Colombia: Derechos Humanos…
Javier Sáenz Munilla*. LQSomos. Agosto 2016
El gobierno del presidente Santos reinaugura las odiosas “chuzadas”, instauradas por su antecesor Uribe, y trata de amedrentar a quienes las denuncian.
Juan Manuel Santos intenta que la periodista Claudia Julieta Duque, entre en pánico y deje de denunciar los desmanes del poder que él representa. Desde que denunció en un extenso y documentado reportaje que publicamos aquí, el regreso de las “chuzadas” (el acoso y espionaje burdo a periodistas y oponentes, mediante grabaciones ilegales, realizado durante el siniestro mandato de su antecesor), Álvaro Uribe, líder en la sombra del proyecto paramilitar colombiano, no deja de ser incomodada mediante llamadas constantes, como ella misma denuncia en una carta dirigida al director de la UNP. Aquellas “chuzadas” las realizaba el DAS, una especie de policía política, felizmente desmantelada. ¿Ha sido sustituida por la UNP?
Lean la carta y el reportaje y juzguen:
Distinguido doctor Mora:
Le escribo esta carta con copia a diversas organizaciones de libertad de prensa y derechos humanos con el objetivo de parar la desenfrenada serie de llamadas telefónicas y acoso que, por cuenta de mi reportaje “Botones de pánico: de las ‘chuzadas’ del DAS a las escuchas ilegales de la UNP” están sufriendo de parte suya personas allegadas a mí. Y lo hago abiertamente, porque considero que ya es hora de dejarle en claro a usted, y a ellos, varias cosas.
Entiendo que usted esté acostumbrado a un periodismo arrodillado, que se silencia frente a la menor presión, que cede frente a “favores” personales, que calla cuando se lo exigen desde el alto gobierno. Lo entiendo, porque ese es el periodismo que hoy prima en un país como el nuestro, tras años de ataques, obstrucciones y censura. Pero para fortuna mía y de los resquicios de libertad de información en Colombia, la trinchera desde la cual trabajo por los derechos humanos desde la investigación periodística ha sido construida con años de esfuerzo, dignidad y credibilidad, a prueba de obstáculos y presiones. Ni el Equipo Nizkor ni yo en lo personal formamos parte de la cohorte de medios silenciados, a veces por miedo, a veces por complacencia.
Usted no necesita intermediarios para hablar conmigo, y esos intermediarios jamás se atreverían a pedirme que me calle o deje de hacer mi trabajo porque -se lo habrán dicho- si hay algo que me caracteriza es la persistencia y la resistencia frente a todo tipo de embates. Desde el día de la publicación del reportaje, usted inició un recorrido histérico por las organizaciones e instituciones que me han apoyado y salvado mi vida a lo largo de los años, para buscar silenciarme y, según usted, “desarmarme”. Lamento que usted siga considerando que mi investigación periodística se debe a una venganza personal en contra suya, pero serán los hechos los que le demuestren lo contrario. Estoy cansada de recalcarle que mi situación de riesgo y las desavenencias sobre mi esquema de protección NO tienen relación alguna con mi reportaje. Sin embargo, usted insiste en desprestigiarme con ese argumento. Hoy me enteré que anda diciendo que yo pienso escribir un artículo tildándolo de paramilitar por haber sido dirigente del Cúcuta Deportivo.
Desconozco quién le está sembrando cizaña en mi contra y le está generando semejante nivel de paranoia, pero su actitud se asimila a aquella vez que Gustavo Petro estaba preparando un debate en el Congreso sobre las dos mil personas vinculadas con el paramilitarismo, y para salirle al paso José Obdulio Gaviria publicó los nombres de dos mil dueños de las CONVIVIR.
Posteriormente quedó claro que por allí no iba el agua al molino. Para su tranquilidad, quisiera informarle que no tengo ni he tenido nunca en mi poder la carpeta completa del contrato, que nadie me filtró los nombres de los protegidos con botón de pánico, que lo único que obtuve fue una copia del mismo en el mes de marzo, pero que sólo pude comenzar a investigar el 27 de mayo porque mi incapacidad médica debido a la fractura de mi muñeca derecha terminó el día 26 de ese mismo mes. Sin embargo, usted ha emprendido una cacería de brujas y una serie de actos intimidatorios contra una funcionaria de OACNUDH a quien yo conocí en el CERREM del 16 de mayo, y a quien le debo -al igual que a la FLIP y FECOLPER- toda mi gratitud por su decidido apoyo, sin el cual estoy segura hoy estaría sin esquema de seguridad. Esa actitud también me recuerda al DAS de Jorge Noguera, que sorprendido porque con mi investigación y análisis yo me anticipaba constantemente a sus ataques, decidió ordenar acciones de contrainteligencia en mi contra en el marco de la que llamó “Operación Filtración”, para averiguar quién o quiénes me pasaban información desde el interior del DAS.
Se trata de la típica estrategia de quienes insisten en subestimar las capacidades de una periodista investigativa porque sólo conocen el chisme y la infiltración como método de información. Ese no es mi caso, doctor Mora, y mis próximos reportajes sobre el tema de los botones de pánico se lo demostrarán. Por favor no insista más, no busque enemigos donde no los hay. Mis conflictos con la UNP sobre el esquema de protección están siendo dirimidos ante un juez y es allí donde espero una resolución final frente a ese tema. Mi labor periodística continuará pese las presiones directas e indirectas que usted ha ejercido en mi contra desde que pasé el derecho de petición del 27 de mayo.
No se trata de un ataque personal, pero sí de un hecho que usted insistió en mantener oculto y que yo encuentro de interés noticioso. Si alguien despertó mi curiosidad periodística sobre las características y especificidades del botón de pánico fue usted, al negarse a hablar de ellas. En resumen, esta carta pretende decirle que seguiré informando. Mi libertad de prensa será siempre directamente proporcional a la medida de los temores y presiones del poder, pues como diría George Orwell “si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír”.
Atentamente,
Claudia Julieta Duque Periodista
Para conocer el caso a fondo, recomendamos leer el informe-denuncia al que hace mención nuestra compañera Claudia Julieta Duque: “Botones de pánico: de las ‘chuzadas’ del DAS a las escuchas ilegales de la UNP” (clic aquí)
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