Colombia: perspectivas del nuevo gobierno

Colombia: perspectivas del nuevo gobierno

Por Agencia Mp3. LQSomos.

El MCP contribuirá decididamente para lograr que, bajo el gobierno de Petro, como mínimo, se abran espacios políticos democráticos que permitan la organización y la movilización social de los trabajadores y el pueblo con miras a lograr profundidad en los cambios económicos y sociales

Comunicado del Movimiento Constituyente Popular:

El 7 de agosto de 2022 se posesionó el Presidente Gustavo Petro y la Vicepresidenta Francia Márquez con un acto apoteósico sin precedentes en la historia de Colombia por la convocatoria y participación masiva de sectores sociales populares, étnicos, mujeres y jóvenes que colmaron la Plaza de Bolívar y sus alrededores, en simultáneo con múltiples actos culturales con tarimas y pantallas gigantes no solo en Bogotá sino en varias capitales departamentales y ciudades intermedias del país, organizados por el Pacto Histórico como fuerza política de principal importancia en el logro de la victoria de Petro y Francia.

No sólo eran gentes que celebraban la victoria, o un conglomerado expectante, también demostraron estar listos para continuar en las luchas venideras.

Teniendo claro que el triunfo de las mayorías logrado el 19 de junio en las urnas no fue el poder, sino el gobierno como una expresión del mismo, y teniendo en cuenta que estamos ante un gobierno democrático y legítimo que, puede llegar a ser un gobierno popular si acierta en sus ejecutorias en medio de la dura lucha de clases que se agudiza, si se mantiene en la profundidad de las transformaciones, que dependen de cómo sea rodeado por el pueblo y sus organizaciones de masas, sociales y políticas, de manera que logren contrarrestar las pretensiones de la oligarquía y el imperialismo de abortar lo consignado en su programa de gobierno.

El MCP llama al Pacto Histórico a ganar en la visión de ser gobierno, a ubicar nuestra mentalidad de izquierda que siempre ha estado por el cambio desde las trincheras de la oposición, a tomar nuevos bríos para ser ejecutores del cambio siendo audaces en las tareas desde el gobierno.

Esta actitud es indispensable dado que en épocas de crisis económica en Colombia y todo el planeta, el imperialismo y la oligarquía trabajan para abortar todo proceso democrático y revolucionario, tratan de mostrar como incapaces a las fuerzas populares, democráticas y de izquierda que lideran transformaciones que anhela el pueblo, desgastando procesos, satanizándolos como antidemocráticos y dictatoriales.

Las corrientes políticas vacilantes, tibias, que mantienen una inercia institucionalista, así como las facciones de partidos tradicionales que tratan de reencaucharse subiendo al “carro de la victoria”, no están por avanzar hacia cambios estructurales, pues su concepción reformista lleva a maquillajes, a quedarse en las formas que se vuelven un palo en la rueda para bloquear los cambios estructurales.

Los llamados a modificar la política antidrogas a nivel mundial y al compromiso de los países consumidores por una política educativa de prevención, a las entidades monetarias a cambiar deuda por aportes en bonos destinados a la descontaminación ambiental, y el clamor para hacer efectiva la transición energética y a lograr la soberanía alimentaria, que son asuntos de vida o muerte, requieren que el gobierno se rodee del pueblo en las calles, de las masas organizadas, de ahí la urgencia de atender el llamado vehemente que, en la posesión ante las organizaciones sociales el 6 de agosto en el Parque Tercer Milenio de Bogotá, hizo el Presidente Petro, refiriendo la urgente necesidad de organizar las masas obreras, campesinas y de todos los sectores populares para materializar el programa de gobierno y proyectar objetivos estratégicos de más largo alcance.

Nos hacemos eco de la importancia del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela, lo cual ha elevado la confianza en el gobierno de Petro entre la población de esa extendida frontera y es una muestra de voluntad de trabajar por la unidad con los gobiernos y los pueblos de Latinoamérica y el Caribe reiterado en el discurso de posesión el 7 de agosto.

Saludamos los diálogos con el ELN y esperamos que se amplíen al resto de organizaciones insurgentes, conversaciones que no pueden meterse en el mismo saco de las organizaciones dedicadas al crimen en distintas modalidades, como tampoco ubicarlas en el mismo plano del paramilitarismo nacido de las políticas yanquis de “seguridad nacional”. Los logros de este proceso deben tener al centro avanzar hacia la justicia social y no solamente a superar los choques militares y concretar desarmes.

Esperamos que los diálogos con la insurgencia se entrelacen con los temas de los diálogos regionales con toda la sociedad que anunció Petro en su campaña presidencial.

El concepto de la “paz total”, presentado por el presidente Petro en el discurso de posesión, requiere clarificarlo: ¿equivale a la paz con justicia social reivindicada por las víctimas del conflicto, el movimiento de Derechos Humanos y todas las fuerzas que luchan por la democracia que se ven reflejadas en las banderas del programa de gobierno?

Apoyamos la decisión del presidente Petro de prescindir de 52 generales en las fuerzas armadas: 16 del ejército, 24 de la policía, 6 de la fuerza aérea y 6 de la armada, es coherente con la lucha contra las violaciones a los derechos humanos en esta institución, la corrupción, por el desmantelamiento de los grupos paramilitares y del narcotráfico. El sacudón a la cúpula de la Fuerza Pública es un paso que contribuye a la lucha para poner fin a la violencia institucional antipopular, la guerra sucia y la penalización de la lucha social, lo cual requiere además el cambio de la doctrina militar instalada hace décadas en las escuelas de formación de la fuerza pública y los cuerpos de seguridad e inteligencia del Estado colombiano.

La continuidad de las luchas populares como ocurre en el norte del Cauca por tierra y contra las altas tarifas de servicios públicos en toda la costa Caribe de Colombia, están confirmando que la garantía para la ejecución y cumplimiento del programa de gobierno será la organización y movilización social popular masiva para contrarrestar la presión de las fuerzas derrotadas como el uribista Centro Democrático y los llamados “cacaos” o monopolios financieros, para lo cual las diferentes fuerzas democráticas y de izquierda del Pacto Histórico debemos consolidar la unidad de acción haciendo efectivo el funcionamiento colectivo de sus estructuras tanto nacionales como regionales y locales esforzándose para ejercer bien el gobierno y liderar el proceso de avance contenido en el programa de gobierno.

Movimiento por la Constituyente Popular -MCP-
DIRECCION NACIONAL
Bogotá, agosto 17 de 2022
coordinadormcp@gmail.com

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