Asturias 1934: La lucha revolucionaria por la República Social y Antifascista

Asturias 1934: La lucha revolucionaria por la República Social y Antifascista

Por Acacio Puig*

1.- La derecha sigue mintiendo nueve décadas más tarde

90 años después de la Revolución de Asturias, el carácter, desarrollo y causas de aquellas heroicas jornadas obreras está sobradamente evaluado por historiadores, militantes y movimientos memorialistas. Sobre su desarrollo y contexto hay documentados análisis muy precisos entre los que proponemos revisitar estos dos: el de Diego Farpón, publicado en 2020 por Loquesomos  y el de Andy Durgan, de octubre 2024, publicado hace unos días por el digital de Viento Sur.

Por el contrario, el bloque de la derecha española sigue falsificando aquella verdad histórica como medio de justificar el golpismo franquista. Para esa siniestra ideología todo iba bien… hasta que la izquierda quiso acabar con la República mediante una intentona golpista encabezada por los socialistas en 1934.

Última ilustración de esa historiografía cutre, engañosa y cínica es el artículo “Asturias 1934: ¿Movilización contra…o detonante de la guerra civil?” publicado por Lecturas-El Mundo el pasado 27 de septiembre, un artículo que enfatiza ese bodrio ideológico desde su entradilla (la imagen que acompaña esta nota): “Hace ahora 90 años…el PSOE encabezó una revolución que pretendía acabar con la legalidad republicana”.

Así El Mundo, como periódico de la derecha extrema y franquista, ensaya la carambola: denuncia lo que caracteriza como golpismo socialista de 1934, es decir “una revolución…. que intentó acabar con la legalidad republicana” y de paso justifica el golpe franquista, que sería mera respuesta frente al caos subversivo.

El autor F. Palmero, también previene contra el “presentismo histórico” (sic) pero… ¿cabe más presentismo que esa hipótesis manipuladora y distorsionada que inventa una tradición golpista y antirrepublicana del PSOE, le otorga el liderazgo de una insurrección obrera que por el contrario fue alentada unitariamente (Alianza Obrera) y lo hace para que cale como el antecedente del gobierno social-comunista-bolivariano-sanchista…que conviene reventar por todos los medios?

2.- La lucha por una República Antifascista y Social

Las consecuencias del crack del 29 impactaron en toda Europa y la grave crisis social generada (paro, quiebras y despidos, colapso de económico, industrial y financiero…) que acompañó los años conocidos como Gran Depresión, fue encarada por los partidos gobernantes mediante el recorte de libertades, deslizamientos hacia dictaduras y avance acelerado de regímenes fascistas.

Desde años antes (1922-1923) en Italia ya se había instalado el régimen fascista de Mussolini que con apoyo de ejército, gran capital, monarquía y bandas armadas, había derrotado al movimiento obrero y campesino, prohibido sus organizaciones y laminado las libertades políticas y derechos sociales.

En enero de 1933 fue Hitler quien se imponía como canciller y en 1934, ya como Führer, consolidaba la nazificación de Alemania y las conocidas y catastróficas consecuencias bélicas y genocidas de su aventura política: ilegalización y persecución de las organizaciones sindicales y de todas las de orientación marxista y anarquista además del asesinato masivo de decenas de miles de sus activistas y el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial: invasiones, destrucción y campos de exterminio.

El mismo año 1933 Austria, devorada por la inflación, el paro y la carestía anexos a la Gran Depresión, sufría el golpe de estado desde el propio poder instituido, un golpe arbolado por su canciller Dollfuss y las fuerzas reaccionarias que le apoyaban -incluidos los nazis austríacos con los que buscó acuerdos de cogobierno. En marzo de1933, Dollfuss disolvía el Parlamento, pasaba a gobernar por decreto y suspendía las libertades. En febrero de 1934 la resistencia de la izquierda ante aquella regresión mediante la llamada “guerra civil austríaca”, fue sangrientamente derrotada por el ejército y las milicias fascistas y nazis y en mayo de 1934 se decretó una nueva Constitución extraordinariamente autoritaria con la que Austria iniciaba el camino de lo que se llamó el Austrofascismo.

Es decir que la amenaza fascista europea y su extensión a la España Republicana, no era en absoluto una fantasía, ni un pretexto para aventureros izquierdistas sino que constituía el muy alarmante contexto continental: incluir ese hecho en la agenda de defensa de la República era pues de máxima urgencia, aunque los conspiradores fascistas lo ocultasen (y en el presente, lo oculten) para ganar tiempo… mientras tejían las alianzas reaccionarias que hicieran posible el éxito del fascismo en España mediante un golpe de estado militar-civil con apoyo internacional. Sobre ese inmenso apoyo de nazis y fascistas, en soldados y máquinas de guerra, fundamentalmente aviación –bombarderos y cazas…- existe abundante documentación.

El Bienio Republicano Progresista (1931-1933) se inició tras la aprobación de la constitución republicana, sin embargo buena parte de sus contenidos progresistas (económicos, sociales y políticos) no llegaron a aplicarse y el descontento generó luchas obreras y campesinas continuadas que se enfrentaron a respuestas represivas. La “República de trabajadores de todas clases” estaba dejando atrás las urgentes necesidades de las amplias mayorías de las clases trabajadoras más pobres.

