Central nuclear de Cofrentes ¿Qué ha pasado?

Por Selodi Gasan Adie. LQSomos.

Justo un día después del 11º aniversario del accidente de Fukushima (1), se producía una fuerte explosión (¿?) en la Central nuclear de Cofrentes. Poco más sabemos pues la información es escasa y se limita a la nota emitida por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN): “El titular de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) ha notificado al CSN, siguiendo el procedimiento establecido, que a las 16:38 horas del día de ayer se produjo una parada no programada del reactor. Dicha parada tuvo como origen la ocurrencia de una anomalía en el interruptor de generación. Ello ocasionó la parada de la turbina por actuación de las protecciones eléctricas y, tal y como establece el diseño de la planta, la actuación del sistema de protección del reactor, con la consiguiente parada automática del mismo. Todos los sistemas de seguridad respondieron correctamente según diseño, quedando la planta parada y en condición segura…” (2).

Otra información publicaba en redes sociales el colectivo Tanquem Cofrents!: “Ayer sábado hubo una fuerte explosión que reventó un tejado en la zona de la turbina de la central nuclear de Cofrentes. El reactor ha parado y la reparación durará un mes mínimo. Cofrentes esta vieja y deteriorada. Por seguridad urge cerrarla ya” (3).

La opacidad informativa en el mundo de la energía es muy grande, y las investigaciones periodísticas son muy cortas, busquen un periódico o canal de radio o televisión que no tenga la poderosa publicidad de las empresas energéticas (Y disfrazadas de verde!!!) Quien paga manda, en la información y en los estudios académicos (supuestamente) que realizan Universidades e instituciones, bajo el manto protector de la subvención económica (lo llaman patrocinio) de la industria energética.

De momento la central nuclear de Cofrentes (Valencia) está siendo objeto de estudio por parte del CSN después de que este fin de semana se haya notificado una parada automática debido a una anomalía que, en principio, no afecta a la parte nuclear de la instalación, tal y como se han apresurado a desmentir desde Iberdrola.

La compañía asegura que todos los sistemas de seguridad de la central han funcionado adecuadamente según diseño y que la planta se encuentra estable en condición de parada segura después de sufrir una anomalía en el nuevo interruptor de generación instalado durante la última recarga llevada a cabo en la central a finales de 2021, dentro del proceso continuo de modernización tecnológica de la planta, han justificado, destacando así la evolución en una instalación que lleva más de una década siendo una prioridad para Industria.

En las horas previas al estudio por parte del Consejo de Seguridad, Iberdrola ha llegado incluso a ofrecer información preliminar en la que descarta cualquier tipo de incidencia en el interior de los edificios nucleares y asocia el problema a un cortocircuito en uno de los polos del interruptor de generación, que habría ocasionado una presurización en el edificio convencional que alberga el interruptor de generación, provocando el desprendimiento parcial de las chapas que lo recubren. Ese desprendimiento sería el ruido que se habría escuchado en la zona y habría alertado a la población.

Cofrentes, que es propiedad al 100% de la compañía que preside José Ignacio Sánchez Galán, es la central más potente del parque nuclear español (1.092 MW), comenzó a operar hace ya 38 años y fue el año pasado la que más sucesos registró de todas las centrales actualmente operativas en España (4).

Y para terminar, ahora que se habla de la dependencia energética (geoestratégica) de Europa, es un buen momento para difundir que la dependencia del uranio para alimentar las centrales es mayor que la que tiene el continente respecto al gas o al petróleo ¿Y quién produce el uranio? La respuesta en el cuadro de abajo.
La electricidad que producen las centrales nucleares no compensa el riesgo que corremos, realidad bastante presente en estos tiempos de guerra. En cualquier caso, solo por la dependencia del uranio ya tenemos un motivo más para añadir a la lista de las que seguimos gritando ¡Nucleares NO!