Al-Zahawi, poeta y filósofo, adelantado a su época

Por Waleed Saleh*
Al-Zahawi (Iraq,1863-1936), poeta, filósofo y científico es una importante figura intelectual de finales del S XIX y comienzos del XX. Con una formación cultural sólida y una visión crítica hacia la sociedad iraquí de su tiempo intentaba ejercer cambios sociales y políticos para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Se rebeló contra las prácticas sociales que impedían el avance social, contra las enseñanzas de la religión que obstaculizaban el desarrollo cultural y científico del país y especialmente contra las condiciones jurídicas y sociales de la mujer iraquí, rehén de funestas costumbres y del hijab que la obligaba a estar ausente de la vida pública. Fue también muy crítico con el colonialismo otomano y posteriormente con el británico. Contaba al-Zahawi con el apoyo de muchos pensadores y escritores iraquíes y árabes que admiraban su poesía y su pensamiento. Pero también tenía muchos adversarios, sobre todo de las clases conservadoras que entendían la postura del poeta como un llamamiento al ateísmo y a la corrupción social e intelectual.
Nuestro autor se identificaba de la siguiente manera: “en mi infancia me llamaban ‘el loco’ por mis tics nerviosos. En mi juventud era conocido como ‘el vanidoso’ por mi amor por la música, en mi madurez ‘el atrevido’ por resistirme al autoritarismo y en mi vejez ‘el ateo’ por expresar mis opiniones filosóficas”.
Fue muy crítico con las religiones, pensaba que los hombres eran los que habían creado a los dioses y no al contrario:
“Al dudar de la verdad de la Naturaleza y erigirte como predicador,
inventaste un dios para resolver tus problemas
y esto se convirtió en el gran problema”
Pero su mayor fama se debe a su defensa de la mujer iraquí, la árabe y musulmana en general.
Publicó en 1910 en el semanario egipcio al-Mu’ayyad un artículo bajo el título “La mujer y sus derechos en el islam” que provocó un gran revuelo: el gobernador otomano de Bagdad, Nadim Pachá le cesó de su empleo (Profesor en la Escuela de Derecho). Y el Jeque Muhammad Sa’id al-Naqshabandi escribió un libro como respuesta con el título de al-Sayf al-bariq fi ‘unuq al-mariq (La brillante espada en el cuello del hereje), desmontando las afirmaciones del poeta relativas a la actitud del islam hacia la mujer.
En uno de sus poemas reclamaba:
“Descubre la cara, hija de los árabes;
el velo es para la sociedad una enfermedad penosa.
Todo se renueva, ¿por qué entonces se acepta esa costumbre arcaica?
Elimínalo y rompe este falso Centinela”.
Al comparar los derechos del hombre y los de la mujer afirmaba: “Para él la libertad y para ella la esclavitud, para él el conocimiento y para ella la ignorancia, para él la razón y para ella la torpeza, para él la luz y el espacio abierto y para ella la oscuridad y la cárcel, para él el orden y el mando y para ella la obediencia y la paciencia, para él todo lo que existe en la vida y ella es parte de aquel todo que ha sido usurpado”.
Su largo poema Revolución en el infierno, recientemente traducido al español y publicado es una especie de epopeya, un texto satírico en forma de diálogo poético, con fondo filosófico y social redactado en el año 1929 y publicado por primera vez en 1931. Consta de algo más de 400 versos clásicos divididos en 23 partes por subtítulos. Narra el encuentro del poeta después de su muerte y entierro ante los dos ángeles Munkar y Nakir conforme a la tradición islámica. Estos someten al poeta a un largo interrogatorio, preguntándole por su fe y sus actos en la vida y que terminan condenándole al infierno eternamente. Pero antes lo llevan al paraíso para constatar el bienestar de sus moradores y después lo conducen al infierno. Allí se encuentra con los científicos, inventores, poetas y filósofos más destacados de la humanidad. Encuentra a los filósofos griegos: Platón, Aristóteles, Sócrates y también a científicos como Darwin, Newton, Huxley, además de a su admirado poeta árabe medieval al-Ma’arri (973-1057). Este, al final lidera una revolución en contra de los guardianes del paraíso y el acto acaba con la victoria de los habitantes del infierno y la derrota de los “necios” que residen en el paraíso. Al final del poema, el lector se entera de que se trata de un sueño – pesadilla provocada por una cena copiosa.
Existe un claro paralelismo entre el poema de al-Zahawi y la Epístola del perdón de al-Ma’arri. También los estudiosos señalan una posible influencia de la Divina Comedia de Dante.
Revolución en el infierno es sin duda uno de los textos más importantes de al-Zahawi porque representa en gran medida su pensamiento, su carácter liberal y su tendencia a luchar contra todas las ataduras que paralizaban el desarrollo de la sociedad iraquí y también las sociedades árabes y musulmanas en general.
* Profesor Emérito del Dpto. de Estudios Árabes e Islámicos de la UAM.
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Es de agradecer este recordatorio sobre Al-Zahawi, que creo no “se adelantó a su época”, y recuerdo el artículo que se publicó en LoqueSomos el pasado año sobre Abū al-ʿAlāʾ al-Maʿarrī (973-1058) que es de una época mucho más antigua y también muy crítico con las religiones. No se le debe considerar “ateo” en el concepto árabe e islámico. De hecho la palabra “ateo” tal y como la aplicamos en occidente no está recogida en el vocabulario árabe. //loquesomos.org/lecturas-de-verano-v-el-buen-habito-de-la-lectura/. Mis felicitaciones al autor de artículo.