Colombia. El pulso en la coalición de gobierno

Colombia. El pulso en la coalición de gobierno

Colombia

Por Pedro Santana Rodríguez*. LQSomos.

La fragilidad en la coalición de gobierno se ha dejado ver con toda claridad en el trámite de la reforma tributaria que se tramita actualmente en el Congreso de la República

Los partidos tradicionales que ingresaron a la coalición de gobierno no lo hicieron alrededor de un acuerdo programático sino alrededor de un acuerdo burocrático. Esto quedo claro en el debate sobre los impuestos que se pretendían aprobar en la reforma en curso. Tanto el liberalismo como el partido de la U y el partido conservador, que son la cuota de los partidos tradicionales, han puesto a tambalear no solo a la reforma sino a la coalición del gobierno que ha enfrentado duros ataques desde los gremios económicos y desde los grupos financieros más fuertes que han contado con el respaldo de los principales medios de comunicación que no cesan de desinformar y generar una matriz de opinión contraria a varios aspectos nodales de la reforma. Los ataques se centraron principalmente alrededor de los impuestos a los hidrocarburos y al carbón, en este punto el gobierno tuvo que ceder y ahora en el proyecto de reforma éstos impuestos están atados a los precios internacionales. El impuesto a las pensiones fue retirado para tratar de calmar los reclamos del sector tradicional de la coalición. El impuesto a las bebidas endulzantes y a los alimentos ultraprocesados sobrevive, pero mutilado y con poco impacto en la salud pública por el monto aprobado, pero también por la fórmula base del impuesto que no se hará por la cantidad medida en mililitros, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, OMS, sino por el peso.

Logrados estos puntos ahora el debate se centra en el impuesto a los dividendos que sean retirados de las empresas. Se habla de doble tributación para oponerse al mismo. Este impuesto es importante no solo por el monto que aportaría sino también por la equidad que generaría. Así las cosas y con los recortes hasta ahora concedidos se habla de un monto de cerca de 20 billones, lejos de los 25 billones que era la meta del gobierno, que no se logrará. Este monto siendo importante no será suficiente para las ambiciosas reformas planteadas por el gobierno. Además, a ello habrá que sumar la crisis de la economía mundial que en buena medida se encuentra ya en recesión además de soportar altos niveles de inflación, lo que los economistas denominan estanflación o sea la combinación de la recesión con altos niveles de inflación y creciente desempleo.

Una coalición frágil

Los resultados electorales de las elecciones parlamentarias dejaron al gobierno del presidente Gustavo Petro sin mayorías en el Congreso, por eso una vez logrado el triunfo Electoral en las elecciones presidenciales, una tarea para lograr gobernabilidad fue la de conformar una coalición amplia que le garantizara mayorías legislativas. A cambio de ello el gobierno tuvo que darle participación en el gobierno a los socios provenientes de los partidos tradicionales. Pero como se ha visto en el trámite de la reforma tributaria la coalición es frágil y el propio presidente ha tenido que emplearse a fondo para tratar de mantener contenidos importantes de la reforma, pero al mismo tiempo ha tenido que ceder en puntos importantes afectando con ello el monto total esperado con la reforma que afectará sin duda los proyectos y planes de las reformas sociales prometidas.

Esta situación era previsible puesto que los viejos y nuevos partidos tradicionales han sido el soporte de un modelo económico fallido, de las enormes desigualdades sociales que nos dejan como uno de los países más desiguales del planeta y de la región latinoamericana. El poder de los gremios y de los principales conglomerados económicos y financieros es enorme en esas estructuras partidarias. De ello da fe el accidentado camino que la reforma tributaria ha tenido durante su paso por el Congreso.

Pero hay además otros problemas que se hacen cada vez más visibles en el propio gobierno y que el presidente Gustavo Petro debe encarar. El primero es el de la comunicación y la pedagogía. La reforma tributaria y sus contenidos no han sido explicados. El debate se mantiene en las paredes del Congreso. El equipo económico del gobierno no tiene una estrategia comunicativa y pedagógica y tampoco el gobierno en su conjunto. Los grandes medios de comunicación son dóciles correas de transmisión de los intereses de los grandes conglomerados económicos y financieros. El gobierno debe encarar de forma urgente esta problemática pues como hemos indicado por fortuna el Estado cuenta con medios de comunicación televisivos y de radio amén de alianzas que debe tejer con los cientos de emisoras comunitarias que existen, tienen una importante audiencia y una buena parte de ellas la decisión política de acompañar al gobierno y su agenda progresista. Pero el gobierno tiene que avocar esta urgente tarea. Debe construir una estrategia comunicativa y pedagógica alrededor de las reformas sociales que se presentarán en el período legislativo del próximo año. Esto es crucial en la lucha por la opinión pública y la movilización ciudadana en respaldo a la agenda progresista.

Al mismo tiempo y este es un segundo problema urgente, el gobierno tiene que enfrentar el problema de la pobreza y el hambre. Es probable que entre pobreza y vulnerabilidad a finales del año estemos rondando en una cifra del 80% de la población. El 45% del total de la población hoy sobrevive con menos de 24 mil pesos al día. Y más de 17 millones de personas no esta consumiendo tres alimentos al día. Por ello es urgente un plan de choque. El presidente ha asumido directamente esa tarea. Se deben identificar los recursos y se debe obrar con prontitud. Es necesario incrementar el monto de los subsidios que se entregan a través de las redes de asistencia social que se han creado en los últimos años como Familias en Acción, adultos mayores, Jóvenes en Acción, Ingreso Solidario, pero al mismo tiempo se debe incentivar la siembra de cultivos que son la base de la canasta básica de alimentos tales como el cultivo del maíz, el trigo y el frijol, Colombia tiene suelos aptos para estos cultivos. Se requieren créditos de fomento para estos cultivos, así como garantizar la compra de las cosechas y el mercadeo. Esta política es parte fundamental de la lucha contra el hambre y la pobreza, sus resultados se verán a mediano plazo, por eso en el corto plazo es importante el aumento de los subsidios directos y el impulso con los bancos de alimentos de los comedores populares.

Son tareas urgentes que el gobierno debe acometer de inmediato, esto le dará un fuerte arraigo en la población y de su apoyo necesario, cuando arrecian los ataques muchos de ellos sin fundamento de quienes siempre han sido los dueños del país y los usufructuarios del Estado.

* Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur

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