La lentísima reforma agraria, el alza de precios que devoraba las subidas salariales, el demorado avance de justicia social, la ausencia de políticas de democratización y depuración de ejército y fuerzas de orden público (guardia civil…) la desidia en el abordaje de vindicaciones de las naciones sin estado…tensaba una situación convulsa en que los grandes poderes financieros, industriales, agrarios, sus partidos históricos, junto a los partidos recién creados y rebautizados como “republicanos” y la iglesia católica -ese gran terrateniente reaccionario- boicoteaban los avances pendientes.

A las huelgas se respondió con la represión y a las huelgas insurreccionales con asesinatos. Poco después del 14 de abril estalló la huelga general en Sevilla y el saldo represivo fue de 30 trabajadores asesinados y más de 200 heridos. Seis meses después, las movilizaciones campesinas de Castilblanco y Arnedo, volvieron a saldarse, tras la cruel intervención de la guardia civil, con decenas de muertos y heridos y avanzando el año 1932, el general Sanjurjo intentó un golpe de estado militar que fracasó por la contundente respuesta de la huelga general sevillana convocada por CNT.

En enero de 1933 en contexto de movilizaciones sociales en Catalunya, Levante, Rioja y Andalucía, que exigían soluciones y rechazaban la ley de control de la actividad sindical y otras medidas legisladas, se produjeron los acontecimientos de Casas Viejas (Andalucía) donde las protestas campesinas fueron salvajemente reprimidas mediante la generalización de detenciones preventivas y duros enfrenamientos hasta que finalmente, 30 militantes de CNT fueron quemados vivos en la casa en la que resistían el asedio de la guardia civil. Avanzando ese año 1933 la nueva derecha fascista se reorganizaba y creaba las JONS y la derecha nazi, fundaba la Falange.

Recrudecimiento de la lucha de clases y la generalización de respuestas represivas destruyeron la credibilidad del gobierno de coalición republicano-socialista, se convocaron elecciones y la derecha las ganó. Realizadas en noviembre de 1933, en medio de una abstención creciente de las gentes de izquierda en todas partes y que superaba el 45% en varias provincias andaluzas, concluía el Bienio Progresista, un bienio de limitados avances concretos.

Con ese giro político se iniciaba el Bienio Negro (Bienio Conservador, 1933-1936) y con él el retroceso en solucionar las tareas prioritarias enunciadas por la República y su constitución en cuanto a modernización de la estructura económica y social del país (salarios, desarrollo de servicios públicos y enseñanza, reforma agraria…) y pasos atrás en la democratización (libertades y derechos sindicales) junto al deterioro de la recién ensayada laicidad del estado, manifiesto por ejemplo en las fuertes subvenciones a la iglesia católica en detrimento del apoyo a la escuela pública.

El movimiento obrero, campesino y popular, conocía el ideario impuesto a sangre y fuego en Alemania, Italia y Austria: régimen de partido único, eliminación de sindicatos de clase, represión de derechos y libertades, detenciones, asesinatos… y en España se aceleraba un similar camino en la republica presidida por Alcalá Zamora, un ultracatólico y antiguo ministro monárquico que no ocultaba su simpatía hacia esa eclosión de partidos conservadores, reaccionarios y entusiastas de la violencia ejercida por el golpismo militar, la guardia civil y las bandas armadas de las JONS y la FE.

La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) junto a la derecha agrupada en La Comunión Tradicionalista y el Partido de la Renovación Española, consolidaban su conspiración con la Italia fascista y el nazismo hispano establecía puentes con el nacionalsocialismo alemán. El peligro fascista era inminente. El 1 de octubre de 1934 la CEDA, la fuerza de derecha-extrema más numerosa en las cortes, entró en el gobierno y se le cedieron tres ministerios.

El rechazo social (convocatoria de Huelga General) se expresó con muy desigual radicalidad en todo el país, aunque solo en Asturias desde el día 4 de octubre adquirió un carácter insurreccional dirigido y coordinado por la Alianza Obrera, amplio frente de toda la izquierda –anarquistas, corrientes comunistas y socialistas- analizado en los artículos citados al inicio de esta nota.

La lucha revolucionaria en Asturias defendía así una República Antifascista y Social y a pesar de la derrota y de la dureza de la represión ejercida entonces (asesinatos, heridos, prisioneros, exiliados…) por el ejército y tropas como la Legión y ejércitos coloniales marroquíes bajo el mando de militares africanistas –desde López Ochoa a Franco- la Comuna Asturiana constituiría en motor y la experiencia de una resistencia necesaria al fascismo. Experiencia ejemplar en toda Europa y base de la que desde 1936 hasta 1939 daría batalla al fascismo español e internacional en aquel primer acto de combate inserto ya en la Segunda Guerra Mundial.

Las derechas que difaman la Revolución de 1934, muy posiblemente lamentan que el golpe fascista no se hubiese apoderado del país antes y desearían que hubiese tenido éxito rápidamente, para no encontrarse en 1936 frente a tres años de resistencia popular armada. Quizá añoran, desde entonces, una Europa fascista en un occidente fascista. Se equivocaron entonces, pero siguen siendo una brutal amenaza con la que hay que acabar definitivamente.

* Miembro del Colectivo LoQueSomos.
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