1936: de las academias reales a los Institutos Obreros
Por Cristina Calandre Hoenigsfeld. LQSomos.
La guerra civil española, fue el momento cumbre en el que el programa cultural y educativo de la burguesía reformista pudo ponerse en práctica con el Frente Popular y con los comunistas.
Un hermoso ejemplo fue la fusión de la Junta para Ampliación de Estudios (JAE) y el Instituto Obrero de Valencia, a través de la Residencia de Señoritas, en Valencia. Esto se consiguió, a través del Ministerio de Instrucción Publica que dirigió Jesús Hernández, del Partido Comunista.
Estos institutos para obreros fueron creados por Decreto de 21 de noviembre de 1936, rubricado por el Presidente Manuel Azaña para formar estudiantes entre las obreras y obreros, mayores de 15 años, para realizar el bachillerato de segunda enseñanza. El primero fue el de Valencia.
Anteriormente, el 17 de septiembre de 1936, se publica en la Gaceta de Madrid un decreto firmado por Manuel Azaña, junto al Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, disolviendo a las ocho academias reales, y expropiando sus bienes, se habían quedado anquilosadas y dejaron de tener función social.
Puede observarse que por un lado el Frente Popular potencia la educación pública, y por otro lado elimina la cultura elitista.
También, en agosto de 1936, se nombró por el ministro de Instrucción Pública (rubricado por el Presidente Azaña) a Francisco Barnes, presidente y vocales de la Junta para Ampliación de Estudios, y a nuevos miembros, como Tomas Navarro Tomas, secretario de la JAE en Madrid.
Este a su vez nombró a Luis Calandre Ibáñez, subdelegado de la JAE en Madrid , en Octubre de 1938, y este a su vez se ocupó del funcionamiento de la Residencia de Señoritas-Instituto Obrero de Valencia, en esos años del final de la guerra.
El círculo se cierra, dentro de la legalidad republicana, y la fusión de los institucioncitas republicanos y comunistas.
Fuera, en los territorios ocupados, quedarían los franquistas, vengándose con la creación del ilegal Instituto de España, el 8 de diciembre de 1937, que agrupaba a las ocho reales academias (disueltas por la II República) y la disolución de la Junta para Ampliación de Estudios, el 19 de mayo de 1938, todo ilegal y al margen de la legitimidad republicana, que posteriormente, en noviembre de 1939, daría lugar a la creación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y a la expulsión de los académicos, pues tenían que hacer un juramento ante el Ángel Custodio, y muchos estaban en la cárcel, como Enrique Moles, o en el exilio.
Las academias recuperaron lo de “Reales” y para que no les pase lo mismo, se encuentran protegidas bajo el alto mecenazgo de la Monarquía en la Constitución de 1978.
Recientemente se ha publicado un libro conmemorativo: “35 aniversario de la Associació Cultural Institut Obrer”, presentado por su presidenta , Cristina Escriva , que incluye 35 textos, y numerosas fotografías, donde se explica el trabajo de memoria que vienen haciendo desde 1986.
Cristina Escriva, anteriormente publicó un magnífico libro “La Residencia de Señoritas, su etapa valenciana” subvencionado por la Generalitat Valenciana, donde se documenta, lo que anteriormente explique , la colaboración de la JAE -Residencia de Señoritas , con el Instituto Obrero de Valencia. Fue presentado, entre otros lugares, en la Fundación Ortega y Gasset de Madrid, donde se encuentra el archivo de la Residencia de Señoritas.
Allí estaban en su presentación, a la que asistí, los profesores de la Universidad Complutense, Mirta Núñez Díaz-Balart y Francisco González Redondo, ambos relacionados con la investigación del Instituto Obrero, la JAE y sus científicos.
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