Crónica de mi viaje a Karbala, el corazón de la solidaridad iraquí con Palestina

Crónica de mi viaje a Karbala, el corazón de la solidaridad iraquí con Palestina

Por Ángeles Diez*

Crónica desde la 3ª conferencia internacional “La llamada de Al-Aqsa” o “El triunfo de la voluntad sobre la tiranía”. Karbala (Iraq), del 12 al 15 de agosto de 2024

Llegamos a Bagdad con más de 6 horas de retraso, atrapados en Estambul. El aeropuerto de Estambul es un mar inmenso de conexiones entre Oriente y Occidente, una burbuja por la que todos y todo parece transitar; totalmente europeizado, enorme, moderno y, sin embargo, como tantos otros esfuerzos de Turquía, insuficiente para obtener el estatus de país europeo. Así, a pesar del estándar y de las promesas, para el jardín europeo, este país sigue siendo la puerta de entrada a la selva. Pero, en esta frontera entre dos mundos, Oriente fluye con una fuerza abrumadora.

En Iraq, ya no hay burbuja que amortigüe el impacto de la realidad trágica que vive esta parte del mundo. Por si alguien perdió la memoria, recordemos que se trata de un país que, por estar cuajado de riquezas naturales -petróleo sin ir más lejos-, fue invadido y ocupado por el minoritario, aseado y civilizado Occidente global.

En la llamada “primera guerra del Golfo” (1991) Estados Unidos, ¿les suena?, encabezó una coalición civilizatoria de 34 países para doblegar a este país con una población parecida a la del Estado español. Se tiraron más de 800 toneladas de uranio empobrecido que dejaron la tasa más alta de leucemia y linfoma del mundo. Se bombardearon infraestructuras, centrales hidroeléctricas, viviendas – ¿les suena? – la mortalidad infantil se duplicó, apareció el cólera, la fiebre tifoidea, gastroenteritis, etc. Unidos los bombardeos Occidentales a las sanciones posteriores, Iraq presentaba un “escenario apocalíptico” en el año 2004- según un informe de NNUU-. Se calcula que unos 560.000 niños iraquíes murieron como consecuencia de la guerra y las sanciones posteriores (1).

Pero no acabó ahí la barbarie. A pesar de la guerra, de las sanciones y el bloqueo, Iraq parecía recuperarse. Los jardineros Occidentales decidieron llevarles la democracia y, acabar con unas “armas de destrucción masiva” que solo existían en las mentes de la coalición occidental, pero que eran altamente amenazadoras (Segunda Guerra del Golfo). Así pues, invasión, derrocamiento, ocupación y un saldo de 66.081 muertes de civiles de un total de 109.000 muertes que registran los archivos (2) y, por supuesto, torturas y, Guantánamo. El año 2003 está grabado a fuego en la memoria del pueblo iraquí y debería estarlo también en la de todos los seres dignos del planeta.

De modo que, los iraquíes, saben mucho de ocupación y de lo que Occidente es capaz de hacer para mantener el expolio que garantice su hegemonía y con ella su forma de vida altamente desarrollada. Por eso, entre el 12 y el 15 de agosto han organizado en Karbala la 3ª conferencia internacional “La llamada de Al-Aqsa” o “El triunfo de la voluntad sobre la tiranía”. Académicos, religiosos, parlamentarios, activistas de todo el mundo en solidaridad con el pueblo Palestino.

La ciudad de Karbala es una de las 3 ciudades sagradas más importantes para el islam. En ella todo gira alrededor de los lugares sagrados. En el sitio donde se produjo la denominada batalla de Karbala, en la que fue asesinado el Imán Husein Ibn Ali (conocido como Imán Husein), su familia y compañeros (suceso de Ashûra), se ubica hoy el Santuario del Imán Husein (Mezquita). Se trata de una figura muy importante para la corriente chiita del islam, nieto del profeta Mahoma y el tercer Imán de esa corriente. Para los chiitas, la figura del imán Husein es el símbolo de la libertad y la compasión universal, así como de la solidaridad.

Es necesario entender el significado de esa figura especialmente en estos momentos en los que se produce una escalada en el genocidio de los palestinos a manos del Estado sionista israelí, con el apoyo de EE. UU. y la complicidad europea. La peregrinación y la figura del Imán se han convertido en símbolos de unidad de todas las confesiones, pero también de creyentes y no creyentes que hacen suya la causa palestina, me refiero a Oriente Próximo, claro. En el Occidente global minoritario, incluso los activistas más comprometidos siguen viendo con recelo el componente religioso de la causa palestina; todo ello, a pesar de que, en Occidente, las consignas diversidad y multiculturalidad encabezan cualquier actividad solidaria. Pareciera pues que el factor religioso no cabe en ninguno de esos términos, menos aún si se trata de los musulmanes. Sin embargo, el islamismo es, hoy por hoy, uno de los factores determinantes de la resistencia y la lucha por la liberación de palestina.

