Brekekekex croac croac
Por Nònimo Lustre*. LQSomos.
En el año 405 antes de Belén, Aristófanes estrenó en Atenas su comedia o drama Las Ranas. En efecto, actuaban unas batracias pero relegadas a una breve escena. El Coro las desconoció y fue una lástima porque, si hay unas bestezuelas con experiencia natural en coros, esas son precisamente las ranas. En su comedia, Aristófanes no mencionó a las africanas ranas peludas, carnívoras y con garras, que hubieran dado un gran juego escénico. Y no las incluyó en su comedia porque, circunscrito como estaba al minúsculo mundo mediterráneo, no sospechó siquiera la existencia de esas hirsutas africanías.
En nuestra incansable investigación para actualizar con evidencias científicas a los clásicos de la Antigüedad, hoy hemos osado entreverar a la rana peluda –la Trichobatrachus robustus- en los diálogos entre las ranas griegas y el colérico dios Baco. Con este collage escénico, no estamos perpetrando un sacrilegio contra la Hélade clásica sino que, al revés, la estamos globalizando porque, cuando ese clásico se represente en el África, los africanos tendrán un personaje con el cual identificarse lo cual, sin duda, hará que aumente su afición a la dramaturgia helénica clásica.
Velay el collage teatral:
Cuando las ranas crían pelo
LAS RANAS. Brekekekex, coax, coax; brekekekex, coax, coax. Húmedas hijas de los pantanos, mezclemos nuestro cántico sonoro a los dulces sonidos de las flautas, coax, coax; repitamos los himnos que en honor de nuestro hijo, el Divino Renacuajo, entonamos en la sagrada fiesta de las ollas, cuando los borrachos se dirigen a nuestro templo del pantano. Brekekekex, coax, coax.
BACO. ¡Así reventéis con vuestro coax! ¡Siempre coax, coax!
LAS RANAS. No te sulfures, imbécil, porque no ganarás nada. Te venceremos una y mil veces porque somos las favoritas de las Musas, hábiles tañedoras de la lira, y del dios Pan, diestro con el caramillo. Nos ama también el guitarrista Paco, porque hacemos crecer las cañas finas para las cuerdas de sus guitamarras. Brekekekex, coax, coax.
BACO. Ya se me han levantado ampollas; tengo el culo sudoroso y sospecho que pronto empezaré a decir brekekekex, coax, coax. Pero callad, raza graznadora.
HIRSUTA ROBUSTA. [irrumpe violentamente en escena] ¡Cállate tú, borrachito pendenciero!… Ni siquiera sabes si te llamas Baco o Dionisio. ¡Respeta a la Naturaleza que hace maravillas como yo mismo, hijo de Hinchacarrillos, el rey de las ranas que ahogó a Hurtamigas, rey de los ratones, que así canta el inmarcesible Homero –o cantaba su sobrino.
LAS RANAS. [dirigiéndose a Baco] ¿Callar?… al contrario, cantaremos con más fuerza. Porque a nosotras nos deleitan los días apacibles saltar entre los juncos entonando los himnos que solemos cantar cuando nadamos; o bien, cuando llega la lluvia, sumergidas en el fondo de nuestras moradas, unir nuestras ágiles voces al ruido de las gotas. Brekekekex, coax.
BACO. Os prohíbo cantar.
HIRSUTA ROBUSTA. Me tienes harta con tu estúpida manía persecutoria. ¿Todavía no has aprendido que ‘Prohibido prohibir’? Ganas me dan de sacarte las uñas que todavía no has visto porque las escondo en mis patas. Son robustas como mi apellido, cortan la piel de los dioses brutos.
LAS RANAS. Baco, el silencio es para nosotras insoportable.[hacen gestos de desprecio hacia el dios] Hirsuta Robusta, cuéntanos tu vida
HIRSUTA ROBUSTA. Yo nací en una ribera del río Congo vibrador. Soy hermana de la africana rana de uñas, la Xenopus laevis, y prima de la enana Hymenochirus. Ranas sin pelos pero con uñas. A mí, los pelos solo me aparecen porque soy macho y sólo cuando el charco está en celo. Un bípedo científico enseña a sus amigos que mis melenas son órganos sexuales secundarios. Un colega suyo, menos obseso con el sexo, cree que me sirven para respirar mejor –tengo un cuerpazo pero, ay, mis pulmones son pequeños. Sea como sea, estoy tranquila –o tranquilo-, mi descendencia está asegurada; mis renacuajos nacen con los dientes ya afilados para comer carne desde su primer día.
LAS RANAS. ¿Cómo te llaman los bípedos implumes?
HIRSUTA ROBUSTA. Los egipcios me hicieron diosa, la diosa Heket de cabeza de rana. Demostrando su escaso caletre, los británicos me llaman hairy frog y los húngaros guineai szőrösbéka. Los africanos, no sé; hace tanto tiempo que salí de allí… y en las pateras se olvida todo, ¡incluso el agua!, que si ellos la necesitan, yo más. Menos mal que un macho como yo sabe cuidar su pelambrera.
LAS RANAS. ¿Y para qué cuidas tus melenas?
HIRSUTA ROBUSTA. ¿Para qué va a ser? Te lo dije antes: para enamorar a mis vírgenes. En Nigeria, eso no les importa -¿o sí?- pero me respetan porque curo la anemia y la hipertensión. Y los esotéricos son tan brutos que me confunden con la suma del agua y de la tierra, creen que soy el origen de la vida –de la vida de los demás, no sé, de la mía, sé lo suficiente.
LAS RANAS. Hirsuta, contigo nos sentimos seguras y felices. Baco, has de saber que nosotras graznaremos a toda voz, desde la mañana hasta la noche, brekekekex, coax, coax.
BACO. En eso no me ganaréis.
LAS RANAS. Ni tú a nosotras porque nos enseña y conduce nuestra Libertadora, la gran Robusta.
BACO. Con Hirsuta o sin ella, no me venceréis. Graznaré, si es preciso, todo el día hasta dominar vuestro croac. Brekekekex, coax, coax.
HIRSUTA ROBUSTA. Baco, eres el dios más idiota que he conocido. ¿Por qué aborreces del hirsutismo?, ¿has oído hablar del pantano?, ¿sabes nadar?
BACO. El hirsutismo es feo. Y he oído del pantano pero no sé nadar.
HIRSUTA ROBUSTA. Vaya vaya… qué buena noticia para mí. ¿Oíste la Batrachomiomaquia de Homero o las fábulas de Esopo, cuando la rana ata a su pata al ingenuo ratón?
BACO. Pues no, no las conozco. Las bacanales me alejan de las manías eruditas.
HIRSUTA ROBUSTA. Eres un dios muy ignorante o te lo haces. ¿Nunca oíste que mi padre Hinchacarrillos ató a su pata y ahogó en el pantano a Hurtamigas, rey de los ratones? ¿Tampoco conoces la fábula del escorpión y la rana que tanto predicamento tiene en la actualidad?
BACO. No, pero tú me las vas a enseñar, ¿no?
HIRSUTA ROBUSTA. [dirigiéndose al pantano] Haré algo mejor: las representaré contigo y a tu costa. La letra con agua entra.
BACO. [alarmado ante el giro que están tomando los acontecimientos] ¡No, no!, mejor dejémoslo hasta que las ranas críen pelo. Pero las ranas de verdad, no la Robusta…
[Cae el telón mientras que, al fondo, se escuchan los glu glú de Baco ahogándose]
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