Agde, campo de los catalanes en la retirada
Agde fue llamado el campo de los catalanes, veamos el porque. La retirada llevo a miles de españoles a refugiarse en Francia, creyendo encontrar allí remedio y amparo para los males que habían tenido que sufrir huyendo de la demencia asesina del franquismo.
No fue así, ya en la frontera los franceses les recibieron con insultos, les despojaron de sus armas y de cuanto tenían y los encerraron como a animales en playas inhóspitas cercadas de alambradas. El frío, la desesperación, el hambre rodaban, agravado todo por los ataques de los senegaleses a los que se les dio permiso para asesinar robar y violar, igual que Franco hizo con los marroquíes, los moros, destinados a aterrorizar a los republicanos. En Francia fueron los senegaleses los encargados de esta tarea y la cumplieron bien; en Perpinyà tienen dedicada una calle para perpetuar sus vergonzosas hazañas.
Los catalanes que pasaron la frontera fueron muy numerosos, es normal, la tenían cerca, muchos ignoraban que al entrar en el Roussillon estaban en su mismo país, venían de Catalunya sur, y ahora estaban en Catalunya norte.
Los que conocían la historia podían saber que aquel trozo de su país que además fue el origen de su patria catalana, fue dado como regalo por un rey español, Felipe IV al rey francés. Los reyes siempre han creído que los países les pertenecen, nada les importa que los habitantes no deseen ser vendidos a otros amos, pero así fue, el tratado de los Pirineos partió en dos Cataluña, nuestro monte sagrado, el Canigó paso a ser francés. Desde esta fecha los franceses se dedicaron a afrancesar a los catalanes, se les prohibió hablar su lengua, la enseñanza era en francés y todo el papeleo debía hacerse en esa lengua y los que no la conocían eran penalizados y perseguidos. Para hacerse una idea no hay mas que recordar lo que paso en Catalunya sur con el franquismo, en el norte duró siglos y los habitantes del Roussillon fueron integrándose como pudieron a la cultura francesa.
Argelès, le Barcarès Saint-Cyprien, Rivesaltes, estos siniestros nombres resuenan como campanadas de muerte en el corazón de los republicanos, allí padecieron y murieron los que defendieron la República, sus mujeres y sus hijos, son cicatrices que siempre sangrarán. Todos estos campos están cerca de la frontera. El de Agde se hizo fuera del Roussillon y había una razón para ello: los habitantes de los alrededores de los campos pronto fueron por curiosidad a ver a los españoles refugiados, la Iglesia les había dicho que eran el diablo y que tenían cola, así que iban ilusionados para ver a los diablos enjaulados.
No parece que llegasen a ver las colitas de los republicanos pero de lo que si se dieron cuenta es de que gran número de ellos hablaban su misma lengua, podían entenderse con ellos, eran hermanos, se hicieron amigos, se encontraron después de siglos de separación. Las autoridades francesas no pudieron soportar esto, había que levantar una barrera lingüística más eficaz que los alambres. Otra vez fueron separados, a los catalanes se les llevó a Agde, más allá de Catalunya Norte.
Agde es un lugar situado en la desembocadura de un río y fue en tiempos romanos un puerto frecuentado, allí se preparó rápidamente un campo donde internar al mayor número de catalanes posible, donde hoy día existe un establecimiento escolar y una reciente urbanización se aplanó el accidentado suelo y se construyeron miserables casetas destinadas a acoger hasta 24.000 catalanes, sobre todo hombres. Las mujeres y niños eran separados de sus padres y compañeros e internados donde les mandaban los franceses, muchas familias nunca pudieron encontrarse.
Los senegaleses fueron, como en los otros campos, destinados a vigilar y reprimir a los prisioneros, cosa que hicieron de buena gana. Las intemperies, la represión, la falta de comida y de higiene no llegaron a acabar con el coraje de los luchadores republicanos; como en otros campos escribieron poesías, daban conferencias y clases y sobre todo soñaban con un país perdido y con su República asesinada, pero allí llegaron a más mostrando un talento que floreció entre las alambradas.
