#8M2023: Ante el recorte de derechos, más feminismo crítico, inclusivo, solidario, reivindicativo y transformador

#8M2023: Ante el recorte de derechos, más feminismo crítico, inclusivo, solidario, reivindicativo y transformador

Por APDHA*. LQSomos.

“Este 8M vemos más que necesario poner a la cabeza las necesidades más urgentes de los sectores más precarizados, empobrecidos y excluidos, reivindicando el derecho público y universal a la salud y a la educación, a vivienda, luz y agua, recursos elementales para una vida digna…”

Todas las fuentes alertan del fuerte aumento de la desigualdad, la pobreza y la exclusión, tras la pandemia –ver Informe Andalucía, la desigualdad echa raíces– que habría afectado muy especialmente a los sectores sociales que ya venían sufriendo los efectos de crisis anteriores, deteriorando y limitando aún más sus condiciones de vida y de trabajo, sus relaciones sociales y afectivas, de género, interculturales, etc., empeorando todo ello su salud física y mental.

La pandemia ha puesto de relieve que los cuidados de las personas y su hábitat, compartido con otras especies, nunca estuvieron en el centro de este sistema de vida, profundamente injusto y desigual, recayendo forzosa y unilateralmente sobre las mujeres, de forma gratuita, precaria y subvalorada en general.

La precariedad, la pobreza y la exclusión tienen rostro de mujer, joven y migrante. De ahí que en las movilizaciones feministas nos sumemos a las trabajadoras del hogar y los cuidados al grito de: ¡somos esenciales y sin embargo precarias! De ahí la imprescindible mirada feminista interseccional (estatus económico, origen étnico, lugar de residencia, diversidad funcional, sexual y de género, discapacidad intelectual, etc.) en todas y cada una de las políticas públicas, desde una perspectiva de igualdad, libertad y justicia social, que no ponga en peligro el propio planeta.

Por eso, este 8M vemos más que necesario poner a la cabeza las necesidades más urgentes de los sectores más precarizados, empobrecidos y excluidos, reivindicando el derecho público y universal a la salud y a la educación, a vivienda, luz y agua, recursos elementales para una vida digna. Las insuficiencias y la falta de calidad de todos esos servicios y recursos elementales, las padecemos especialmente las mujeres, mayoritariamente sanitarias, educadoras y cuidadoras de menores y dependientes, sobrecargando, dificultando y endureciendo nuestras vidas, debilitando nuestra salud física y mental.

No es de extrañar, por tanto, una presencia tan destacada de mujeres en las luchas que se están llevando a cabo por una sanidad y educación pública de calidad, contra su privatización, la subida de precios de la luz y los continuos apagones, en esos barrios hartos de sufrir las consecuencias de todo ello. Mujeres especialmente afectadas, como las migrantes dependientes de las exigencias de la ley de extranjería y/o las que conforman familias monomarentales, trabajadoras del hogar y los cuidados cuyo trabajo como internas roza condiciones de esclavitud, lo mismo que las jornaleras de los invernaderos, viviendo en asentamientos de chabolas e infraviviendas, sin apenas acceso a luz y agua. O las trabajadoras sexuales, a quienes ni se les escucha ni se les reconoce su trabajo, ni sus derechos,… Sin dejar atrás los derechos y el reconocimiento de las personas transexuales u otras con diversidad sexual o de género. Ni a las que reclaman asistencia individualizada para potenciar su autonomía partiendo de la diversidad funcional.

Estas y otras muchas reivindicaciones inaplazables, forman parte de los retos pendientes que desde la diversidad de situaciones, reclaman las necesarias políticas públicas desde esa mirada feminista interseccional y aplicación transversal, a todos los niveles de la Administración, desde los ninisterios a las diferentes consejerías de Salud y Educación, Servicios Sociales Comunitarios o Instituciones Penitenciarias. Porque celebramos que haya sido aprobada la última reforma de la ley del aborto -guardada en un cajón durante más de una década por la caverna del poder judicial-, y que finalmente, haya sido aprobada también la llamada ley trans, pero, sin un servicio público de salud, universal y de calidad, falto de recursos humanos y de todo tipo, tendente cada vez más a la privatización, el aborto a cargo de la sanidad pública seguirá siendo una asignatura pendiente y no podrán atenderse adecuadamente tampoco, las necesidades terapéuticas de las personas trans. Y sin una educación pública, universal y de calidad,que garantice la implementación de una educación sexual que integre los valores de la igualdad de género y la diversidad sexual, no estaremos apostando realmente por una transformación de fondo, en las desiguales relaciones actuales de sexo y género.

De la misma manera que, centrar el debate de la insoportable violencia machista que padecemos en las mayores o menores penas, en torno a la conocida ley del “solo si es si”, nos parece una apuesta unilateralmente punitivista, jurídica, política, mediática y socialmente lamentable, identificando justicia con castigo y a las mujeres solo como víctimas, cuando lo que habría que poner en el centro son los derechos y garantías que nos empoderen como ciudadanas, la prevención, la reparación de quienes sufrieron esas violencias y las posibilidades o no de rehabilitación de los victimarios dentro del actual sistema penitenciario, sin eludir responsabilidades al respecto, yendo bastante más allá de la aplicación del Código Penal.

Es cada vez más ineludible que el feminismo en el poder adopte una mirada más interseccional y transversal, en la elaboración de políticas públicas no excluyentes. Nosotras defendemos un feminismo pro derechos e inclusivo, sin dejar a ninguna atrás en el derecho a tener derechos, de todo tipo. Hoy, sigue siendo imprescindible un feminismo crítico, reivindicativo, rebelde y transformador de una sociedad que no puede ser el modelo que deseamos, si genera tanta desigualdad e injusticia social.

8M, hoy como ayer, VIVA LA LUCHA FEMINISTA, aquí y allí, con las mujeres iraníes, palestinas, saharauis, peruanas y un largo etc., seguiremos luchando, por nuestro derecho a la vida y a la libertad. Porque el feminismo es para todas, todes y todos.

* Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía

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