Sí, al fin se armó el belén
Daniel de Cullá. LQSomos. Diciembre 2017
Porque al fin de cada día, el padre Dámaso esto les quería decir a su esposa Gloria y a sus tres hijos que intentaban poner un belén “como dios manda”, y conseguir el premio que les había prometido, que era el traer un pavo para cenar en esta fiesta principal de Navidad, sin saber que una paloma, que tenía su nido en el corral donde esperaba el pavo a que le llevaran de fiesta, le dijo que no se dejara coger y escapase, pues se le llevarían a casa y que, bien asado, se le comerían. El pavo compadeciéndose de ella, pues tenía envidia de que no la llevaran como a él de fiesta, le aconsejó que volara alto y que no bajara al suelo, pues el cazador aprovecha el momento de su ausencia para robarle los pichones del nido, que son, también, un buen manjar para estos días. El pavo le dijo que no tenía miedo, pues, donde él iba, era a una casa de beatos, y para distraer a los hijos; que sabía de cierto que no le arrancarían las plumas ni le troncharían la cabeza, porque le había oído decir a la señora de la casa: “Que al pavo y al cura por Navidad se les busca”.