Verdades para iluminados y/o ilusos: la OTAN

Por Joan Martí
(Para aquellos a los que les cuesta sumar dos más dos, pero dominan el arte de encajar subvenciones de la USAID y reproducir los dogmas del periodismo independiente con fidelidad religiosa)
Bienvenidos al Club de la OTAN: 32 países felices y hermanados en una Alianza que, curiosamente, también podría ser el grupo de potenciales enemigos del país de Viriato en caso de conflicto. ¿No es entrañable? De esos 32, nada menos que 29 son europeos, lo que convierte nuestra entusiasta participación en esta noble hermandad en un ejercicio de geopolítica avanzada diseñada por los Hermanos Marx.
Ahora, para los que suspendieron lógica en primaria: la OTAN se basa en la defensa colectiva, bajo el inmaculado Artículo 5. Es decir, el de si atacan a uno, atacan a todos. Hasta aquí, un cuento con moraleja clara: todos para uno y uno para todos… siempre que el enemigo sea externo, claro.

Pero hagamos el ejercicio de la lógica aplicada, disciplina en vías de extinción en nuestros círculos de poder. ¿Contra quién nos protege realmente la OTAN? Porque, si miramos el mapa, los conflictos más probables para España no vendrán de un marciano enfadado ni de un pirata del siglo XVII, sino de otros países europeos, de los que la mayoría son, casualmente, nuestros “hermanos” de OTAN.
Aquí es donde el manual de funcionamiento de la Alianza nos deja un tanto huérfanos. Porque, sorpresa: la OTAN no tiene un plan si dos de sus miembros entran en conflicto. No hay una versión militar del VAR que decida quién tiene razón ni un árbitro con tarjeta roja para frenar la pelea. Simplemente, el Artículo 5 se evapora, dejando a los implicados a la buena de Dios y, como mucho, con una palmadita en la espalda vía Artículo 4, que solo sirve para reuniones urgentes con café gratis y declaraciones vacías.
Entonces, recapitulemos:
Si nos ataca un país extranjero, tenemos la OTAN.
Si nos atacamos entre nosotros, la OTAN mira para otro lado.
Visto lo anterior, uno se pregunta ¿qué pinta España en ese club de mosqueteros? Si los países europeos neutrales como Suiza, Austria e Irlanda no representan amenaza alguna, los microestados (Andorra, Mónaco y el Vaticano) no van a enviarnos legiones armadas de monaguillos, y los países exsoviéticos en conflicto están a miles de kilómetros sin disputas con nosotros… ¿exactamente de quién nos protege la OTAN?
Aquí viene la conclusión que ningún tertuliano mainstream con micrófono en propiedad regalado por la USAID se atrevería a decir: de nadie. Bueno, no es del todo cierto. Sí protege algo: los balances de cuentas de las fábricas de armamento, los beneficios de los accionistas del sector bélico, los tanatorios y las floristerías especializadas en coronas funerarias.
Parece que lo único que garantiza nuestra permanencia en la OTAN es que las arcas de los fabricantes de misiles no se vacíen, y que las guerras siempre cuenten con su debido patrocinio. Mientras tanto, España paga la factura, como buen socio disciplinado, sin que nadie le garantice que, llegado el caso, nos protegerá de no sé quién.
En resumen: nos gastamos miles de millones en una alianza que no nos defiende en los conflictos más probables y que está integrada por aquellos con los que podríamos tener dichos conflictos más probables. Es una idea tan brillante que haría enrojecer al mismísimo responsable de la operación Perejil. Sigue tú que a mi me da la risa.
Ya sería hora de que España se replanteara su relación con la OTAN. Salvo que nuestros ilustres dirigentes prefieran seguir quemando dinero público en una alianza que nos coloca en una posición estratégica que no diseñaría ni el que inventó el cenicero en la moto.
Desde luego, si la seguridad de un país depende más de la diplomacia, la cooperación económica y la inteligencia estratégica que de ser los pagafantas de una Alianza que nos dejaría en la estacada… seguir financiándola solo puede ser cosa de gobernantes cabestros (o directamente corruptos), ¿no?
Otrosí: Lo de la OTAN, mutatis mutandis, vale también para eso tan pomposo llamado “Defensa común europea”. ¿Defensa de los paises de la UE, dice? ¿De quién y contra quien? ¿De Suiza, Austria o Irlanda que mantienen políticas pacíficas y neurales? ¿De Andorra, Mónaco o el Vaticano? ¿Nos atacará el Papa Francisco? Así las cosas, tendremos que dedicar nuestra mejor inteligencia a buscar un enemigo mínimamente solvente, o, mejor, externalizar la misión y encargársela directamente a Gila.

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