El momento en el que tiene lugar la conferencia es importante: justo una semana antes de la ceremonia de Arba’in, que se celebra a los 40 días después del Ashura y concentra a millones de musulmanes chiitas que peregrinan desde todo el mundo. Según nos dijeron, este año se esperaba a unos 20 millones. ¿Cómo se puede atender a 20 millones de personas en una ciudad que no supera los 700.000? Aunque parezca increíble se montan unas tiendas, parecidas a Jaimas a lo largo de kilómetros y kilómetros, dentro y en las afueras de la ciudad, en ellas se ofrece gratuitamente alimento, descanso, atención sanitaria y todo lo que puedan necesitar los peregrinos.

Existe también otro significado relevante sobre el lugar de la Conferencia: el pueblo iraquí está desempeñando un importante papel en el apoyo a la causa palestina en varios campos, como el proyecto de atención a heridos y enfermos de Gaza en hospitales iraquíes. De vez en cuando oímos sobre atentados contra instalaciones militares estadounidenses por parte de la resistencia iraquí, en apoyo de los hermanos palestinos, aunque pocas veces sabemos interpretar estas noticias.

El llamamiento con el que se nos convocó a esta 3ª conferencia de académicos por palestina resaltaba las similitudes de las premisas, valores y objetivos de la lucha de los palestinos con los valores que defendió el Imán Husein en su lucha por la justicia y contra la tiranía. Y también, algo que a quienes estén demasiado influenciados por años y años de demonización de la resistencia palestina, puede resultar anatema: que las acciones de la resistencia palestina en la operación que arrancó el 7 de octubre, conocida como el Diluvio de Al-Aqsa, fue un acto épico que puede ser tomado como modelo del triunfo de la voluntad y la firmeza en la lucha por la liberación y el derecho al retorno de los palestinos.

No voy a justificar ni explicar nada que tenga que ver con el 7 de octubre de 2023. Sólo diré que la limpieza étnica de palestina, la ocupación y el genocidio de todo un pueblo no comenzó ese día; que la franja de Gaza ha sido sometida a bombardeos sistemáticos en el 2008-2009, 2014, 2016 y 2021, que el estado sionista israelí ha sometido a la Franja a un bloqueo inhumano desde 2007.

La conferencia de bienvenida se celebró en la mezquita-santuario del Imán Husein. La inauguración, las sesiones de los comités de trabajo y la clausura se celebraron en la Universidad de mujeres Al-Zahraa.

La conferencia de bienvenida se realizó en una sala anexa al espacio central de oración, dentro de la mezquita- santuario del Imán Husein, y estuvo a cargo del custodio del santuario. Cientos de personas musulmanas abarrotaban la mezquita anticipándose a la conmemoración que tendría lugar la semana siguiente.

En esta intervención se habló de cómo el Estado sionista no tiene límites en su objetivo de destruir y aniquilar a los palestinos; y con gran claridad se explicó que nada de lo que ocurre en Palestina sería posible sin el apoyo de otros países.

Quiero compartiros algunas de las palabras textuales que anoté:

Frente al horror sionista los países islámicos tienen que estar unidos con los hermanos palestinos. Hay que aprender de las enseñanzas de dignidad y voluntad que transmitió el Imán Hussein. Los palestinos que sufren en Gaza no son doblegados. A pesar de los crímenes horribles, nunca visto antes, a pesar del sitio, de no tener comida ni agua, resisten, es una cuestión de dignidad. Nosotros creemos en el destino. Todos tenemos que morir de una forma u otra. Luchar por nuestra tierra es la actitud necesaria. Cada uno según su posición, sus habilidades, su contexto. El creador no creó sólo un cuerpo. La nación es una actitud.

Cada día vemos en la televisión el horror. Ningún ser humano que se considere tal puede tolerar esto. Hay que tener una especial actitud para estar con los palestinos. Esto son enseñanzas del Imán Hussein. La vida es una actitud.

En la conferencia inaugural, en la universidad de Al-Zahraa, participábamos más de 600 personas de todo el mundo.

Las intervenciones en la inauguración estuvieron a cargo de personalidades religiosas de todas las confesiones y también se dio la palabra a personas de la delegación internacional (un académico australiano, un parlamentario Indonesio, un ex-europarlamentario español, representantes de India, Paquistán, etc.) e intervino un chico de Gaza víctima de la agresión sionista que ratificó la voluntad de todos los gazatíes de resistir y de no abandonar su tierra. Cerró su intervención diciendo “mi mensaje a ustedes es sólo uno: Palestina es de ustedes. Nuestros mártires están en sus oraciones, en sus mensajes. La ocupación es muy débil. La victoria está cerca”. Nos puede parecer irreal este mensaje, utópico, pero cuando quien lo expresa es un joven en silla de ruedas que ha perdido a toda su familia no puedes sino creerle.

