Contra la Represión, por el derecho de vivir en paz: ¡Sí se puede!
Este martes, pese al miedo y la desmovilización, pese a la prohibición de la Delegación de Gobierno de Valencia, unas trescientas personas salimos a la calle contra la criminalización de la protesta social, contra la represión, contra las identificaciones, contra las detenciones y montajes policiales, en solidaridad con los compañeros y compañeras detenid@s y por el derecho de vivir en paz. No pudieron callarnos. Ante un importante despliegue policial, la Movilización empezó a las siete de la tarde en el CIE de Zapadores y allí se realizó una concentración por su cierre y en apoyo a las personas que se encuentran al otro lado de ese muro de la vergüenza que son los centros de internamiento. Esta concentración se viene repitiendo por Valencia Acoge todos los últimos martes de cada mes. L@s compañer@s denunciaron el maltrato que sufren las personas allí recluidas, que en esos momentos se encontraban en el patio y perfectamente pudieron escuchar de nuestras gargantas que ningún ser humano es ilegal!.
Finalizó la concentración y salimos juntas en manifestación desde la Avd. Doctor Waksman pasando por encima de la prohibición de manifestarnos e ignorando a las seis lecheras que nos rodeaban. Cuando íbamos a entrar en la calle Zapadores –que es donde está el cuartel de los prodisturbios de Valencia- teníamos a tres furgones detrás y a tres delante, más un montón de sabuesos que estaban en las aceras. Esos fueron los momentos de más tensión, pues meterse ahí, era hacerlo en la boca del lobo, en una ratonera. La gente no lo dudó y siguió avanzando en un grupo bien nutrido y prieto, aunque algún@s nos separamos para tener más opciones ante lo que parecía un inminente encapsulamiento.
La cuestión es que la policía, se mantuvo al margen, rodeándonos eso sí, pero a suficiente distancia. No hubo identificaciones y aún menos detenciones. Se me hacía rara aquella situación y tensión que duró hasta que llegamos al Luís Vives. Cuando llegamos, habiendo cortado el tráfico y colapsando la Gran Vía, Russafa, Colón y Xátiva no podíamos por menos que sentirnos satisfech@s y orgullos@s de estar junt@s. Cuando dimos por terminada la manifestación, nos fuimos dispersando por grupos sin perder de vista a los grises de azul, pero no hubo ningún problema.
Me pregunto por qué no cargó la policía, por qué no intentaron identificar a nadie? (*). Para mí, simplemente tenían orden de no hacerlo, de mantenerse al margen. No éramos mucha gente: 300 (casualidad) pero sabían que la gente que estábamos ocupando nuestra calle, no la íbamos a abandonar por las buenas, porque quizás estábamos ahí con miedo, sí, pero con la valentía suficiente para superarlo y gritar basta! y hacerles frente.
El miedo está cambiando de bando y no quieren que esto se les vaya de las manos y por eso están siguiendo con acciones represivas de baja intensidad para que podamos aguantarlas y no nos rebotemos demasiado, como están haciendo con las detenciones después de la última Huelga General de estudiantes del pasado 9 de mayo.
Es momento de avanzar, de organizarnos para defender nuestros derechos. Es momento de recuperar nuestra dignidad, de defendernos y defender a l@s nuestr@s. En la calle, en cada centro, en cada colectivo, en cada grupo de amig@s tenemos que organizar la respuesta a la represión. Y no nos queda otra. Tenemos que seguir ahí l@s que ya estamos y será la mejor manera de que crucen la línea del miedo quienes todavía están al otro lado.
* Identificaron a una persona al inicio de la concentración.
Nota relacionada: Concentració al CIES i Manifestació contra la repressió
