Bankia, el gobierno y la insolvencia del sector financiero

Bankia, el gobierno y la insolvencia del sector financiero

Economistas del sistema, tertulianos y "expertos mediáticos" llevan años insistiendo en que "nuestro sistema financiero" no tiene problema de solvencia y que en todo caso, los problemas son de liquidez. Otros, en cambio, decimos desde el comienzo de la crisis, que un sistema financiero con buena parte de sus activos vinculados al ladrillo está condenado a dejar de ser solvente a medida que el ladrillo se devalúa.

Últimamente, los hechos ponen las cosas en su sitio y el Gobierno se ha visto en la obligación de intervenir Bankia.

Banco bueno, banco malo

Detrás Bankia se encuentra un embrollo que agrupa buena parte de las antiguas cajas de ahorro:

El 1 de enero de 2011 Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caja de La Rioja, Caja Ávila, Caixa Laietana y Caja Segovia se fusionaron para dar lugar al "Banco Financiero y de Ahorros" (BFA). Todas las entidades fusionadas estaban cargadas de ladrillo ya que habían financiado buena parte de la burbuja especulativa en cada uno de los territorios donde operaban.

Para limpiar el nuevo banco (BFA), se creó Bankia que inicialmente tenía que jugar el rol de "banco malo".

En un primer momento el BFA tenía el 100% de las acciones de Bankia. Después se decidió que Bankia pasos a cotizar en bolsa presentándola como una entidad saneada que, según nos decían, se había desprendido de los activos tóxicos que quedarían en manos del BFA. Es decir, todo lo contrario de lo que inicialmente se pensaba hacer.

Posteriormente, con el fin de ayudar al BFA, que continuaba siendo, con un 45%, el accionista mayoritario de Bankia, el Frob le prestó 4.465 millones de euros.

La devaluación continuada del ladrillo ha llevado al BFA a un callejón sin salida y finalmente el mismo banco ha optado por solicitar al Banco de España que transforme su crédito en acciones convirtiéndose así en el accionista mayoritario del BFA. Esta operación conlleva que el Banco de España acabe siendo la accionista mayoritaria de Bankia, ya que, como hemos dicho, el BFA conserva el 45% de las acciones de su filial.

El rompecabezas se podría resumir así: el BFA finalmente le tocó hacer el papel de banco malo y Bankia el rol de banca saneada, pero Bankia es filial del banco malo y ahora este banco malo ha sido nacionalizado temporalmente, de manera que la nacionalización conlleva al mismo tiempo el control público de Bankia.

El "problema" de la politización

Cuando hay una situación crítica se busca uno o más culpables para no ir al fondo del asunto. Ahora mismo se imputa el problema a la politización de las cajas y se pone Caja Madrid como ejemplo paradigmático de politización.

El espectáculo dado entre diferentes dirigentes del PP de la Comunidad de Madrid avala esta opinión. Pero las conductas de los "peperos" no hacen más que poner de manifiesto que detrás del PP se encuentran potentes grupos empresariales que utilizan este partido como palanca al servicio de intereses privados.

La situación, por tanto, es justamente la contraria de la que nos presentan: han sido las personas procedentes del mundo empresarial, aunque algunas de ellas hicieron una incursión temporal en la vida política, las que han estado al frente de las cajas , y esto mismo ha pasado y pasa en las empresas públicas. Estas personas no tienen ningún respeto por las necesidades sociales: ¡son servidores de los interese privados! Rodrigo Rato es un buen ejemplo, tanto por su origen familiar, como por su pasado empresarial, por su actividad ministerial al servicio de las grandes empresas beneficiarias de la burbuja inmobiliaria y por su paso reciente por el FMI. El actual ministro de economía es otro ejemplo también paradigmático de lo que acabamos de decir.

