Con “Paquita” militante de Guerrilleros Españoles en Francia-FFI
Acacio Puig. LQS. Febrero 2019
Françoise Rodríguez Mieudou (Paquita) preside la sección de Altos Pirineos de la AAGEF-FFI (Asociación Nacional de Antiguos Guerrilleros, Familiares y Amigos en Francia). Concluido el reciente viaje a Gurs y Tarbes de cuarenta memorialistas procedentes de Burgos, Aranda de Duero, Miranda de Ebro, Palencia, Ávila y Madrid, decidimos entrevistarla para Afinidades Anticapitalistas en vísperas de la Marcha 2019 a Borredon- Septfonds. Este es el resultado
– Paquita, nos conocemos desde 2012 y hemos tenido la suerte de volver a encontrarte en compañía de María Fernández en el Museo de la Deportación y Resistencia de Tarbes en este septiembre de 2018.
Eres parte de la memoria de los españoles obligados al exilio, miembros en Francia de la Resistencia y reivindicación viva de su historia y la lucha antifascista. Hija de combatiente republicano y madre francesa.
Empecemos hablando de tu padre:
– Mi padre, Urbano Rodríguez Mantilla, nació en Arija (Burgos) el 3 de enero de 1918. Tenía 18 años cuando la República Española fue atacada por los fascistas, Franco, Hitler, Mussolini y Salazar.
Mi padre se incorporó al ejército republicano en Reinosa (Santander) como soldado de infantería en los regimientos del norte. De sus actividades en España no sé demasiado. Sé que en 1938, en Barcelona, tuvieron que amputarle la pierna izquierda, le había alcanzado un obús y tenía metralla en las dos piernas.
Entró en Francia por los Pirineos Orientales, por Tour de Carolle, el 6 de febrero de 1939. Durante un mes vivió en una nave con otros mutilados como él.
Deportado un mes más tarde a Borredón, fue trasladado a pie hasta el campo de Concentración de Septfonds que está a unos 5 km, os recuerdo que mi padre era mutilado de guerra, su recorrido hubo de ser difícil.
Luego, le denunció otro español y le encarcelaron en Montauban. De allí pasó a la cárcel de Saint Michel en Toulouse, tuvo un juicio y le condenaron a 5 años por actividad comunista. De modo que lo encerraron en la Prisión de Tarbes.
En ese momento, se estaba organizando la Resistencia y a mi padre, le hospitalizaron en Ayguerote, muy cerca del actual Museo de Tarbes. En el hospital conoció a mi madre, Paulette Camboué, que trabajaba en la lavandería. Tuvieron 4 hijos, de los que dos murieron muy pronto: Urban a los dos meses y medio y Rosine a los dos años y medio…
Quedamos vivas la mayor, Marichu y yo, la más pequeña, Françoise, pero mi padre me llamaba cariñosamente Paquita.
Formando parte de la Resistencia, mi padre empezó escondiendo a camaradas en la capilla del hospital.
Una noche, las Fuerzas Francesas de Interior (FFI), le encomendaron una misión en Altos Pirineos. Yo tengo la suerte de conservar el documento que confirma esta importante misión.
Mi padre mantuvo hasta su muerte, en 1972, la nacionalidad española. Yo tenía entonces 20 años. Sufrió mucho por el exilio lejos de España y también porque desafortunadamente su matrimonio acabó y terminaron separándose. Yo tenía entonces 2 años.
– No te ha sido fácil, Paquita, recuperar el historial militante de tu padre durante su exilio y luego como miembro de las FFI (conservas su carnet de la Resistencia como un preciado tesoro). De hecho tu investigación sobre él, tu vida personal y tu militancia forman un todo muy entrelazado…
– Mi padre encontró una casa cerca de la de mis abuelos maternos, de modo que podíamos vernos a diario. Iba a su casa y a veces abría para mí su maleta de madera, llena de documentos y fotografías y me contaba cosas.
Cuando él murió yo tenía 20 años y recuperé todos sus documentos que he conservado como un tesoro.
Al volver a ver su carnet con los colores de la República Española a la que tanto quiso, visité su tumba y la adorné con flores tricolores.
Antes de morir tuvo la gran alegría de ver a su nieta Frédérique.
Después mi sensación es que todo fue muy deprisa, tuve a mi hija Audrey y a los gemelos Arnaud y Lionel y me comprometí políticamente como feminista.
Más tarde me separé de mi marido. Me ocupé de mis cuatro hijos y encontré trabajo en el hospital de Vic-en Bigorre, donde había nacido.
A mis hijos les hablaba mucho de su abuelo aunque para mí era doloroso hasta hacerme llorar.
Sin embargo no hablaba de ello en familia, eso era tabú.
Un día encontré un artículo en el boletín de Guerrilleros y les escribí enviando fotocopias de los documentos de mi padre y me respondieron confirmando que sí, que había sido Guerrillero.
Sin embargo, la vida, el trabajo…me hicieron perder ese hilo.
Después de 6 años, sola con mis hijos, encontré de nuevo el amor con André y nos casamos. Para mis hijos, que mantienen relación con su padre, André es un apoyo muy importante. Poco antes de cumplir yo los 40 nació Aurélien que lleva también los nombres de sus abuelos, Jean y Urbano.