En todas las intervenciones se puso énfasis en la unidad y, especialmente desde el mundo religioso, se llamó a la construcción de la Nación islámica como unidad que puede convertirse en una gran fuerza en la liberación de Palestina. Pero esa llamada se dirigía también a toda la humanidad, no sólo a los musulmanes.

El llamamiento a la unidad estuvo presente de principio a fin del Encuentro y se evidenció con el viaje programado que hicimos a Bagdad tras la clausura de la Conferencia. Recorrimos las cuatro principales mezquitas sunitas de la capital. Desde una de ellas, el cementerio con la ciudad al fondo parecía una metáfora del pasado reciente de guerra y ocupación de Iraq.

La movilización -se dijo- debe recorrer todo el planeta. Es nuestra obligación moral alzar la voz por la liberación de Palestina, cada uno en nuestros países, todos somos responsables del horror que se vive en Gaza. Dignidad y resistencia. Sin importar la confesión, el país de origen, la historia o la ideología. Desde mi butaca, en un salón de actos magnífico, no pude evitar pensar en los internacionalistas que vinieron a defender la República española contra el fascismo.

La Comisión de trabajo en la que participé estaba dedicada a la “responsabilidad de las instituciones educativas, los medios de comunicación y los intelectuales con la causa palestina”. En ella se habló de cómo el contexto de cada país determina las posibilidades de solidaridad con el pueblo palestino. De que es necesario redefinir el concepto de solidaridad ya que, no puede significar únicamente ayudar, sino que supone tener un proyecto contra el agresor sionista.

Fue un sentimiento generalizado considerar que los acontecimientos del 7 de octubre no debían ser calificados de actos terroristas, como señalan los medios de comunicación, ya que obvian el contexto de la ocupación, el genocidio del pueblo palestino desde 1948 así como las resoluciones de NNUU que legitiman la lucha armada de los palestinos en situación de ocupación colonial. Este enfoque implica, sin duda, redefinir la solidaridad en la etapa actual, ya que no puede significar reconstrucción de las piedras o las instituciones. La solidaridad actual es dispersa y fragmentada y sólo mira hacia el apoyo económico; es una solidaridad individual y reactiva, que se ve salpicada por las disputas internas palestinas sin ser capaz de mirar hacia el futuro de la liberación de Palestina. Incapaz de considerar que son los propios palestinos quienes tienen que decidir sobre su futuro una vez que se consiga la descolonización de su tierra.

La directora de la Universidad Al -Zahaara habló de la guerra y la ocupación de Iraq y del inmenso sufrimiento del pueblo iraquí. Un sufrimiento que les une al pueblo palestino. Para ella, la voluntad de un pueblo no puede ser derrotada y la causa palestina es una causa sagrada que forma parte de la meta sagrada de los musulmanes. El parlamentario de Mozambique señaló el compromiso constitucional de su país con la causa palestina. Una constitución que hace referencia al compromiso con la liberación de palestina y que enlaza con el sentimiento de la mayoría de los países africanos que rechazaron mayoritariamente que Israel formara parte de la Unión Africana.

Finalmente, nada de lo que pudimos debatir, ninguna de las intervenciones, es comparable al sentimiento de horror y a la vez de fortaleza que nos comunicó el testimonio del joven cantante palestino gazatí Abdala Abdala. Su mujer y sus hijas fueron asesinadas en uno de los cientos de bombardeos que arrasan hoy Gaza, él sobrevivió herido junto con su otro hijo al que amputaron una pierna. Su testimonio fue acompañado de imágenes que se grabaron en el momento. Fue desgarrador oír y ver cómo abrazaba el cuerpo de su hija envuelta en una sábana que dejaba ver sólo una parte de la cara. El testimonio de Abdala, su dolor y su lamento, fueron la voz de todo un pueblo invencible, que nos recuerda que, parar el genocidio palestino y luchar por su liberación, quizá sea nuestra última oportunidad de ser humanos.

Notas:
1.- El País, Más de 500.000 niños irakíes HAN muerto por el embargo de la ONU.
2.- The Guardian, “Iraq war logs: Secret files show how US ignored torture”.

 

* Ángeles Diez es miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI) y de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, Doctora en CC. Políticas y Sociología y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.

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One thought on “Crónica de mi viaje a Karbala, el corazón de la solidaridad iraquí con Palestina

  1. El sionismo israelí es una vergüenza para la humanidad. Permitir ese Estado terrorista y genocida es ser cómplice de sus crímenes.

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