Dame la tierra…
Dame esta tierra que me permite vivir. No me desalojes de la tierra de mis ancestros adonde "yacen los abuelos dormidos", como decía Yupanqui…
Dame la tierra gobierno, no quiero limosnas, no quiero subsidios que me aten, ni me entretengas con comisiones que no me llevan a ninguna parte y sólo dilatan soluciones de fondo.
Quiero trabajar mi tierra, gobierno, y ser libre, no permitas que dilapide mi vida, mi vida sana de campesino en cuidarme de que maten a mis niños, o a mis animalitos o embistan con topadoras mi casa, mis corrales o nuestros árboles… Vivimos desde añares en armonía con el monte, sacándole para sobrevivir, postes, leña y carbón… mas los animalitos, no necesitamos mucho más…
Déjame la tierra, gobierno, es herencia ancestral. Nosotros somos uno con ella, somos sus hijos, la amamos y ella nos cuida. No nos falta la algarroba, sea para patay sea para aloja … Tampoco el mistol para bolanchao, ni la pelotita dorada del chañar para el arrope y la tuna abunda, para refrescar nuestros cuerpos y alimentarnos. Un lujo quieres, pues, nos provee la miel de palo o de abeja rubia…
Así también los animalitos que guarda el bosque: los pichis en invierno, que salen a gozar del sol y hasta un conejo o alguna vizcacha, aunque van quedando pocos porque el ruido de las topadoras los asusta y hace que se metan monte adentro… La guasuncha es cada día más rara de ver.
La "brama" verde, gobierno, no ha de faltar y las chivas y las ovejitas se han de criar sanas y con buenas pariciones.
No permitas que me avasallen con el sólo aval del poder económico y de leyes injustas, porque es el derecho de las bestias… ni con el visto bueno de los Pilatos de siempre, porque no me dejas otro camino que el de resistir usando la violencia con que atacan a mi familia, a mis amigos, a mis vecinos de toda la vida.
Dicen que somos "evasores" y que no pagamos al fisco. No es maldad, gobierno, es ignorancia. No te olvides que descendemos de indios o pueblos originarios, como se les dice por ahí y que si no nos instruimos bien es porque tus maestros prohibieron nuestra lengua madre, la quichua, y no respetaron nuestras leyendas. Trajiste tu religión y nos trataste como a bestias, nos hiciste sentir extranjeros por hacer silencio muchas veces ante los avances de tu civilización… qué chiste, gobierno, extranjeros en nuestra tierra, en la tierra de nuestros mayores. Mas es un chiste amargo, patalco, te digo.
Déjanos la tierra, gobierno, ahí está nuestra vida y no tenemos miedo pisando sobre ella. Sólo que nos enfrentan a empresas muy poderosas y a delincuentes armados, asesinos a sueldo. No tenemos miedo si morimos, la tierra nos recibirá y hacia ella iremos tranquilos: habremos muerto defendiéndola del atropello, de la injusticia, amando la vida. Es nuestra manera de existir y será la manera de que moriremos.
Dame la tierra, gobierno. Sólo te estamos pidiendo lo que nos corresponde por haberla cuidado desde siempre. Es un derecho que nos da autoridad para reclamarla, derecho mucho más importante que el de un puñado de leyes redactadas y defendidas por y para la codicia de unos cuantos.
* Pequeñito homenaje a Cristian Ferreyra, campesino, amigo de la tierra, asesinado sólo por serlo.
Asesinan a Cristian Ferreyra, miembro del MOCASE Vía Campesina