A la espera del libro de Thomas Piketty
Estoy a la espera de que “Le Capital auXXIesiècle” (El Capital en el siglo XXI) de Thomas Piketty se traduzca al español y poder así leerlo detenidamente para tener una visión más afinada de su contenido.
Sin embargo, por lo que ya he podido ver y los fragmentos a los que he accedido, podemos anticipar que el libro se aleja de la economía académica mayoritaria en las últimas décadas que, inmersa en sus sistemas de ecuaciones, olvidó la medición del mundo real. Con esta medición, Piketty deja ahora muy mal parado al sistema capitalista.
El título del libro lleva a pensar, inevitablemente, en El Capital de Marx. Como que Marx escribió hace dos siglo, alguien puede creer que Piketty presenta un análisis más acorde con lo que ocurre en el siglo XXI. No es así. El tema central del libro es, únicamente, la desigualdad.
Marx avanzó en su obra, que una de las leyes generales del capitalismo es la de la acumulación de capital y que ésta conduce a una acentuación de las diferencias sociales. Lo que en todo caso hace Piketty es demostrar empíricamente la validez actual de esta ley.
Sin embargo, Piketty no tiene en cuenta para nada la opinión Marx y considera que las desigualdades se derivan de los diferentes ritmo de crecimiento entre la tasa de rendimiento del capital (r) y la tasa de rendimiento de la renta nacional (g) lo que lo distancia de la ley general de la acumulación expuesta por Marx y de la que ya hemos hablado antes.
Sin aclarar de dónde proviene esta riqueza que -como demuestra Piketty- está tan mal repartida, sin especificar a qué nos referimos cuando nos referimos al capital y sin sacar a la luz la forma cómo se lleva a cabo la explotación capitalista a través de la extracción de plusvalía, es imposible entrar de lleno en el meollo del asunto.
Recordemos, además, que como Marx demuestra en El Capital, la herencia y la especulación, que precisamente son los dos grandes puntos sobre los que Piketty pone su dedo acusador, juegan un papel subsidiario en toda esta historia.
Pero hay más. Al centrarse principalmente en la esfera de la circulación, Piketty sugiere resolver el problema por la vía fiscal. Marx, en cambio, consideraba que en la esfera de la circulación es donde prosperan las condiciones para que la explotación capitalista se lleve a cabo gracias a la mercantilización generalizada, una mercantilización extensible a la fuerza de trabajo. Ahora bien, la explotación es posible gracias al uso capitalista de la fuerza de trabajo, dentro de la esfera de la producción.
Marx nos avanzó, a la vez, en el libro 3º de El Capital, que existe una tendencia al decrecimiento de la tasa de ganancia, o sea, que se tiende a ir en la dirección opuesta a la que sugiere Piketty, que considera que la tasa de rendimiento del capital aumenta de manera ininterrumpida. Con ello ya podemos ver que se abre otro terreno para una polémica que los marxistas no debemos rehuir.
Todo junto me lleva a la conclusión que con la explicación de Piketty ni se puede entender cuál es la razón por la que existen y crecen las desigualdades, ni las razones de fondo que comportan que el capitalismo periódicamente entre en crisis.
Pero no anticipemos más conclusiones. Preparémonos para la lectura y cojamos el toro por los cuernos. En todo caso, el debate está servido.