A 40 años del golpe genocida del 24 de Marzo de 1976
Bernardo Alberte (h.). LQSomos. Marzo 2016
Con la llegada de Macri al gobierno se ha abierto una nueva etapa política en la Argentina. El poder económico local asociado al imperialismo se han hecho dueños de los principales cargos ejecutivos del Estado y nuevamente impulsan políticas neoliberales que tanto sufrimiento han ocasionado a nuestro pueblo en décadas anteriores, despidos masivos, quita de retenciones a los sectores del campo y a la minería, aumento de los servicios públicos, endeudamiento con los organismos internacionales de crédito para pagarles a los buitres son parte de la política económica y social del gobierno macrista, a todas luces una descarada transferencia de recursos hacia los grupos concentrados de poder.
Esta campaña mediático- judicial intenta demonizar las experiencias populares y democráticas de estos últimos años, a favor de los lineamientos neoliberales de libre mercado, fronteras abiertas, y total subordinación económica.
Así como en la década del 70 se implantron en la región dictaduras militares, hoy tratan de imponer en el subconsciente de la sociedad que progresismo-populismo y corrupción son la línea de conductas de estas democracias. Como muestra observamos cómo quieren meter presa a Cristina a Lula y tratan de desestabilizar a Evo, a Correa y a Maduro. Quienes los acusan son parte de un sistema de poder y privilegios que fueron afectados por estos gobiernos y ocultan sus intenciones porque dominan los medios y la justicia.
El gobierno argentino descaradamente expresa una avanzada del imperialismo en nuestra América e intenta poner fin a los procesos de cambio que han debilitado la hegemonía norteamericana en la última década.
En 1976 los poderes económicos y el imperialismo necesitaron de la dictadura cívico-militar para llevar a cabo sus políticas de entrega y saqueo a nuestro país, lo hicieron tratando de disciplinar a nuestro pueblo con el terror, hoy, 40 años más tarde. Macri intenta hacer lo mismo persiguiendo a los militantes en su lugar de trabajo, derogando por decreto la Ley de Medios Audiovisuales, reprimiendo a los militantes sociales organizados. En fin tratará de disciplinar a nuestro pueblo para que éste no pueda enfrentar las políticas anti-populares impulsadas por este gobierno.
Durante estos 40 años, nuestra lucha ha logrado que genocidas y torturadores sean juzgados y condenados a prisión. Hoy los defensores de estos asesinos tratan de lograr impunidad para ellos. Se han desmantelado áreas del Estado destinadas al acompañamiento y la investigación de las denuncias sobre los responsables militares y civiles de los crímenes de la dictadura, también tenemos conocimiento que funcionarios del actual gobierno se han reunido con grupos que promueven la impunidad de los genocidas.
Este 24 de marzo, no es un aniversario más. Para quienes hemos luchado reivindicando las banderas de nuestros 30.000 compañeros asesinados y desaparecidos y para quienes defendemos la memoria, la verdad y la justicia, se trata fundamentalmente de una jornada de lucha contra quienes han llegado al gobierno y buscan terminar con lo conquistado hasta el momento.
¡Ni un paso atrás! ¡Memoria, Verdad y Justicia!
¡No olvidamos, ni perdonamos!
¡30.000 compañeros asesinados y desparecidos, presentes!
EXCELENTE INFORME!!