Cultura y precios justos
Venezuela. Cojedes es un estado de muy poca producción propia. La actividad agropecuaria despunta como el principal potencial y junto a la minería, el turismo y la agroindustria se presentan como el fundamento para un estado potencia planteado por Érika Farías actual gobernadora.
Si la cuarta república golpeó a Venezuela, hay que decir que a Cojedes casi lo desaparece. Sin embargo, las cojedeñas y cojedeños son gente amigable, de trabajo y su palabra es un documento como todo llanero.
Por eso quizás, tenemos una Gobernadora y nueve Alcaldes chavistas y las esperanzas puestas en el proceso revolucionario como único camino al Socialismo y al Vivir Bien. Pero como parte de esa herencia, también se afectó la cultura, la manera de pensar, la forma de actuar.
Esta realidad atenta contra los esfuerzos del gobierno bolivariano en todos sus niveles, aún con sus debilidades. La aplicación de la Ley de Precios Justos es un ejemplo de esto. Hace pocos días, fiscalizaban una venta de motos en pleno centro de San Carlos y se hacía una larga cola.
A las afueras de la empresa, entrevistaban a quienes esperaban para aprovechar la aplicación de una ley que beneficia al Pueblo y regulariza en buena medida la actividad económica. Buenas tardes, qué le parece la Ley de Precios Justos pregunta una periodista a un señor de unos cuarenta años en la cola; ¡Excelente! Exclama el hombre que seguro llevaba todo el día en el lugar.
La periodista lo aborda de nuevo:Y cuál es el cambio más importante que observa, y aquí vamos con el dilema: ¡Muy bueno!, fíjese… yo voy a aprovechar de comprar cinco motos, porque están en siete quinientos y yo las puedo vender fácil en quince mil.
No por casualidad el Comandante Chávez insistía en que debemos alcanzar la independencia cultural y el presidente Nicolás Maduro nos habla de la cultura de trabajo. Con el rentismo petrolero, quienes gobernaron nuestro país deformaron la sociedad y propiciaron el “pónganme donde haiga”.
Nos corresponde junto a las nuevas generaciones, trascender y cambiar radicalmente nuestra forma de vida, desde lo individual y la familia, volver a la esencia del llanero, la honestidad, regresar al campo y a las luchas.
Escuche a Nicolás Maduro decir hace poco: Nadie dijo que era fácil. Pero, ¡No podrán con nosotros!
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