Bruselas: Patrice Lumumba, una plaza contra el olvido
Jérôme Duval/Robin Delobel*. LQS. Julio 2018
Fueron necesarios casi 40 años para que Bélgica intentase clarificar oficialmente su rol en el asesinato de Patrice Lumumba y sus dos compañeros, Joseph Okito, ex vicepresidente del Senado y Maurice Mpolo, antiguo ministro de la Juventud y del Deporte, igualmente ejecutados
En Bruselas, desde hace más de una década distintas asociaciones reivindican desde la capital belga, un espacio público que lleve el nombre del ex-Primer Ministro congoleño.
Tras años de reclamos por parte de la comunidad africana y congoleña en particular, el consejo comunal de la ciudad de Bruselas aprobó el 23 de abril, de manera unánime, la decisión de habilitar un espacio público en memoria a Patrice Lumumba. En la entrada de Matongé, barrio de la comunidad congoleña, será erigida una estatua del líder panafricanista. Electo democráticamente tras la declaración de independencia del Congo en 1960, Lumumba había desafiado a las autoridades belgas en un memorable discurso anticolonialista y sería asesinado seis meses más tarde, el 17 de enero de 1961, con la complicidad de responsables belgas y estadounidenses.
Algunos minutos antes del voto histórico, Zoubida Jellab, consejera comunal por el partido político Ecolo-Groen, proclama un discurso necesario: “Hoy, juntos realizaremos un acto histórico, bautizando este espacio público dedicado a la memoria de Patrice Emery Lumumba, héroe nacional del Congo; por tanto una referencia a nuestra historia común. Pensamos en él, asesinado en horribles condiciones, en su familia, en sus seres próximos, el pueblo congoleño, los afrodescendientes y todos los pueblos colonizados y oprimidos”. Mas ese gesto de reconocimiento tardío no es suficiente. Jellab continúa, “saludamos el proyecto de una estatua o por qué no, un sitio dedicado a su memoria ; pero haría falta igualmente (…) una placa conmemorativa en memoria de todas las víctimas de nuestras exacciones y crímenes en Burundi, Ruanda y evidentemente el Congo”. El senador y vicepresidente del Parlamento bruselense Bertin Mampaka reconoce que “no podemos borrar de un plumazo o de una voluntad periodística la colonización belga del Congo. Es necesario que nuestros hijos, que los belgas conozcan su historia. Lumumba hace parte de esta gran historia”.
Cuando la lucha da resultados
Desde hace diez años un grupo de asociaciones lanzaron una campaña por la reivindicación de una plaza Lumumba en Bruselas. Primero desplegando una pancarta en francés y neerlandés: “¿Una plaza Lumumba en Bruselas, por qué no?” Recientemente, la artista Rhode Makoumbou, utilizando aserrín y pegamento realizó una escultura de Lumumba a escala real, que lleva por título “Patrice Lumumba, el discurso de la independencia del 30 de junio de 1960”. Develada el 21 de enero de 2018 en la galería Ravenstein, cercana a la estación ferroviaria central de Bruselas, la obra luego fue expuesta en distintos lugares de Bélgica. Philip Buyck, comprometido en esta lucha desde el principio, organizó el mismo día del voto la exposición “Congo Poker, la biblioteca de Lumumba se expone” en los halles Saint-Géry ubicados en el centro de la ciudad. Esta cubre el período que abarca las revueltas de Leopoldville a comienzos de enero de 1959 hasta el anuncio del asesinato de Lumumba.
Ciertas páginas de nuestra historia parecen difíciles de reabrir. Fueron necesarios casi 40 años para que Bélgica intentase clarificar oficialmente su rol en el asesinato de Patrice Lumumba y sus dos compañeros, Joseph Okito, ex vicepresidente del Senado y Maurice Mpolo, antiguo ministro de la Juventud y del Deporte, igualmente ejecutados. Tras la publicación del libro El Asesinato de Lumumba de Ludo de Witte, una comisión de investigación parlamentaria para determinar las circunstancias exactas del “asesinato con premeditación” de Patrice Lumumba concluyó en 2001 que existía “responsabilidad moral” de Bélgica. Hubo que esperar 2002, para que el Ministro de Asuntos Exteriores de la época, Louis Michel (padre del actual Primer ministro), presentara sus excusas a la familia de Lumumba y al pueblo congoleño, en nombre de Bélgica.
Inclusive si quedan muchas cosas por ser reveladas y denunciadas, la plaza Lumumba es una victoria histórica; un reconocimiento, si bien tardío, pero más que necesario para combatir al olvido, mientras una estatuta del rey belga Leopoldo II, responsable de millones de muertos y desaparecidos entre 1885 y 1908, continua levantada en el centro de Bruselas. En Francia, una avenida del decimosexto distrito de París y otra de Villefranche-sur-Mer llevan aún su nombre.
¿El ejemplo de Bruselas puede motivar a otras ciudades? El Partido del Trabajo de Bélgica (PTB) de Lieja, desea que la ciudad siga la iniciativa y bautice una calle o una plaza con el nombre del ex primer ministro congoleño Patrice Lumumba, estimando que se trata de una “figura mayor de la decolonización”. El diputado federal del PTB Raoul Hedebouw afirma que “Lumumba no es extranjero a nuestra ciudad, porque él vino a Lieja en múltiples oportunidades entre 1956, 1959 y 1960”. La ciudad de Charleroi bautizó una calle con el nombre de Lumumba en diciembre de 2017.
La inauguración de la Plaza Lumumba, ubicada entre la Chaussée d’Ixelles y la Rue du Champ-de-Mars, a las puertas de Matongé, lugar neurálgico para una parte de la comunidad congoleña y africana que vive en Bruselas, tuvo lugar este 30 de junio, día de celebración del quincuagésimo octavo aniversario de independencia de la actual Républica Democrática del Congo (RDC). Ha sido igualmente la ocasión para asistir a múltiples intercambios y debates, de abrir las páginas enterradas de nuestra historia y descubrir o hacer descubrir a Patrice Lumumba, una batalla por la memoria.
* Traducción Joaldo Dominguez para el Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM)
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