Colombia: mucho patriarca en las nuevas elecciones
Por Fabiola Calvo*
Leer en clave de partidos quién ganó o perdió las elecciones regionales de 2023 en Colombia no da respuesta a las mujeres sobre sus candidaturas, participación y representación
Seguimos en segunda fila o ¿qué dicen los partidos y los ganadores de alcaldías en Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla, las cinco principales ciudades?
La reñida campaña unió fuerzas de unas desteñidas siglas con otras, hablamos de los ya viejos y rancios Partido Liberal y Partido Conservador que continúan con la corrupción y componendas que otros aprendieron y son fieles a tales valores políticos, es algo instalado que no quieren cambiar pues perderían su esencia. La herencia del bipartidismo sigue viva.
Remontaron los viejos partidos responsables del origen de la violencia que hoy arrastra Colombia (¿han pedido el perdón que exigen a otros?), bien con pensamiento patriarcal o neoliberal en un país que la propiedad del 81% de la tierra está concentrada en manos del 1% de la población, según Oxfam ¿Seguimos siendo una hacienda y así se gobierna?
La compra de votos también viene de la vieja forma de hacer política y ganar elecciones porque hoy da vergüenza ofrecer tamales. Se han modernizado. 1.100 millones de pesos destinados a la compra de votos fueron incautados por la Policía Nacional el pasado 29 de octubre. Sin hablar de los que posiblemente se perdieron en la penumbra sin testigos.
El clientelismo, la oferta de cargos a los amigos, a quienes hicieron campaña o con quien tiene una deuda política ¿Dónde queda la meritocracia? Vieja herencia desde la independencia de España que políticos de un lado u otro se resisten a enterrar y apostar por una nueva forma de hacer política ¿Mucho soñar?
Como lo dicho es poco, en las regiones imperan LAS CASAS (Char, Gnecco, Aníbal Gaviria, Dilian Francisca Toro, Cotes entre otras) dueñas de la política regional que escogen, mandan, compran votos, deciden puestos, se disputan el tesoro público, el territorio. Estas herencias se han descompuesto cada vez más con la generalización y degradación del conflicto en Colombia bajo la sombra del narcotráfico, el paramilitarismo y una débil justicia. Me pregunto si bajo estas sombras ¿Democracia?
En medio de este paisaje prosperan las alianzas de los partidos tradicionales, las casas, empresarios, medios de comunicación que bajo el pretexto de una izquierda radical, más bien un liberalismo de avanzada, muestran su pensamiento y acción propios de un país feudal y no de un Estado y sociedad modernos. El objetivo fue resquebrajar lo que denominan el petrismo y a la alianza que constituye el Pacto Histórico.
Se impuso la vieja cultura bipartidista con todos sus vicios incluida la exclusión, sumado a que el fiscal Francisco Barbosa hace política sin reparo ni control alguno. Solo nos faltaría este señor como presidente pese a su pobreza intelectual y decadencia en el debate.
A las mujeres corresponde seguir trabajando para ganar espacios con nuevas formas, sentires y pensamiento y que de verdad hablemos de cambio. Esperemos que algunas de las seis que ganaron gobernaciones de 32 departamentos (Cesar: Elvia Milena Sanjuan Dávila, Chocó: Nubia Carolina Córdoba Curí, Meta: Rafaela Cortés Zambrano, Sucre: Lucy Inés García Montes, Tolima: Adriana Magali Matiz Vargas y Valle del Cauca: Dilian Francisca Toro Torres), dos de ellas de casas políticas, cumplan un papel en defensa de nuestros derechos.
Ya no es suficiente que lleguen mujeres a los altos cargos, fue necesario en su momento para un cambio de simbología, para demostrar que sí era posible, ahora urgen mujeres cuya convicción y dinámica se enmarquen en defender, ampliar y aplicar los logros, esos mismos que le han permitido llegar hasta el lugar donde se encuentran.
Abrir camino para los derechos de las mujeres implica atender las carencias, profundizar en la democracia, realizar cambios sociales. Necesitamos acabar con este largo conflicto armado, con el 40% de pobreza, promover trabajo y mejora en los ingresos, seguridad, movilidad y un largo etcétera.
En la propuesta y acción para transformar debe existir una amplia participación y representación política de las mujeres y para ello el Estado, el gobierno, los partidos, la academia, los medios de comunicación, la sociedad en general, deben implicarse. Evitemos regresar a la Edad Media con todas sus costumbres, creencias y rituales. Mucho patriarca y concepción patriarcal en las elecciones para 1.102 alcaldías, 418 diputados, 12.072 concejales, además de los cargos para las JAL.
Más mujeres más democracia
Nota: Quiero recordar a Antonio Albiñana, un periodista español comprometido con la libertad y la justicia. Murió en Bogotá el pasado 11 de octubre.
A Maruja Vieira White (Manizales 25 de diciembre de 1922 – Bogotá 28 de octubre de 2023), la poeta, la mujer de letras que vivió el Bogotazo y nos dejó el legado de un siglo de vida.
* Doctora en Ciencias Políticas y Sociología, periodista, poeta, escritora de la Red Colombiana Periodistas Visión de Género.
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