Chihuahua, la verdad desnuda
Andar desnudo en la playa no es tan moderno como parece. Así lo documentaba Frederic Leighton por 1870 y mucho antes lo hizo Miguel Ángel cuando ni balnearios había. Claro que a Miguel Ángel le hicieron bastante problema con sus frescos en la Capilla Sixtina. Las discusiones las zanjó asegurando que Dios nos había hecho desnudos y que lo de la hoja de parra y todo lo demás, fue un invento de los modistos. En todo caso, hay playas naturistas/nudistas en todo el mundo y en Europa se cuentan al menos veinte millones de personas (lindas o feas, da lo mismo) que se sienten muy a gusto con su desnudez. O dicho de otra manera, ¿por qué el mismo tipo que acepta los desnudos en cuadros célebres pone el grito en el cielo cuando los contempla in vitro en Chihuhua? Habrase visto tanta hipocresía.
Ahora, si tenéis curiosidad y no me digas que no la tenéis, podéis entender un poco más este singular fenómeno del retorno a lo natural según algunos o rebuscamiento según otros. En “La Isla de los Pingüinos” Anatole France asegura que la vestimenta es un invento del diablo para excitar sexualmente a los hombres, pues la desnudez ya los había aburrido. En fin, todo es opinable.
Nuestra playa Chihuahua se hizo mundialmente famosa, como cualquiera puede comprobarlo realizando búsquedas en Google, Yahoo y Youtube. En primer lugar, no es una playa “nudista” sino “naturista” y la diferencia consiste en que en las primeras es obligatorio andar desnudo y en las segundas es opcional. Lo que no es delito, pero es una atroz descortesía, es andar sacando fotos de la gente que escogió esa opción. Además sacar fotos, mirar obsesivamente y todo lo demás que ya te podéis imaginar, también es riesgoso. Por ahí te tropiezas con un naturista de pocas pulgas que te corra por la playa … y capaz que no te alcanza. Debajo te ponemos las normas éticas que rigen tanto para los visitantes como para los naturistas neófitos.
A esta nota la rescatamos del archivo para dar cuenta que entre el 27 y el 30 de marzo próximo, nuestra playa Chihuahua será sede del quinto Encuentro Latinoamericano de Naturismo, con lo cual conforman la sigla ELAN, aquella impresionante apelación que Henri Bergson definió como “fuerza vital” o “impulso vital”, sin la cual no sería posible la naturaleza tal como la conocemos. No vimos todavía ponencias o propuestas, pero lo usual es que las delegaciones de cada país enumeren las conquistas y los problemas que experimenta el naturismo en su jurisdicción. Se augura gran concurrencia y los detalles pueden consultarse en Playa Chihuahua.
Chihuahua tiene el mérito de estar oficialmente reconocida, como también lo está otro espacio de costa ubicado al este de Aguas Dulces, rumbo a Los Moros. A ese lugar sólo se puede acceder por la costa desde Aguas Dulces, de manera que no se puede llegar por equivocación sino por voluntaria decisión.
Además, está señalizado por la Intendencia de Rocha que oficializó el lugar. Claro que hay naturistas (¿o en el caso furtivo merecen otro calificativo?) que también prescinden de la ropa al oeste de Cabo Polonio, en las proximidades de La Pedrera o en la playa del Parque Roosevelt, entre otros. No se las podría clasificar como playas naturistas clandestinas, pero el que vaya allí se juega la ropa.
En el hemisferio norte y en el mundo anglosajón, muy especialmente en los países escandinavos, la desnudez no resulta tan horriblemente pecaminosa como en nuestro universo hispano. Pero hace rato que las cosas están cambiando y esto no implica un pronunciamiento de si están cambiando. Cerca de Mar del Plata, en el kilómetro 552 de la ruta 11, está la Playa Escondida, la primera playa naturista de Argentina. La segunda oficialmente habilitada en el país hermano es Playa Querandí, a 10 kilómetros al norte del faro del mismo nombre.
Hasta Chile, que fue el paradigma de la pacatería ya tiene su espacio para andar a puro pellejo en Playa Luna, en la región de Valparaíso. En México está Zipolite en el Estado de Oaxaca, claro que allá con tanto río subterráneo cualquiera se puede dar el gusto sin riesgo de que te pasen para la cueva. En Venezuela tenéis la Playa Monomanso. En Perú está la playa Puerto Viejo en el kilómetro 71 de la Panamericana Sur y en Brasil es famosa la Praia do Pinho y aunque las referencias en internet se agotan ahí, seguro que hay muchas más.
Así que estableciendo comparaciones, resulta que nuestra Chihuahua es de lo mejorcito en el hemisferio y cuenta con una infraestructura de la cual carecen la mayoría de las restantes playas naturistas.
Resulta que Chihuahua recibía nudistas desde la década del 60. Eran naturistas arriesgados pues nunca falta algún pitecántropo que agrede a todo lo distinto que encuentra a la mano. Era un lugar ideal, puesto que en aquél entonces carecía de infraestructura y era muy poco visitado… salvo por las garzas, cigüeñas, patos, cisnes de cuello negro y todo tipo de bichitos autóctonos que tenían su hábitat en el entorno del arroyo El Potrero, el cual permite el desagüe de la Laguna del Sauce en la casi oceánica costa. Allí los amaneceres con Punta del Este como marco y los atardeceres con los cerros de Piriápolis enmarcando el estallido de colores, resultan inolvidables.
Son 2.000 metros de playa que discurren al oeste de ese arroyo, muy cerca del aeropuerto, de Las Cumbres, a minutos de Punta del Este y de Piriápolis. La Intendencia de Maldonado y la Prefectura le brinda la misma vigilancia y protección que le merece el resto de las playas del departamento.
* Publicado en el diario "El País Uruguay"
Más información:
– Playa nudista-naturista chihuahua
– Asociación Uruguaya Nudista Naturista