Voces en Bruselas: Pablo González Libertad!
Por Redacción.
Los días 4 y 5 de julio, un grupo de activistas y periodistas se desplazaron al Parlamento Europeo junto a Oihana Goiriena, esposa de Pablo González, y allí realizaron diversas intervenciones, contando con el apoyo de varias eurodiputadas encabezadas por Miguel Urbán (Anticapitalistas – The Left): rueda de prensa, entrevistas, un encuentro con diferente grupos políticos y participación en las Jornadas Journalism is not a crime! Todo para dar voz y luz al caso de Pablo González, una brutal violación del Derecho a la Información y a los derechos humanos que se está produciendo ahora mismo en el corazón de la Unión Europea.
Vamos a publicar algunas de esas intervenciones; hoy os dejamos la primera, pronunciada por Oihana Goiriena el martes 4 de julio, un ejemplo de coraje y resistencia, a pesar del abandono al que la tiene sometida el gobierno español.
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Buenas tardes a todos y todas
Quiero, en primer lugar, mostrar mi agradecimiento al Grupo de Ароyo a Pablo González de Madrid, por impulsar la comparecencia ante el Parlamento Europeo, y a los grupos The Left y The Greens por invitarnos y organizar nuestra visita. Creemos que será decisiva a la hora de dar a conocer el caso de Pablo internacionalmente.
Yo soy Oihana, su esposa y madre de sus tres hijos de 15, 11 y 8 años. Los menciono porque también ellos son víctimas de la incomunicación de Pablo.
Me gustaría explicarles brevemente quién es Pablo, porque sus circunstancias personales tienen mucho que ver con los motivos reales de su detención.
Pablo nació en Moscú, por ser nieto de uno de los “niños de la guerra” evacuados a Rusia cuando en España estalló la Guerra Civil. A los nueve años su madre, tras divorciarse, lo trajo a España donde ha crecido, estudiado, vivido y formado familia.
Pablo ostenta la doble nacionalidad rusa y española, tiene dos pasaportes, y habla ruso por ser su lengua materna, la cual ha conservado y mejorado gracias a la licenciatura en Filología Eslava. Es un periodista freelance que ha dedicado su carrera profesional al estudio del espacio post-soviético, convirtiéndose en un especialista, en una voz autorizada.
El 28 de febrero de 2022 fue detenido en Polonia. Pero no fue ahí donde comenzó su calvario. EI 4 de febrero, mientras informaba desde Ucrania del ambiente pre-bélico, fue llamado a las oficinas de los servicios de inteligencia ucranianos, donde lo retuvieron durante tres horas. Lo interrogaron, le requisaron el móvil, el portátil, el pasaporte… y lo invitaron a abandonar el país, por considerarlo un informador pro-ruso. Al tratarse de una invitación verbal no formal, decidió permanecer en Ucrania y cumplir con sus obligaciones laborales con la Sexta, cadena de TV española de ámbito estatal, para la que estaba realizando directos.
El 8 de febrero, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) nos visitó a su madre, a un amigo y a mí en nuestras casas. No nos interrogaron. No querían información. Simplemente hacernos saber que habían estado vigilando a Pablo y meternos el miedo en el cuerpo, cosa que consiguieron.
Ante esto, y aconsejado por su abogado, Pablo regresa a España para ponerse a disposición del CNI, dispuesto a responder a las preguntas que quisieran hacerle. El CNI no volvió a presentarse en nuestra casa ni a ponerse en contacto con Pablo.
Por eso, cuando el 24 de febrero estalló la guerra, Pablo cogió el primer vuelo que pudo y marchó a Polonia. Se despidió precipitadamente con un “Oihana, me voy, que la Sexta me quiere en Polonia.”
Los siguientes cuatro días lo seguimos en las noticias de la Sexta, hasta que la noticia fue él.
Yo fui la primera persona en saberlo. Me llamó por teléfono a primera hora de la mañana del 28 de febrero, para decirme que estaba detenido y que avisara a su abogado. Y aquí empezó nuestro vía crucis particular con la justicia polaca.
