he hecho una canción contra el rey belga sino que le he quitado privilegios. Y eso a algunos les molesta. Porque son unos románticos de la derrota y porque solo cuando estás cayendo es cuando nadie te pisa. Ahora bien, hay una parte positiva en estas críticas.
-¿Cuál?
-La exigencia, la agresividad, la crítica y la contundencia de estos días hacia mi persona es lo que necesita cualquier movimiento transformador. Y con esta exigencia y contundencia habría que tratar al PSOE. Entiendo que es dificil y que hay que tener valor para mantener esta actitud de manera horizontal; siempre es más facil tirar la porquería verticalmente, hacia abajo. Y es más complicado cuando tienes a tu enemigo sentado a tu lado. Pero es necesario. Ya tienen la manera, ahora les falta el valor.
-De quien también se acordó rápidamente, después de conocer la decisión judicial, fue de Pablo Iglesias…
-Sí, pensé que, como republicano e internacionalista que es, le interesaría. Pero estaba ocupado escribiendo tuits y comentando la reforma de los kitkats de Alberto Garzón. Eso es lo que realmente le importa a la izquierda de los memes. Es una vergüenza, porque un rapero de veintisiete años, junto con sus abogados, ha conseguido cambiar una ley en un país extranjero y hacer política tangible, mientras que ellos no han conseguido tumbar la ley mordaza ni la reforma laboral mientras estaban en el gobierno y prometían “asaltar los cielos ”.
-Ha habido mucha polémica por una frase que dijo en el FAQS: que antes se luchaba por la independencia y ahora por tener Netflix en catalán… ¿Qué le parece la polémica?
-Algunos políticos de Junts lo han aprovechado en clave partidista para atacar a ERC. Recortaron el vídeo quitándole el contexto y han conseguido que pareciera que el mensaje que di quería ridiculizar la ley de protección del catalán. Yo también la apoyo y me parece importante. Sé que la Plataforma per la Llengua ha hecho un gran trabajo. Y no iban por ahí los tiros. Si me hubieran hecho la entrevista hace un mes, habría dicho que estaban por la cesión de Rodalies o cualquier otra cosa que estuviera encima de la mesa de diálogo excepto la independencia, que es la palabra prohibida que muchos ya no dicen y han olvidado que era el motivo de la mesa. ERC quiere simular que es Bildu y que Catalunya es Euskal Herria. La diferencia es que los vascos se enfrentaron al estado español y perdieron. Por eso tienen que gestionar una derrota y pueden firmar los presupuestos del estado a cambio de pequeños logros. Pero Catalunya se enfrentó al estado español el 1 de octubre y ganó. El gobierno de Catalunya tendría que gestionar una victoria y no pedir migajas a cambio de firmar los presupuestos. Lo que hacen no es lo que decían en sus mítines que harían.
-Ahora viene el juicio más importante, que es el de la extradición. ¿Cómo lo afronta?
-Con optimismo. Creo que mis abogados han hecho un buen trabajo y que la justicia belga se ha blindado al máximo para proteger la libertad de expresión. No solo no me extraditarán, sino que me han utilizado para aportar mejoras a su sociedad. Y es lo que tendría que hacer cualquier socialdemocracia: utilizar sus instituciones para proteger a la sociedad, no para reprimirla ni actuar en clave vengativa. Me gusta que hayan hecho autocrítica y que el código penal no haya sido un obstáculo cuando ha habido derechos fundamentales en juego. Hay que poder transformarlo cuando es injusto y eso en España es impensable, porque defienden la unidad de España antes que a sus ciudadanos. Por eso no es una democracia y “no se puede”.
-Después de esto, ¿qué pasos vienen?
-Pasar al ataque y ponerme en sincronía con las entidades y organizaciones del país que quieran sumarse de manera tangible a la defensa de la libertad de expresión. No puede ser que Hasel esté en prisión por el mismo motivo por el que yo estoy libre en Europa. Hay que hacer cosas más allá de un tuit y dos campañas de marketing. Me procesaron y condenaron en el año 2012, cuando tenía dieciocho años, y desde entonces no he dejado de trabajar para ganarme poco a poco la confianza de la gente. Espero que estén ahí cuando se lo pida, como hasta ahora. Creo que en estos momentos puedo movilizar a más gente de la que movilicé en 2018, cuando salió la sentencia del Tribunal Supremo, y tengo que aprovecharlo. Aunque yo esté libre, no nos podemos relajar: la libertad de expresión es un derecho que tenemos que recuperar. Porque los derechos no solo hay que conquistarlos, también hay que cuidarlos y mantenerlos o los perderemos.
-¿Y piensa en volver a casa? ¿Cuándo calcula que podrá hacerlo?
-A vivir no creo. Me gusta vivir en Europa y tener que hablar cada día tres idiomas como mínimo, conocer gente de todo el mundo y alimentar mis inquietudes. Creo que Mallorca se me quedaría pequeña y en estos momentos tengo muchas ambiciones que allí no serían posibles. Hace tres años que estudio programación y desarrollo de aplicaciones web y creo que hay más salida y más movimiento en Europa. No sé cuando podrá ser, pero espero poder hacerlo con mis compañeros de exilio, todos juntos. Hemos trabajado mucho juntos y nos merecemos volver a casa juntos. Me la imagino así, la vuelta. Por amistad, por lealtad y por compromiso.
-España ya ha abierto un nuevo proceso judicial contra usted. ¿Cree que piensan que con el que hay abierto no conseguirán nada y buscan una alternativa?
-Eso es, exactamente. Preparan una nueva euroorden. Pero no me arrugaré y haré mi trabajo. Me piden cuatro años más de prisión por un delito de odio contra la Guardia Civil por una actuación mía en un concierto de Sevilla. Es pura venganza, porque, tres años después del concierto, no ha pasado nada ni ha habido ninguna consecuencia. Por suerte, eso en Europa puede tener poco recorrido porque los delitos de odio están hechos para proteger a minorías en riesgo de exclusión social, como por ejemplo las mujeres, los colectivos LGBTI y los judíos, y lo ven bastante claro. Ellos lo saben, pero tienen tan poca capacidad de autocrítica que lo harán y volverán a recibir una bofetada. En el fondo son españoles: se ponen delante de un toro tantas veces como sea necesario solo por orgullo y para sacar pecho.
* Nota original: Valtònyc: “El govern de Catalunya hauria de gestionar una victòria i no demanar engrunes de pa”
– Traducido para LoQueSomos por Leticia Palacios
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