Arbitrariedad, error y auto-lesión: los aranceles europeos sobre los coches chinos

Arbitrariedad, error y auto-lesión: los aranceles europeos sobre los coches chinos

Por Pedro Barragán*

Este 12 de junio la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen ha acordado imponer aranceles provisionales a las importaciones de vehículos eléctricos (EV) chinos. Los nuevos aranceles se incrementan a partir de julio entre el 17,4 por ciento y el 38,1 por ciento a añadir sobre el 10 por ciento previo.

La incomprensible posición de España

Las razones que la Unión Europea ha expresado para justificar esta decisión, que supone una grave escalada en la guerra contra China, son las supuestas prácticas comerciales desleales de China, incluidas las no identificadas subvenciones gubernamentales que dan a los fabricantes chinos una ventaja competitiva injusta. En el argumentario de la Comisión, estas prácticas chinas habrían llevado a la Unión Europea a considerar medidas para proteger su industria automotriz local y asegurar un campo de juego nivelado para sus empresas.

Arbitrariedad

Esta decisión es arbitraria por cuanto la investigación de la Comisión Europea comenzó a pesar de no haber recibido ninguna queja formal de la industria automovilística europea. Cuando existe una competencia desleal en el comercio internacional son los sectores industriales del país de destino quienes denuncian el supuesto dumping e inician los procedimientos. En el caso de los coches eléctricos de China en Europa, no solo los fabricantes europeos no han iniciado ningún procedimiento, sino que unánimemente se oponen a la decisión adoptada por la Comisión Europea y niegan la ventaja competitiva injusta de los coches chinos. Y son buenos conocedores de la industria automovilística china porque casi todos tienen importantes fábricas en ese país.

Veamos las declaraciones de los principales fabricantes de automóviles europeos ante el anuncio de Ursula von der Leyen:

“Los derechos compensatorios generalmente no son adecuados para fortalecer la competitividad de la industria automovilística europea a largo plazo; los rechazamos”, Grupo Volkswagen.

“Los efectos negativos de esta decisión superan cualquier beneficio potencial para la industria automovilística europea y especialmente para la alemana”, Grupo Volkswagen.

“Esta decisión de imponer derechos de importación adicionales es un camino equivocado. La Comisión Europea perjudica así a las empresas europeas y a los intereses europeos”, Oliver Zipse, director general del Grupo BMW.

“El proteccionismo corre el riesgo de iniciar una espiral: los aranceles conducen a nuevos aranceles, al aislamiento en lugar de a la cooperación”, Oliver Zipse, director general del Grupo BMW.

“Si se afianza una tendencia general hacia el proteccionismo, esto tendrá consecuencias económicas negativas para todas las partes interesadas”, Mercedes-Benz.

El consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, también ha afirmado que los aranceles que se imponen a las importaciones de vehículos eléctricos provenientes de China no son “una solución a largo plazo” para el sector. “Como empresa global, Stellantis cree en la competencia libre y justa en un entorno comercial mundial y no apoya medidas que contribuyan a la fragmentación del mundo”, Stellantis.

Al igual que ocurre con los fabricantes, importantes países de la Unión Europea se oponen a esta medida, como es el caso de Alemania, Suecia y Hungría. A destacar las declaraciones del canciller alemán, Olaf Scholz, advirtiendo que “El aislamiento y las barreras aduaneras ilegales en última instancia encarecen todo y empobrecen a todos”.

Noruega, que tiene la mayor densidad de vehículos eléctricos del mundo, no se sumará al aumento de los aranceles de la UE sobre los automóviles eléctricos chinos, informó Bloomberg, citando al ministro de Finanzas, Trygve Slagsvold Vedum. “Introducir aranceles a los automóviles chinos no es relevante ni deseable para este gobierno”.

Por otra parte, es evidente que no se ha producido ningún daño real en el sector automovilístico europeo por la presencia de coches chinos. Así que, en ausencia de daños, la Comisión Europea ha tenido que justificar las medidas por la amenaza “potencial” de la llegada de vehículos eléctricos chinos a coste económico al mercado europeo.

La arbitrariedad de la decisión es evidente. No responde a criterios económicos sino a motivaciones políticas impuestas por algunos partidos, no ha surgido del mercado ni de las empresas automovilísticas europeas y solo responde al dictamen de Estados Unidos, quien unos días antes ha adoptado una resolución parecida.

Arbitrariedad porque los aranceles son solo para las exportaciones a Europa de coches eléctricos fabricados por empresas de capital chino, las exportaciones de China a Europa de coches eléctricos fabricados en China por empresas norteamericanas o europeas no está claro que vayan a tener estos aranceles. ¿Cabe imaginar que en China unos fabricantes tienen subvenciones y otros no?. ¿Cabe imaginar que esto fuese posible con el silencio de los perjudicados?. En 2023, como puede apreciarse en el cuadro, solo el 40 por ciento de los coches chinos exportados a Europa eran de marcas chinas.

Y es arbitraria porque perjudica a los consumidores europeos y frena el cambio hacia una economía más verde y con menos emisiones de carbono. Los vehículos eléctricos chinos con costos más económicos ayudarían al despegue de una locomoción más limpia en Europa.

Error

Presuntamente la Comisión Europea pretende ayudar a la industria automovilística europea frente a la competencia china, pero esta supuesta ayuda es tan solo un argumento para tapar la razón política de la decisión basada en consideraciones ideológicas anti-chinas y pro-americanas.

Ya hemos visto la oposición de la industria a esta medida. El desplome en las bolsas de las cotizaciones de estas empresas europeas el mismo día del anuncio muestra la evidencia del mercado sobre las autenticas razones de este salto cualitativo de la guerra contra China que terminará afectando a Europa. Desplome en bolsa de las empresas automovilísticas europeas que ha coincidido con una subida del 6 por ciento de la automovilística china BYD.