El primer paso fue solicitar asistencia consular para Pablo, pero a día 2 de marzo el cónsul de España en Varsovia no tenía constancia alguna de su detención. El 3 de marzo el cónsul consigue reunirse con el ministro de Interior polaco, quien confirma su detención, aunque esta es una comunicación verbal, no escrita. Habría que esperar a la comunicación oficial escrita para que Pablo pudiera solicitar asistencia consular y letrado.
El 4 de marzo, si mal no recuerdo, llegó, con una llamada del Cónsul, la noticia de la acusación: espionaje, según el artículo 130.1 del Código Penal polaco, que podía ser castigado con un máximo de 10 años, dependiendo de la gravedad de los cargos.
A posteriori supimos que Pablo pasó las primeras 48 horas incomunicado y sometido a interrogatorios sin la presencia de su abogado, y que el día 1 de marzo tuvo una vista en la cual se decretó su prisión preventiva de tres meses. Esta vista se celebró sin asistencia letrada. Indefenso.
Desde la familia y junto con su abogado de confianza, han sido tres las principales peticiones directas que hemos planteado a la Fiscalía Polaca, desde el primer día de su detención:
1. La asistencia letrada de su abogado confianza, el Sr. Gonzalo Boye.
2. Visitas regulares para la familia.
3. Llamadas telefónicas, regulares también, con su familia, y en particular con sus tres hijos.
Y ahora, tras cinco prórrogas de la prisión preventiva:
4. Que esta no se prorrogue sine die y que se establezca fecha de juicio cuanto antes.
Son peticiones que conciernen a sus derechos básicos. No estamos pidiendo privilegios ni ningún trato de favor.
Pues bien:
1. La asistencia de su abogado de confianza se ha producido, tras sortear toda clase de impedimentos o excusas burocráticas, UN AÑO después de su detención. Su abogado pudo visitarlo por primera vez el 10 de marzo de este año.
2. La petición de visitas ha sido atendida, en efecto, si entendemos que dos visitas en 16 meses responde al concepto de “visitas regulares” y estas han llegado tras un proceso burocrático muy costoso. Fueron semanas y meses de envío de documentación, de exigencias de traducciones juradas de documentos ya traducidos o modelos de formularios europeos, etc.
Hasta llegaron al absurdo de exigirme que justificara por escrito y traducido al polaco, por qué quería visitar a mi marido o hablar con él por teléfono. La justificación se envió el 6 de junio de 2022. La autorización para la primera visita llegó en octubre, y la primera visita, sólo mía, se produjo el 21 de noviembre.
3. Las llamadas telefónicas a la familia se han denegado. Sólo se le permite llamar a abogados. Ni sus hijos, ni su madre, ni yo, podemos hablar con él directamente por teléfono.
Los motivos, siempre extra-oficiales y comunicados de forma verbal a través del abogado polaco, han sido varios:
• Que sospechaban que yo también pudiera estar implicada.
• Que estaban buscando traductores jurados capacitados para realizar la traducción simultánea durante las llamadas.
• Y finalmente, que no tienen la seguridad de quién pueda estar al otro lado de la línea.
Todo esto, insisto, extraoficialmente.
Extraoficialmente también, han jugado con la posibilidad de facilitar llamadas de Skype con los hijos. Oficialmente, no hay respuesta.
El 27 de junio del año pasado, ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco, cuando habían transcurrido cuatro meses de su detención, comenté, que al impedir la comunicación directa con sus hijos, no sólo se está vulnerando el derecho a la vida familiar de Pablo, sino también el derecho de tres menores de edad de hablar con su padre.
Apunté que esto no era un drama [entonces, junio de 2022], aunque sí un escándalo, tratándose de un país de la Unión Europea. Pero ahora hablamos de 16 meses sin comunicación, y se está convirtiendo en un drama para los hijos y en una tortura psicológica para Pablo.
ESTADO EN LA CÁRCEL:
Ya que he entrado en el tema de su estado psicológico, explicaré su situación dentro de la cárcel y el trato que está recibiendo.
Por una parte, tenemos la consecuencia directa de haber sido catalogado como “preso peligroso”, estar en régimen de aislamiento, que supone que:
– Debe permanecer 23h al día dentro de la celda sin luz natural ni ventilación.