Fue entonces cuando empecé a asistir a conferencias sobre España…André me apoyó mucho y el crecimiento de Aurélien también.
Al morir mi madre Paulette, me sentí libre para hacer más cosas por mi padre como cambiar la lápida del cementerio para poder incluir su nombre completo:
Urbano Rodríguez Mantilla, nacido en España y su fotografía; también la fotografía de sus dos primeros hijos fallecidos y un recordatorio de su identidad de combatiente.
– Cada vez más vinculada al memorialismo republicano en Francia, tu nueva situación personal te permitió comprometerte en una militancia más activa ¿no es así?
– Sí, mi nueva situación me estimuló a reencontrar la Asociación de Antiguos Guerrilleros y recuperar aquel hilo perdido. La ocasión la encontré en Toulouse en una fiesta republicana. Fui y llevé un documento de mi padre.
Encontré a Henry Farreny que manifestó mucho interés y poco después me invitó a una reunión en Carcassonne y en el año 2007 me adherí a l’Amicale des Anciens Guerrilleros Espagnols en France-FFI.
El Amicale había sido constituido en 1945 pero fue disuelto en 1950. A partir de 1976 la Asociación volvió a tener existencia legal.
Integrada en el Amicale pasé a formar parte del consejo de administración nacional. Aprendí muchas cosas y exploré los posibles recorridos de mi padre dirigiéndome a todos los archivos departamentales que creía podían ofrecerme datos… en Tarbes me dieron su fecha de entrada en Francia y en Tarn et Garonne me dieron los datos de su estancia en el Campo de Concentración de Septfonds.
A partir de entonces todo empezó a encajar.
Y Henri Farreny encontró nuevos documentos sobre mi padre que hicieron posible recomponer su recorrido y actividad en la Resistencia como te contaba al comienzo
– Y entonces, ya como parte activa de AAGEF-FFI iniciasteis la construcción de la sección regional en Altos Pirineos…
-Poco a poco fui encontrando algunos hijos de Guerrilleros y también algunos amigos de la República Española, no muchos pero sí suficientes para constituir la Sección de Altos Pirineos.
Fui elegida Presidenta en una asamblea, junto a otros miembros que constituyen el Buró y finalmente nos legalizamos como sección ante la Prefectura.
Mantengo una estrecha relación con antiguos combatientes vinculados al Museo de la Deportación y la Resistencia de Tarbes, eso ha permitido una excelente integración de nuestra actividad en la vida del Museo y conexión con las asociaciones que le tienen como referencia: todo ello nos permite conocer y reconocernos. Mucho trabajo pero vale la pena.
– ¿Y que actividades desarrolláis desde AAGEF-FFI y como sección de Altos Pirineos?
-Los más viejos no olvidan ninguno de los aniversarios de la Segunda República Española y cada 14 de abril nos concentramos ante el Ayuntamiento de Tarbes con banderas republicanas después de una comida de fraternidad en una sala próxima en que no faltan cantos conmemorativos.
Poco a poco, vamos logrando nuevas adhesiones al Amicale.
Soy Portaestandarte de la bandera de los Guerrilleros en las manifestaciones nacionales por convocatoria de la Prefectura del Ayuntamiento de Tarbes… Portaestandarte oficial, junto a otro compañero del Amical de Tarbes.
Mensualmente se reúne nuestro buró y trimestralmente el Consejo de administración. Mantenemos una asamblea general anual de AAGEF-FFI.
Nuestras actividades combinan vida organizativa, acciones, conferencias y proyecciones para debate.
Además, también participamos activamente en la Marcha Memorialista anual de Borredon a Septfonds.
– Por último Paquita, durante nuestra visita de septiembre al Museo de la Deportación y Resistencia de Tarbes, nos interesó tu Exposición Portátil sobre la República.
A juicio de nuestros viajeros memorialistas, has montado una iniciativa de divulgación ágil y llena de dimensión pedagógica. ¿Como va su difusión?
– Sí, mi exposición portátil sobre la República Española me parece útil, fácil de llevar en coche y extender en espacios pequeños. Es como un largo biombo lleno de contenidos de verdad histórica básicos, fotografías, textos explicativos y copias de documentos.
Además, está muy volcada en el rescate del papel de la mujer en la República, en el frente y en la retaguardia y señala los contenidos feministas de su Constitución.
Lo cierto es que vuestra visita en septiembre de 2018 fue el ensayo general de esa exposición que estrené ante vosotros en el patio del Museo. Vuestras opiniones me han permitido ampliarla y completar algunas carencias, aunque bien sé que es una exposición modesta.
Con ese punto de partida, el 22 de noviembre de 2018 llevé la exposición a un primer liceo. Había sido invitada por un profesor de historia y una profesora de español. Participaron 50 alumnos en su presentación y espero que esto sea un comienzo. Para mi es una tarea militante más que creo muy necesaria.
– Boletín GUERRILLEROS nº 152, descargar en PDF, clic aquí
* Acacio Puig, artista plástico y pensionista. Histórico militante de la izquierda revolucionaria, represaliado por el franquismo, activista memorialista. Es editor del blog Afinidades Anticapitalistas
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