Cartografías de Verdad Histórica
Acacio Puig*. LQS. Marzo 2018
Concluimos este apunte subrayando la importancia de considerar el Antifascismo histórico europeo como una Red que debiera integrar historia, archivos, memoriales, museos…bases en definitiva de una pedagogía de la memoria concebida como una valiosa herramienta de defensa de la verdad y de avance socio-político-cultural hacia un modelo sistémico de igualdad, libertad y solidaridad internacionalista
En 1980 visité por vez primera un Campo de Concentración. Fue en Polonia, donde Auschwitz se imponía como espacio de homenaje y reflexión antifascista, donde me impregné del sentido de lo que la Guía del Campo llamaba Monumento de Lucha y Martirio.
Viajaba con Pedro, un compañero de militancia. En aquel año el movimiento memorialista en nuestro país estaba muy lejos de nacer. Todavía resonaban muy cerca las exigencias de “Disolución de cuerpos represivos”, “Nosotros no olvidamos”, “Vosotros fascistas sois los terroristas”, “España mañana será republicana”… para hablar de memoria y entendíamos como urgente y posible continuar la demolición de la dictadura hasta sus cimientos. Esas exigencias apenas parecían entonces amordazadas por la Constitución de 1978. De modo que nuestra “memoria” se identificaba con tareas muy presentes entonces: la desratización de la vida socio política, combatir el blanqueo apresurado del antiguo régimen y avanzar en la consolidación de derechos y libertades en una perspectiva revolucionaria y socialista.
En cualquier caso Auschwitz dejó en mí la profunda huella propia de un grandioso y terrible Lugar de Memoria.
Auschwitz (405.000 prisioneros de los que perecieron 340.000) exorcizó y situó en su justa medida las torturas sufridas en la DGS y mis años de cárcel en Carabanchel. Auschwitz me permitió matizar y diferenciar la dimensión dramática de la represión del tardo franquismo que habíamos combatido, de la brutal dimensión trágica propia de la represión practicada por la dictadura militar-fascista durante la larguísima pos-guerra, la que había asolado España, la que levantaba con inmensa desvergüenza y buenos oficios ingenieriles de Huarte, su memorial en el Valle de los Caídos y presentaba como “hoja de servicios” –ante los nazis y el fascio primero y después ante las democracias occidentales- sus sistemáticas prácticas de control social mediante el Terrorismo de Estado y sangrienta represión de masas.
Veinte años después, con la exhumación de la fosa de Priaranza del Bierzo (León) despertó EL TIEMPO DE LA MEMORIA (1) en el interior de España. La descendencia del exilio, al otro lado de los Pirineos, llevaba tiempo trabajando en solitario, en el exterior, los Lugares de Memoria republicanos y la participación de la guerrilla hispana en la Resistencia: Constituía un ejemplo.
De modo que durante el siguiente período las redes de asociaciones memorialistas se extendieron por todo el territorio (Foros por la Memoria, ARMH…Gavilla Verde, En medio de Abril, Memoria y Justicia, Goldatu, la Comuna, Despertar XXI…y tantas otras) que trabajan sin descanso y contracorriente por el restablecimiento de la Verdad, la Justicia y la Reparación.
Fue después, en 2010 cuando volví a acercarme a los Lugares de Memoria europeos (Memoriales y Museos antifascistas). Primero en Austria, en la región obrera de Salzkammergut, en Ebensee, donde se encuentra el Museo de Historia Contemporánea popularmente conocido como el Museo de la Resistencia y el Campo de Concentración próximo. Se trata de un campo de trabajo esclavo atendido por presos políticos y dedicado al llamado Projet Zement. El trabajo forzado del campo se dedicó primero al vaciado de la montaña para la construcción de talleres-galerías en que se instaló una refinería de petróleo y producción de armamentos; un gran negocio del capital austriaco alemán que sigue impune aunque conocemos las empresas artífices.
Se trataba de un campo satélite de Mauthausen, situado a dos kilómetros de Ebensee, un campo cruel y en el que la “reposición” de mano de obra no era problema (“a preso muerto, preso puesto”). Más de 20.000 presos (políticos y de guerra) de todas las nacionalidades de Europa antifascista y la URSS penaron allí entre los años 1943 y 1945 y víctimas de las durísimas condiciones de trabajo, murieron más de 8.000 en el curso de los 18 meses que estuvo en funcionamiento aquella máquina de explotación y muerte.
Durante la última jornada de proyección-debate del DVD en Aranda de Duero, jornada organizada por la asociación memorialista En Medio de Abril, que tuvo lugar el pasado 1 de marzo de 2018, subrayamos nuestra confianza “en que lo filmado y propuesto a consideración y debate, constituya una valiosa referencia histórica y museográfica que nos importa generalizar y de la que es preciso aprender”.
Su difusión fue entonces y hoy un objetivo que se impone por su misma urgencia y necesidad en la España del ocultamiento neofranquista.
Concluimos este cuarto apunte subrayando la importancia de considerar el Antifascismo histórico europeo como una Red que debiera integrar historia, archivos, memoriales, museos…bases en definitiva de una pedagogía de la memoria concebida como una valiosa herramienta de defensa de la verdad y de avance socio-político-cultural hacia un modelo sistémico de igualdad, libertad y solidaridad internacionalista.
Pero esa Red necesita -creo que es evidente- dotarse de puentes de comunicación que favorezcan la acción común y en ese aspecto el camino por recorrer es inmenso. La conexión entre los islotes del archipiélago memorialista existentes en Europa y en el estado español, es hoy por hoy aún muy limitada. Necesitamos pues, como decíamos en el título, construir colectivamente, al menos a escala continental, una sólida Cartografía de la Verdad Histórica.
Seguimos comprometidos en ello, aún sin medios materiales y con escasos apoyos organizativos.
En 2012, con la colaboración voluntaria de Paloma (cámara) y Soledad (coguionista y traductora) filmamos en Salzkammergut, el Museo, Campo y las entrevistas necesarias para hacer entendible la lucha y tragedia de la Resistencia al Austrofascismo. Consideramos también -como hilo conductor- la participación austríaca en la Guerra y Revolución española al hilo de la epopeya militante de Josef Plieseis, Brigadista en España y Resistente austríaco (2).
En 2013 fue también la colaboración solidaria de José (Burgosdijital) la que permitió realizar el montaje del documental y la de Susana, que le dotó de la bella imagen de cubiertas.
Notas:
1.- Monte de Estépar. Tras los pasos de la Memoria. Ed. Tangente (2017, Burgos)
2.- Diccionario de voluntarios austriacos en (…). Ed. Amigxs de las Brigadas Internacionales
* Acacio Puig es militante memorialista.