La nacionalización ruinosa y la privatización del Estado

No puedo huir de la tentación de recordar que no hace mucho, en la discusión de un programa electoral, no diré de qué partido ni de qué elecciones, me opuse públicamente a una enmienda que proponía que las ayudas públicas se convirtieran siempre en acciones. Argumentaba entonces que la enmienda en cuestión sugería que si, pongamos por caso, se concedía un crédito a la Seat, la administración pública que lo entregaba no pediría la devolución del principal ni un interés razonable,¡ se conformaría con un puñado de papelitos para tener derecho a participar en la Junta General de accionistas! Mi opinión fue muy mal vista y mal comprendida por la concurrencia y tuvo poco apoyo. Pues bien, eso es precisamente lo que acaba de hacer en Bankia: el Banco de España ha renunciado a cobrar el crédito de 4.465 millones y el interés de más del 7% que este crédito llevaba asociado; a cambio se queda con las acciones del "banco malo".

He aquí una nueva prueba de que el neoliberalismo no es contrario ni al Estado ni a las nacionalizaciones. Quiere un Estado fuerte a su servicio y quiere al mismo tiempo que este Estado controle toda la actividad económica "mala", es decir, aquella de la que no se puede prescindir pero que genera pérdidas o sólo obtiene una rentabilidad inferior a la que se garantiza en el "sector económico bueno". Ahora bien, esta actividad pública, como decíamos más arriba, ha de gestionarse con mentalidad privada y debe estar en manos de personas al servicio de la empresa privada y muy bien remuneradas.

El efecto dominó

Para evitar un efecto dominó, el Gobierno ha decidido obligar a bancos y cajas a dotar unas provisiones de 30 mil millones de €. Ahora bien,¿ esto resolverá el problema?

Es evidente que 30 mil millones, puede parecer una cuantía astronómica, pero en realidad es poca cosa, si se tiene en cuenta la magnitud de la tragedia.

Además, debemos tener claro que los bancos y cajas no tienen tantos millones en efectivo. Se trata, en todo caso, de un registro contable que repercutirá sobre la cuenta de resultados, ya que supone el reconocimiento de pérdidas reales y de pérdidas no admitidas en ejercicios anteriores. Esto pondrá en evidencia lo falsos que eran parte de los flamantes beneficios que las entidades financieras han lucido en los últimos años y que han permitido repartir dividendos y / o remuneraciones complementarias a directivos de la entidad.

Según el Banco de España, las provisiones para insolvencias de los bancos españoles hasta ahora cubrirían entre 53 y 80% de los préstamos de dudoso cobro, pero esto incluye, sobre todo, los créditos concedidos a promotores y en cambio olvida una gran parte de los créditos concedidos a particulares que también presentan dificultades de cobro.

Si tenemos en cuenta el grueso del problema, llegaremos a la conclusión de que esta suma adicional sigue siendo insuficiente para cubrir las pérdidas reales. Algunos estudios recientes ya indican que las provisiones deberían incrementar hasta cinco veces lo que el gobierno dice, es decir, hasta 270 mil millones de euros.

Según la información oficial, las tasas de morosidad en España son menores que las de Irlanda, en el momento del rescate. Pero Irlanda tenía entonces un desempleo de cerca del 14%. En España, en cambio, es del 24% y muchos de los parados están hipotecados. Se mire como se mire, es imposible asegurar que el sistema financiero español no tendrá que soportar más

Embrollando las cosas

Todavía hay otro problema. Una parte de la deuda pública española (y portugués) ha sido comprada por la banca "española", del mismo modo que la deuda italiana ha sido comprada por bancos italianos.

Por un lado, el Estado debe dinero a los banco. Por el otro, los bancos privados fundamentan su solvencia en una bolsa llena de pagarés y bonos del Tesoro. Luego resulta que el Estado debe ayudar a estos bancos. A veces la ayuda del Estado acaba convirtiéndose en papelitos que le dan la mayoría de unas entidades financieras que tienen su activo lleno de hipotecas tóxicas y de letras y bonos del Estado. Todo esto no hace más que aumentar la correlación de riesgo entre los bancos y el gobierno.

* http://apuigsole.blogspot.com/

Viñeta de Malagón

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