Por Nònimo Lustre

“Hay que subrayar con letras rojas que esa guerra NO comenzó hace tres años, cuando los tanques rusos entraron en Ucrania, sino que comenzó en 2014 merced a un golpe de Estado en el que llevaron la iniciativa fuerzas fascistas que se reclamaban de Stepan Bandera -el más cruel de los colaboracionistas de Hitler…”

El pasado 24 febrero 2025, la plana mayor de la burocracia de Bruselas-UE se reunió en Kiev para apoyar al presidente ucraniano Volodimir (antes, Vladimir) Zelensky. Los medios occidentales incrustaron por enésima vez que nuestros (¿) altos funcionarios se congregaron en la “plaza Maidan”. Tras años de propaganda sobre Ucrania deberían saber que maidan simplemente significa plaza en persa (y en árabe, urdu, turco, tártaro, etc.) por lo que decir plaza maidan es un ignorante e innecesario pleonasmo.  ¿Por qué no escriben nunca su verdadero (o impostado) nombre: ‘plaza de la Independencia’ o maidan Nezalezhnosti?  Ellos sabrán…

Antecedentes

La sabiduría enciclopédica reza que la Revolución de la Dignidad (epíteto hoy caducado) se desarrolló en la plaza Maidan (perdón) de Kiev durante cinco días de febrero del 2014. Aunque la propaganda occidental lo niegue, el presidente Yanukovich fue destituido pese a que propició un acercamiento a Bruselas sin perder su relación con Moscú. Pero esta ambigüedad fruto de siglos de Historia -Rusia nació en Kiev-, al entonces Presidente Obama le pareció peligrosa y decidió sabotearla por la fuerza: murieron 108 civiles, además de 13 policías. Ello sin contar los 14.000 o 16.000 muertos (aprox) en la guerra del Donbas que la siguió entre 2014 y 2022. Ahora que se habla de que Trump ataca a la UE, conviene recordar que el Donbas (Donetsk y Lugansk) es rusófono de lengua, de cultura y de plurisecular tradición. Y no menos recordar que, en los años anteriores al 1968, el presidente De Gaulle preconizó una ‘Europa hasta los Urales’, luego ampliada ‘hasta Vladivostok’. ¿Trump-Musk planean utilizar a aquel general para que el Imperio gringo-electrónico okupe esta enorme Europa, Siberia incluida? No me extrañaría porque Ucrania está tan esquilmada por las potencias -no sólo gringas y europeas- que le han vendido tantísimas armas y que ahora exigen que se les pague, que a los USA sólo le queda rebuscar entre las tierras raras -y, suponemos, que en Siberia habrá muchas más.

Dejando aparte el reparto de los respectivos botines, no debemos olvidar los diez largos años de la guerra Rusia-Ucrania en la que Zelenski y sus predecesores martirizaron sistemáticamente el Donbas. Por ello, hay que subrayar con letras rojas que esa guerra NO comenzó hace tres años, cuando los tanques rusos entraron en Ucrania, sino que comenzó en 2014 merced a un golpe de Estado en el que llevaron la iniciativa fuerzas fascistas que se reclamaban de Stepan Bandera -el más cruel de los colaboracionistas de Hitler. Visto en perspectiva, fue una de las primeras ocasiones en las que el neoliberalismo se transformó en fascismo abriendo así un teatro de operaciones que Trump-Musk elevan a su enésima potencia.

Los ‘revolucionarios’ del Maidán, paseando la efigie de Stepan Bandera, el sicario de Hitler, envuelto en una bandera rojinegra que falsifica el rojinegro anarquista -también el chorizo Milei dice ser “libertario”.

Por lo demás, Trump (neoliberal y ‘pacifista’ en su primera presidencia) ha optado en su segunda oportunidad por el fascismo puro y duro. En lo que respecta a Ucrania, simplemente está cosechando lo que sembraron sus antecesores presidentes dizque ‘demócratas’.

Obama, el más belicista de los muy guerreristas del partido Demócrata. Para demostrar su decisiva intervención en la llamada ‘revolución de la dignidad’, léase este artículo de una prestigiosa fuente nada izquierdista: Ukraine crisis: Transcript of leaked Nuland-Pyatt call (07 II 2014, BBC)

Los enviados por Obama para encender la guerra, Nuland y Pyatt, visitando a los fascistas alebrestados en la ‘plaza maidan’ (diciembre 2023, foto Reuters) Sus conversaciones durante la ‘revolución’ escrutaban hasta los menores detalles de la composición de los futuros gobiernos ucranianos.

Como sucede en todas las guerras e incluso en todas las paces, las mujeres son las que llevan la peor parte puesto que sus vidas y sus muertes dizque carecen del heroísmo de los soldados y/o de las soldadas. Hace seis años, escribimos sobre un aspecto descuidado de la Ucrania en guerra: “Orwell se quedó corto” (25 III 2019): Hoy vamos a denunciar cómo el fascismo golpista que tomó el poder en Ucrania tiene todo que ver con el siniestro incremento del número de las ucranianas que son explotadas como vientres de alquiler… Dos años antes, otro artº comenzaba con esta cita de Orwell: The law by which every capitalist had the right to sleep with any woman working in one of his factories (1984, 1ª Parte, cap. 7) Hoy, este poste quiere significar que el fascismo ucraniano ha ido más allá de la distopía descrita en 1984… Orwell se quedó corto porque no consideró que el Gran Hermano llegaría a dominar los vientres femeninos… Que acabaría rigiendo una Humanidad tan escindida como la que se está gestando en Ucrania: una Inhumanidad que, desde el nacimiento, estará absolutamente jerarquizada en humanos ricos por un lado y, por el otro, en desechos humanoides sólo útiles para ser manipulados.

Ilustración de los primeros años de la guerra. La famosísima matanza de las escaleras de Odesa que filmó Eisenstein se repitió con todavía una mayor crueldad por los ‘fascistas revolucionarios’ del Maidán.

Volodimir Z. se aprovechó de toda esta guerra para instalarse en la Gran Poltrona durante más años de los que establecía la Constitución ucraniana. ¿Eso le define como dictador? No, sólo es hijo de dos dictadores (gringos y rusos) Pero la patochada de Trump, pese a sólo ser uno más de los infinitos chistes (sin gracia) de este matón de los Mercados, tiene algo de verdad puesto que integra a Zelenski en la pródiga grey de los comediantes que, en estos tiempos de espectáculo, con Trump a la cabeza, ascienden al gran poder político. Es una lástima y una pérdida para el arte y para la política. Pero la culpa no recae en los faranduleros sino en quienes han convertido este mundo en un ‘apolítico’ planeta de relumbrones públicos y de miserias privadas.

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