“Caso Altsasu” ¿Repetir el juicio?
Después de las desproporcionadas condenas, de hasta trece años, las defensas del “caso Altsasu” piden que se repita el juicio, en sus recursos critican la falta de imparcialidad del tribunal y rechazan los agravantes por odio y abuso de superioridad.
Y es que el “caso Altasasu” representa una injusticia surrealista de principio a fin. Tras una controvertida instrucción realizada por la jueza Carmen Lamela los ocho jóvenes vecinos de la localidad navarra de Alsasua fueron condenados por la Audiencia Nacional española a penas que oscilan entre los 13 y los 2 años de prisión por una trifulca con dos guardias civiles y sus parejas ocurrida en un bar de la localidad la madrugada del 15 de octubre de 2016, a pesar de no ser condenados finalmente por terrorismo como pretendía la Fiscalía las penas son durísimos y han sido muchas las voces que opinan que el juicio no contó con suficientes garantías para los encausados, tanto debido a la no toma en consideración de algunas de las pruebas presentadas por la defensa, como por el hecho de que la juez Concepción Espejel, que es quien redactó la sentencia esté casada con un coronel de la Guardia Civil y haya sido condecorada con la máxima distinción del cuerpo, la Orden del mérito de la Guardia Civil.
La agravante de discriminación por odio no cabe por una agresión como esta a guardias civiles porque se desvirtúa “el espíritu y la función de la norma penal, que no es otra que la de evitar comportamientos racistas, xenófobos y antisemitas y ofrecer un plus de protección a determinados colectivos especialmente vulnerables”. El abuso de superioridad tampoco debió ser aplicado ya que “no se ha acreditado la planificación colectiva ni la comunicación entre los acusados para cometer la agresión”… y así lo manifiestan en la profusa exposición de los recursos presentados por los abogados Amaia Izko (de Jokin Unamuno y Ainara Urkijo);José Luis Galán (de Iñaki Abad y Aratz Urrizola) y Jaime Montero (de Oihan Arnanz) en os que también se reclama la absolución debido a que la sentencia parece haberse construido sin la vista oral de por medio y con falta de pruebas sobre los acusados, para cuyas condenas la Sala solo hace referencia a las declaraciones de los denunciantes (los guardias civiles y sus parejas), contradictorias en muchos casos según el momento procesal en el que depusieron.
Para las defensas es llamativa la falta de lesiones graves en las víctimas, objetivadas por los partes médicos y las declaraciones de los forenses, que no pueden corresponderse con la agresión reiterada, violenta y multitudinaria que relatan y también resaltan la nula concreción e individualización que la resolución atribuye a los procesados sobre los golpes que propinaron.
La opacidad sobre el fallo se subraya cuando el tribunal se refiere a los reconocimientos fotográficos y las ruedas de reconocimiento que se efectuaron por la Guardia Civil y por orden del juzgado instructor plagadas de irregularidades y composiciones más que sospechosas, ya que algunos de los acusados se vieron rodeados por presos de origen árabe, mulatos o gitanos, con lo que la diferencia física entre ellos era palmaria. Los cuatro denunciantes y víctimas reconocieron a las mismas ocho personas como los autores de la agresión, cuando relataron que habían sufrido una agresión multitudinaria, con entre 25 y 50 personas, un “pasillo de la muerte” (¿?).
Mientras la solidaridad con estos presos políticos sigue creciendo por todos los rincones del estado español a pesar de la manipulación mediática, hace dos semanas saltaba el caso del mural solidario de Valencia, del artista Elías Taño, en el que abiertamente se critica la sentencia de Altsasu, rabiosamente atacado por la extrema derecha, pero abiertamente defendido por la ciudadanía democrática. Otro nueva muestra de solidaridad activa es la del ayuntamiento de la Bisbal d’Empordà aprobando una moción, 1 de agosto, para pedir la libertad de los jóvenes de Altsasu, de la que queremos destacar la afirmación:
“… la ola represiva del régimen y sus tribunales, que sólo busca gobernar sobre el miedo y la venganza…”
Una afirmación que define a la perfección lo que esta ocurriendo con este caso y todo el recorte de libertades que se vive en el estado español… y mientras el contador de días privados de libertad del “caso Altasasu” no para de correr.
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– Altsasu Gurasoak. Queremos JUSTICIA!
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