Los republicanos llevados del espíritu que les hizo a luchar por un mundo mejor, se pusieron al servicio de las autoridades de lo que no era más que un pueblecito, para compensar así las molestias que su presencia pudiera ocasionarles. Esta colaboración llevó a que se pusieran en marcha prospecciones arqueológicas, aprovechando el saber y la mano de obra de los prisioneros. Hoy día Agde es un sitio reconocido por sus hallazgos, esculturas bellísimas, ánforas, bustos y toda clase de huellas de lo que fue un sitio importante de la antigüedad, el museo que organiza interesantes exposiciones es muy conocido y quizás este amor por la arqueología de los habitantes de Agde venga de lo que los republicanos comenzaron a excavar durante su cautiverio.
Pero hubo más, y eso es lo extraordinario, entre los allí internados había artistas que pintaban y esculpían, cuando el alcalde tuvo noticia de ello les encargó que decoraran el salón principal de la alcaldía. Así lo hicieron, hoy día este testimonio del arte y el valor de los artistas republicanos, que en medio de la tragedia que vivían siguieron dando testimonio de su valía. Puede verse aun la sala de la alcaldía dedicada a las bodas de un pueblo que nunca les ha olvidado.
La obra principal es un gran fresco inspirado por el pasado de Agde, puerto del imperio romano. En el centro Mercurio, dios protector de los viajeros, esta representado para amparar a los navegantes y quizás también a los que debieron recorrer los caminos huyendo de la barbarie. Otra composición muestra a Neptuno saliendo de las ondas; otras están dedicadas a hermosas campesinas y valientes navegantes, la firma de los artistas puede verse al pie de los cuadros. Su colorido y su técnica siguen asombrando a los que los visitan.
Los republicanos de Agde siguieron su destino, cruel, como el de tantos refugiados, aunque algunos no abandonaron la región, sus descendientes se afincaron y allí siguen. En la alcaldía pueden verse aun las pinturas que crearon, después de tantos años siguen admirándose y hace unos años se hicieron unas jornadas dedicadas a los refugiados españoles con la participación de los habitantes del pueblo y de los niños escolarizados en el edificio que ocupa el lugar del campo donde estuvieron cautivos. Mientras las obras de arte sigan allí los republicanos no serán olvidados, vivirán con nosotros.
Los españoles ocuparon el campo de Agde hasta finales del año 1939, pero su historia sigue y muestra una vez más cómo la historia de los republicanos está íntimamente ligada a la gran guerra europea. Los voluntarios checos dispuestos a luchar con el ejercito francés contra el nazismo se dan cita en el campo. 5.000 jóvenes se reúnen allí amparados bajo la bandera checa, desde allí partirán para defender Francia, la rendición francesa les desmoviliza y son obligados a formar parte de los trabajadores extranjeros.
Después son los belgas, que vienen a sustituir a españoles y checos. 1.500 belgas se reagrupan en el campo dispuestos para el combate, pero la capitulación del rey de Bélgica ante los nazis les convierte en prisioneros y son tratados como antes lo fueron los republicanos, sin salidas, mala comida y desesperación, allí estuvieron hasta que ellos también siguieron su destino.
El régimen colaboracionista de Petain ordena a internar a los extranjeros, demasiado numerosos para la economía francesa, un poco como lo que decian Sarkozy y sus ministros, eso es lo que se llama “La France Eternelle”. Fueron internados allí judíos y españoles otra vez, mujeres niños y ancianos, su número llegó a los 6.000, entre ellos yugoslavos, armenios, alemanes… que huían de los nazis. También se reagrupó allí a los gitanos, pero no se conoce cuantos fueron. Algunos de estos cautivos partieron para el campo de Argelès, abierto otra vez para ellos como también el de Rivesaltes. Las redadas de judíos franceses llegan a llenar el campo de Agde y el de Rivesaltes, de allí saldrían para acabar en los hornos crematorios, deportados por los franceses y entregados a los nazis.