El proteccionismo solo va a llevar a la industria a la pérdida de competitividad y a su declive comercial. La ventaja de los vehículos eléctricos chinos reside en la actualización tecnológica y la reducción de costes que la fuerte competencia existente en el mercado chino genera. El proteccionismo nos va a llevar inevitablemente a Europa a más inflación y retraso tecnológico.

Auto-lesión

La preocupación que hemos visto de los fabricantes automovilísticos europeos es comprensible, ya que la mayor parte de ellos están integrados en el mercado automovilístico chino donde no solo venden y fabrican coches, sino que además tienen sus cadenas de suministro integradas con los proveedores chinos.

En 2023 las exportaciones chinas de coches tan solo fueron del 15,9 por ciento de la producción automovilística nacional, mientras que Alemania exportó el 75,5 por ciento de su producción de vehículos. Es Europa la que está en riesgo de sufrir las consecuencias de la guerra comercial contra China.

El seguimiento de la política norteamericana por parte de Europa está suponiendo un día sí y otro también, una auto-lesión injustificable. Estados Unidos no puede soportar el sorpasso de China a nivel económico y dentro de su política supremacista no duda en generar una guerra comercial mundial donde todos pierdan, con la esperanza de arruinar a la economía China. Apoyar desde Europa esta política agresiva contra un país pacífico para mantener la preponderancia norteamericana, nos está llevando a la parálisis económica y a la pérdida de identidad propia.

La reacción de China, a través del Ministerio de Comercio, no se ha hecho esperar solicitando “corregir de inmediato sus prácticas erróneas y abordar adecuadamente las fricciones económicas y comerciales a través del diálogo y la consulta”, y prometiendo “tomar todas las medidas necesarias para defender firmemente los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”. El Ministerio ha afirmado que “la parte europea ignora los hechos y las normas de la OMC e ignora las repetidas y fuertes objeciones de China”. “El sector industrial chino está profundamente decepcionado y resueltamente opuesto a la medida”.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, a través de su portavoz Lin Jian, ha advertido que “la investigación antisubsidios de la UE sobre los vehículos eléctricos chinos viola los principios de la economía de mercado y las reglas del comercio internacional, y dañará los intereses de la UE”. “La investigación antisubsidios de la UE sobre los vehículos eléctricos chinos es esencialmente un acto de proteccionismo”.

China no ha anunciado ninguna contramedida y está pidiendo reflexión a la Unión Europea. Pero son muchas las voces que en China están reclamando al gobierno la adopción de aranceles para los automóviles de más de 2,5 litros para reducir las emisiones de carbono, lo que tendría un fuerte efecto sobre las exportaciones europeas y varias industrias están investigando el posible dumping de ciertos productos agrarios procedentes de la Unión Europea tales como los productos porcinos y lácteos, que se sumarían a la investigación pendiente de resolución sobre el brandy.

Si nos fijamos en estas posibles contramedidas, vemos que el arancel para los automóviles de más de 2,5 litros estaría en línea con las reglas de la OMC y ayudaría a China a promover la transición verde en la industria automotriz y perseguir el objetivo de reducir las emisiones de carbono.

Solo en este punto la auto-lesión de la Unión Europea podría ser muy importante, ya que según cálculos de la Asociación de Vehículos de Pasajeros de China, citados por Global Times, la UE exporta a China un total de 18.000 millones de dólares en automóviles con motores de gran cilindrada cada año, cifra superior al valor de los vehículos eléctricos que China exportó a la UE en 2023.

La incomprensible posición de España

Pedro Sanchez y ejecutivo de Chery. Foto: Lorena SopÃ(TM)Na/Zuma Press

El alineamiento de España, empujada por Francia, a favor de la guerra comercial contra China, en el terreno automovilístico, es totalmente incomprensible y carece de justificación económica. Mucho más si consideramos que el Presidente Macron no es ya sino un cadáver político.

De acuerdo con la Agencia EFE, la consultora Trivium China ha indicado que “Los aranceles agrícolas, como los dirigidos contra el brandy francés o el cerdo español, podrían ser un castigo para los dos principales impulsores (Francia y España) de la investigación a los eléctricos, apuntando a la influencia de los agricultores sobre la política europea. Esta consultora también matiza que “China no quiere una guerra comercial con Europa”.

¿Qué sentido tiene que España se convierta en la punta de lanza del proteccionismo y de la guerra comercial contra China? Abanderar en Europa la política pro-norteamericana de guerra comercial contra China solo puede traerle problemas a España y al gobierno de coalición. España no tiene nada a ganar confrontando contra China, impulsando una guerra que perjudica a Europa y a la que se oponen tanto la industria como un buen número de países.

Y lamentablemente las exportaciones agrarias de nuestro país hacia China podrían ser una de las primeras afectadas. Recordemos que España es uno de los mayores exportadores de porcino del mundo (1,3 millones de toneladas en 2023) y China es el destino del 40 por ciento de nuestras exportaciones porcinas. El Ministerio de Comercio de China ya ha anunciado el inicio de una investigación antidumping sobre determinada carne de cerdo y sus subproductos originarios de la UE a petición de la industria nacional china. Interporc, la asociación exportadora de carne de cerdo de España, ha expresado en un comunicado que “El sector porcino aboga por un entendimiento comercial entre la UE y China”.

Esperemos que en el período de reflexión que se abre a partir de este momento, España adopte una posición de defensa del comercio y de la resolución de las diferencias a través del dialogo, tal y como parecen estar apoyando Chequia, Eslovaquia e Italia, además de las ya mencionadas Alemania, Suecia, Hungría y Noruega.

* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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