Y después de la cárcel ¿qué…?
Iñaki AlRui. LQS. Febrero 2020
En las cárceles del estado español han pasado muchas cosas… y lo peor: ¡siguen pasando! Lo presos se enfrentan en su día a día a una violación constante de los Derechos Humanos: el régimen FIES, la dispersión, la tortura…
La libertad se aprende ejerciéndola.
Clara Campoamor
Nuevo libro de Javier Ávila Navas, en autoedición, de nuevo y en primera persona nos vuelve a introducir en el oscuro y duro mundo carcelario. En este su segundo libro el autor relata la engañosa, por no decir inexistente, reinserción después de una vida de exclusión, al margen de la sociedad.
Javi Ávila “El Niño” ha sido la mayor parte de su vida “carne de presidio”: su rebeldía y aire libertario le llevaron al enfrentamiento directo y constante con las instituciones penitenciarias. Desde el olvido y la ignorancia, gran parte de la sociedad da la espalda al preso común o social, pese a que se trata de situaciones que nos afectan a todas directa o indirectamente, y que son parte de nuestra vida.
En las cárceles del estado español han pasado muchas cosas… y lo peor: ¡siguen pasando! ¿Cómo es posible que cuando llevamos tan solo un mes y medio de 2020, vayan treinta y tres presos muertos en presidios? ¿Es esa la reinserción que se propugna desde el estado? Más bien parece un silencioso exterminio.
Lo presos se enfrentan en su día a día a una violación constante de los Derechos Humanos: el régimen FIES, la dispersión, la tortura…
Javi Ávila fue fundador de la Asociación de Presos de Régimen Especial (APRE), con la intención de aglutinar, alrededor de una tabla reivindicativa y unas tácticas comunes, a la minoría de irreductibles que habían sido destinados a “la cárcel dentro de la cárcel” para quebrarlos, disuadiéndoles de seguir intentando la fuga y su supervivencia como seres humanos.
Junto a Esperanza Sierra, “Anchy”, (1) con esté libro Javi inicia una nueva ronda de charlas y presentaciones a las que, como en la publicación anterior, Un resquicio para levantarse. Historia subjetiva de la A.P.R.E (2), se nos hace imprescindible acudir y participar, para conocer de primera mano la realidad carcelaria, y la realidad de la sociedad en la que vivimos y participamos. No costará mucho encontrarlos en actos solidarios o antirrepresivos, en Centros Sociales Autogestionados o locales de barrio, ahí a pie de calle, en su mundo que es el nuestro seguirán lanzando palabras y enlazando frases llenas de libertad, vocablo de la que domina mucho mucho quien ha sido preso y cuyo sentido conoce muy bien.
También narra el infierno de muchos otros “Javis”, corroborando así lo falaz que resulta la palabra reinserción para la casi totalidad de los que han sufrido la terrible experiencia del encarcelamiento…
Texto de la contraportada, por Alberto Ávila Morales:
Gracias a su sincero y pormenorizado relato, el nuevo libro de Javier Ávila Navas es de necesaria lectura para todo el que sienta la necesidad de comprobar si la justicia que imparten los tribunales es verdadera.
A lo Truman Capote en A sangre fría, el autor no solo expone las vivencias del protagonista sin rastro de pudor, sin excusas y sin cargar demasiado las tintas -desde su primera detención en casa de su madre y su paso por cárceles de todo el país hasta el fatídico día en el que es tiroteado por la espalda a pesar de estar desarmado en el atraco a un banco-; también narra el infierno de muchos otros “Javis”, corroborando así lo falaz que resulta la palabra reinserción para la casi totalidad de los que han sufrido la terrible experiencia del encarcelamiento. En esta sociedad, más que intentar subvertir la condición del penado, lo que prima es castigar.
Es obvio que, por desgracia, la célebre frase de la gran Concepción Arenal, “odia el delito y compadece al delincuente”, no ha tenido mucho eco. Hoy está circulando otra cita de la misma persona: Abrid escuelas y se cerrarán cárceles. Pero esa es otra historia, como diría Kipling. La que ahora nos llega, Y después de la cárcel ¿qué…?, es la que en estos momentos merece la pena leer.
Algo más del autor…
Javier Ávila Navas nació en el barrio del Lucero en Madrid de una familia obrera. Teniendo él siete años se trasladaron a Carabanchel Alto. Allí pasó siendo un chavalín de las travesuras y correrías propias de su edad a los robos de coches y enseguida al robo de tiendas y a los atracos. A los trece años entró por primera vez en el reformatorio, de donde se escapó diecisiete veces. Muy joven aún, se enganchó a la heroína, lo cual aceleró su carrera de atracador de bancos. A los dieciocho años fue a la cárcel por primera vez. Logró fugarse varias veces, pero ninguna de ellas duró mucho en la calle y vio aumentada su condena por atracos a bancos. Por su actitud rebelde y su condición de fuguista le fue aplicado el llamado Régimen Especial de castigo por aislamiento. Fue uno de los promotores de la Asociación de Presos en Régimen Especial formada para luchar contra él, denunciar las torturas y malos tratos a los presos y reivindicar un trato más justo. Su forma de acción consistió en apoderarse de los departamentos de castigo tomando rehenes entre los carceleros y trabajadores penitenciarios para obligar a difundir sus reivindicaciones. A las que ya sufría vinieron a sumarse nuevas condenas. Ha pasado veintiocho años de su vida encarcelado, muchos de ellos en régimen de aislamiento. En 2005, estando en tercer grado, fue a atracar un banco y recibió, por la espalda y a bocajarro, dos tiros de un policía que estaba allí. Quedó en silla de ruedas. Ahora está en libertad condicional y vive con su familia en Carabanchel Alto.
El libro lo puedes conseguir en: javiavilanavas@gmail.com
Notas:
1.- De la ilusión a la decadencia
2.- Un resquicio para levantarse. Historia subjetiva de la A.P.R.E
Más artículos del autor
Miembro de la Asamblea de Redacción de LoQueSomos
En Twitter: @IkaiAlo
Síguenos en Facebook: LoQueSomos Twitter@LQSomos Telegram: LoQueSomosWeb Instagram: LoQueSomos