Crisis y Seguridad Social
Antoni Puig Solé*. LQSomos. Septiembre 2015
La Seguridad Social es un mecanismo de protección, principalmente de los asalariados, para evitar que acaben viviendo en la pobreza más extrema.
La Seguridad Social, no es un programa de inversiones. En el Estado español se financia principalmente con cotizaciones sociales: lo que se recauda con estas cotizaciones sirve para pagar las prestaciones ¡Este tipo de financiación no se debe ni eliminar ni rebajar!
Como el capitalismo es un sistema inestable, en los momentos de crisis económica como el actual, se produce un doble efecto:
• Por una parte, con el desempleo disminuye la recaudación al disminuir el número de cotizantes y disminuye a la vez el volumen cotizado, debido a la rebaja salarial.
• Por la otra, aumentan las prestaciones, ya que mucha gente adelanta su jubilación ante la imposibilidad de encontrar empleo.
Dada esta realidad, no tiene mucho sentido empeñarse en la sostenibilidad permanente del sistema de Seguridad Social, basándose únicamente en las cotizaciones, ya que los vaivenes económicos siempre la acaban haciendo insostenible.
Lo que se debe hacer, en todo caso, es situar como prioridad el derecho a una protección digna y reclamar que se sostengan los niveles de protección, independientemente del volumen de recaudación proveniente de las cotizaciones, recurriendo, si hace falta, a una financiación complementaria.
Más allá de su financiación, la principal razón de ser de la Seguridad Social es afrontar los riesgos a los que están sometidos los trabajadores. Nunca se debería olvidar que el capitalismo es un sistema que entraña riesgos para ellos y que hay que socorrerlos justo en el momento en que estos riesgos se actualizan.
Hoy la Seguridad Social no está en crisis, pero su debilitamiento sí que provocaría una crisis social que acrecentaría la penuria de las gentes trabajadoras.