– Tiene tan sólo una hora de patio al día para estirar las piernas, en un espacio de 7 x 4 metros.
– Desde hace más o menos 2 meses comparte celda con otro preso, pero no puede estar con nadie más.
– Su única vía de comunicación con el exterior son los abogados, a quienes puede llamar por teléfono, y el cónsul, que lo ha visitado en 12 ocasiones.
– Y las cartas, que son abiertas, copiadas, traducidas y censuradas, de tal manera que llegan con dos meses de desfase en ambas direcciones. Esto es, lo que yo le escriba hoy, él lo leerá en septiembre, y su respuesta nos llegará en noviembre.
A esto, que viene digamos “de serie” con su condición de preso peligroso, hay que sumarle otros detalles:
– Sólo se le permiten 2 duchas semanales.
– Cada vez que sale de la celda lo hace esposado, y es desnudado y cacheado en profundidad.
– No se le puede enviar nada salvo cartas y material de lectura, pero esto a veces no se lo entregan.
– Le han denegado sistemáticamente casi todo lo pedido: entre otras cosas ropa interior de abrigo para los meses de invierno o la autorización para proseguir con sus estudios de doctorado.
Los servicios de inteligencia policial lo siguen interrogando, chantajeando y amenazando con ir a por su familia.
Cogidos individualmente, cada uno de estos detalles no supone quizá un trato vejatorio, pero sumados todos resultan en un hostigamiento psicológico. Como decía él en una carta “me tienen marinando”.
Mientras tanto él intenta mantenerse a flote con los únicos recursos a su alcance: la lectura, la escritura, el ejercicio físico, que lo mantiene en buena forma física a pesar de haber perdido mucho peso.
Las rutinas diarias le ayudan a resistir. Las numerosas cartas que recibe, y las constantes muestras de solidaridad le dan fuerzas. Y para su estado de ánimo han sido fundamentales nuestras dos visitas. La última, del 16 junio, fue especialmente emotiva pues pudo abrazar a su madre y a su hijo mayor tras 16 meses sin verlos.
Pero estos 16 meses de aislamiento han ido horadando su voluntad y firmeza para afrontar esta dura etapa. Decía en su última carta, escrita el 4 de mayo, que yo recibí la semana pasada:
“En nada, prolongación y me meterán otros tres meses, porque sí. Los presos no tienen futuro, solo pasado y su libertad interior. Simplemente no puedo pensar en el futuro con toda la incertidumbre y arbitrariedad que me rodea”.
Hablando de futuro, tomo las palabras de Lola Onieva: “La espada de Damocles queda раra muchos años”. El futuro profesional de Pablo ha quedado condicionado, si no anulado, porque difícilmente podrá volver a ejercer como periodista allí donde es especialista y clave.
Finalizo con algunos ejemplos de la arbitrariedad a la que se refiere:
1- Pablo estuvo varios meses sin abogado. Sólo a partir de octubre de 2022 ha contado con abogados de confianza.
2. Los abogados no tienen acceso pleno a las actuaciones.
3. No conocen las pruebas en las que se quiere basar la acusación contra Pablo (¿estarán con las armas de destrucción masiva Sadam de Irak?)
4. Han existido múltiples restricciones para verlo, incluso para que reciba cartas de sus abogados.
5. Puede llamar a su abogado por teléfono, pero se trata de comunicaciones que están intervenidas, al igual que las visitas con su abogado.
6. No existe una acusación de unos hechos específicos, claros y concretos, con lo que es muy difícil defenderlo.
7. No se permite que se hagan pruebas periciales para determinar el contenido de sus equipos informáticos y telefónicos antes de su detención. Quisiéramos demostrar cuál era el contenido de esos ordenadores y teléfonos antes de su detención, pero no se nos permite hacerlo.
8. Polonia se ha embarcado en una investigación general sobre la vida de Pablo, desde su juventud y hasta ahora, lo cual demuestra que no lo persiguen por ningún delito concreto, sino por ser quien es.
Muchas gracias por su atención.
¿Dónde están las garantías de DERECHO de un estado europeo?
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– Libertad para Pablo – Free Pablo
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