A 35 años del asesinato de Yolanda González
Luca Gomez Pintado*. LQSomos. Febrero 2015
Hoy, 2 de febrero de 2015 se cumplen 35 años del crimen de Estado que supuso el asesinato de nuestra compañera del PST Yolanda González. Si bien los ejecutores materiales fueron juzgados y condenados, cosa que no sucedió con otros crímenes perpetrados por bandas fascistas y grupos parapoliciales durante la llamada Transición, la impunidad y la connivencia del aparato del Estado con los asesinos continúa siendo evidente.
La evolución de la denuncia periodística de la colaboración de Emilio Hellín, el asesino de Yolanda (en libertad tras 14 años de condena, con dos fugas, una de ellas de 3 años en los que trabajó para los servicios secretos de la dictadura de Stroessner en Paraguay), con las instituciones policiales del Estado es una demostración de que aún perviven elementos franquistas en el aparato del Estado. Dicha denuncia, publicada por EL PAIS en febrero del 2013, inició una campaña impulsada por las organizaciones que procedemos del PST (Lucha Internacionalista y Corriente Roja) partido en el que militábamos con ella, junto a ex compañeras, amigas y familiares de Yolanda. El objetivo, aún no conseguido, era esclarecer la colaboración del asesino Emilio Hellín con las diferentes policías del Estado (Nacional, Ertzaintza y Mossos d’Esquadra) mediante cursos impartidos desde una empresa/tapadera, determinar responsabilidades políticas, y evitar que esa colaboración pueda continuar. Para ello se instó a los parlamentos y gobiernos vasco y catalán, al Parlamento y al Gobierno de España, a iniciar procesos de investigación.
Después de la presentación de miles de firmas, de la realización de actos y charlas de divulgación, de las interpelaciones de diferentes grupos parlamentarios (en el Congreso de los Diputados: PSOE, CIU, PNV, IU, ICV-EUiA, CHA, Izquierda Plural y el Grupo Mixto, entre ellos Amaiur, BNG y ERC, a los que hay que añadir CUP-AE -de la que LI forma parte- en el Parlament de Catalunya), después de varias entrevistas con representantes del gobierno español y de los gobiernos vasco y catalán, sólo hemos obtenido evasivas, sin que se haya llevado a cabo ni investigación ni información pública alguna. La última iniciativa parlamentaria fue desestimada por la Mesa del Congreso de los Diputados el pasado mes de Mayo de 2014.
Diversas iniciativas se han sucedido desde entonces. El pasado mes de octubre, vecinos y asociaciones de Deustuibarra, barrio natal de Yolanda, presentaban una moción al Ayuntamiento de Bilbao para dar el nombre de Yolanda a una plaza junto a su casa natal. En diversas ciudades, otros murales recuerdan a Yolanda, como los del movimiento antifascista o como el de la CABA (Casa Autogestionada del Barrio de Aluche, en Madrid), barrio en el que vivía cuando fue secuestrada y asesinada.
Este último mural amaneció lleno de pintadas fascistas en los días que siguieron al asesinato por miembros del Frente Atlético del antifascista Jimmy, del grupo Riazor Blues. Los medios de comunicación apenas dieron cuenta del hecho, pues se encontraban en plena campaña de confusión intentando desacreditar a los grupos antifascistas, igualándolos con las bandas de extrema derecha, culpabilizando a la víctima, Jimmy, y no a sus verdugos, los matones fascistas del Frente Atlético.
Y esto nos suscita una reflexión sobre el fascismo que empieza a reaparecer como algo más que «bala en la recámara» ante las respuestas a la crisis. La policía y las leyes del Estado no son suficientes para enfrentar las luchas que sin duda van a ir en aumento contra las medidas económicas y políticas con que el capitalismo gestiona su crisis. El fascismo no emerge de la nada, sale de las instituciones del Régimen, que lo promocionan mediante leyes xenófobas y represivas, y con una propaganda tendente a crear el clima de opinión que permite a estos grupos ganar apoyo social en los sectores obreros y populares más desfavorecidos. En ese contexto hay que entender no sólo la actual «Ley Mordaza», sino también la campaña de propaganda con que se ha tergiversado el asesinato de Jimmy en Madrid. Las leyes represivas, la ley de extranjería, la campaña contra el derecho de autodeterminación de los pueblos vasco y catalán… constituyen la base ideológica para fomentar la existencia de estos grupos parapoliciales, que serán fuerza de choque del capital en la lucha de clases. El régimen monárquico español, por ser continuidad del franquismo, es aún más claramente protector y promotor del fascismo, como demuestra la raquítica reparación a los luchadores y luchadoras antifascistas, la desmemoria histórica y la protección al asesino de Yolanda.
Como compañeras y compañeros de militancia de Yolanda, sabemos que ella estaría con nosotros, independientemente de cuál hubiera sido su evolución política posterior, en la lucha contra la crisis y contra el fascismo, por la libertad y por la construcción de un futuro socialista.
¡Yolanda, no olvidamos!
¡Hasta el socialismo siempre!
Notas relacionadas:
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– Homenaje a Yolanda González
El impacto del documental sobre Yolanda González demuestra que el reclamo de justicia sigue vigente
Desde su estreno en NAIZ el pasado domingo, decenas de miles de personas de numerosos países han visionado el documental en memoria de la joven Yolanda González, vecina de Deustua secuestrada y muerta a tiros en Madrid, el 1 de febrero de 1980, por el hecho de ser vasca y de izquierdas. Ese amplio eco demuestra que las demandas de justicia siguen latentes.
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