Hasta su cierre definitivo en el año 43 el campo fue ocupado por diversos grupos de personas venidos de países ocupados por los alemanes entre ellos españoles que no querían volver al paraíso franquista. Muchos de ellos ayudaban a los campesinos en sus trabajos agrícolas.
Por este campo pasaron personajes que no debemos olvidar, héroes quizás poco conocidos de la lucha contra los bárbaros que invadieron Europa. Recordemos a Alfred Bartos, estuvo allí con sus compatriotas checos de los que hablamos antes. Pudo marchar a Inglaterra donde prosiguió la lucha para liberar su país en manos de uno de los peores carniceros nazis, Heydrich. Los ingleses quisieron mostrar al mundo que para ellos la guerra continuaba y formaron un comando decididos a dar su merecido al amigo de Hitler que cometía allí crímenes horrendos contra la población checa. En el comando estaba Alfred Barto. El atentado se llevó a cabo tal y como se había planeado, el verdugo nazi fue ejecutado, los patriotas se replegaron en los escondites que tenían preparados pero alguien les denunció, todos fueron asesinados por las SS, aunque algunos no se rindieron sin luchar. Alfred fue herido y sus verdugos quisieron salvarle para torturarle, como tenían por costumbre, pero él prefirió la muerte que caer en sus manos. Un héroe, el y sus amigos mostraron al mundo que se puede resistir a los asesinos, como antes y luego siguieron resistiendo los republicanos.
Otra heroica luchadora fue la que se llamó la Dame d´Izieu, madame Zlatin, que era enfermera y judía. Trabajó en el campo de Agde y allí deicidió intentar salvar a los niños judíos amenazados por la locura asesina de los nazis, escondió a muchos. Cuando vio que la amenaza se acercaba a ellos los llevó a Izieu, donde su marido profesor tenia una colonia de niños judíos y durante algún tiempo vivieron en paz, pero Sabina y su marido veían como la red les iba envolviendo y decidieron dispersar a los niños. Demasiado tarde, mientras su mujer estaba buscando refugios para los pequeños la gendarmería y los secuaces de Klaus Barbie, el jefe SS de Lyon, se presentaron en la colonia, encerraron a los niños en los camiones y los llevaron al horno crematorio de Auschwitz. Los profesores también fueron deportados y asesinados, entre ellos el marido de Sabina. Sólo una profesora volvió del campo de exterminio y pudo contar lo sucedido en el proceso de Barbie. 44 Niños de todas las edades fueron convertidos en humo, los esfuerzos de las gentes que quisieron salvarles no sirvieron de nada. Lo que si sirvió fue la denuncia de un vecino que provocó la redada, al parecer a este asesino no se le incomodó. Se le envió a otro departamento donde se le dieron tierras, nada podían reprocharle, no hizo mas que aplicar las leyes del gobierno de Petain.
No olvidemos la Retirada y a los republicanos que sufrieron en los campos de concentración franceses. Visitemos el de Agde, allí nos esperan las hermosas pinturas que los artistas crearon para la posteridad, los archivos con los nombres de los que estuvieron internados están disponibles y la directora de la biblioteca siempre está a la disposición de los que quieran recordar con ella los que allí sufrieron. Si alguien esta interesado en organizar visitas puede contactarla. Espero que seamos numerosos a reunirnos bajo las pinturas de Agde para mostrar que nunca olvidamos a los combatientes de la libertad.
Nota de edición:
Febrero es el mes de la retirada y cada año se conmemora en Argeles. Harlem Desir, el secretario del Partido Socialista francés, se atrevió a decir en la televisión que los españoles fueron muy bien recibidos en su país y que "estamos muy agradecidos por su acogida", otro intento de borrar nuestra memoria, estamos protestando contra la desmemoria. La ocultación de la historia lleva a lo que está pasando ahora en España, no olvidemos: Carta colectiva «Desarrollar la educación histórica».