Das Kapital: Libro 3. Capítulo 8º. Capitales, producción, ganancia
Antoni Puig Solé*. LQS. Agosto 2019
Diferente composición de los capitales en diversos ramos de la producción, y consiguiente diferencia entre las tasas de ganancia
El capitulo octavo del libro 3º de El Capital, inaugura la Sección 2ª dedicada a “LA TRANSFORMACIÓN DEL BENEFICIO EN BENEFICIO MEDIO” situándonos en uno de los temas más controvertidos: la transformación de los valores con precios.
El título ya deja claro que la cosa va de relacionar composiciones de capital y tasas de beneficio. Sabemos, y lo recordaremos de nuevo, que la composición del capital relaciona el capital constante con variable. Si una empresa dedica más inversión en capital constante que en capital variable, podrá explotar una proporción menor de trabajadores y, si nos atenemos a lo que hemos ido viendo, debería tener una tasa de beneficios inferior que la que contrata muchos trabajadores y no tiene tantas máquinas.
Marx supone en este capítulo que la cuota de plusvalía y la duración de la jornada son uniformes en toda la economía.
Hay que añadir que no lo considera como una mera simplificación sino como una tendencia propulsada por la competencia y la presión generalizada del capital sobre la fuerza de trabajo y asevera que esta tendencia ya fue revelada por Adam Smith.
Asimismo, pasa por alto la distinción entre el trabajo simple y complicado abordada en el libro 1º y supone que, a pesar de que impacta sobre la masa de plusvalía, no afecta la cuota.
Otra distinción importante que hacer es entre la masa de beneficios y la tasa de beneficio. En centrar toda la atención en la tasa de beneficio, podemos olvidar que una tasa de beneficios más baja no significa que se esté produciendo menos plusvalía. Sólo significa que producir esta plusvalía sale más caro. La masa de la plusvalía puede crecer al mismo tiempo que las tasas de ganancia decreciente. De hecho, este fenómeno es el que va asociado a la caída tendencial de la tasa de beneficios de la que ahora todavía no toca hablar. Pero la distinción también es importante en esta sección para que Marx distinguiera entre la masa agregada de plusvalía creada por toda la economía y la cantidad de plusvalía que cada capitalista individual se apropia.
Ya se observó en la sección 1ª, que dada una cuota de plusvalía, un cambio de valor en los elementos del capital constante, así como una alteración en el ritmo de rotación, modifican la cuota de beneficio. Ahora se deja de considerar esta diferencia como modificación de un único capital, para contemplarla sólo como una divergencia entre múltiples inversiones en diferentes sectores de la producción y concurrentes en el tiempo. La finalidad que se persigue es “exponer de qué manera se establece en un país concreto una tasa general de beneficio”.
La valorización del capital
No hay que olvidar que seguimos sumergidos con el análisis del proceso de valorización del capital.
Caso práctico
· La paga semanal de 100 obreros es de 100 unidades monetarias.
· La jornada semanal es de 40 horas.
· Tasa de plusvalía 100%.
Entonces:
1. Tiempo de trabajo necesario 20 horas.
2. Tiempo de trabajo excedente 20 horas.
3. Horas globales de trabajo, 4000, de las cuales, 2000 de trabajo necesario y 2000 excedente.
4. Equivalente monetario del valor creado: 20.000
5. Capital variable: 10.000.
El caso práctico recuerda que para que el capital se valorice, el valor creado debe supera el del capital variable que lo crea. Dicho de otro modo: hay valorización porque la masa de trabajo vivo (4000 en el caso práctico) es mayor que la masa de trabajo necesaria para reproducir la fuerza de trabajo (2000 en el caso práctico).
Composición orgánica de capital
Estamos habituados a comparar las características de una empresa con las de otros. Estas diferencias, en un mismo sector, tienden a reducirse bajo la presión de la competencia. Por el contrario, las diferencias entre uno y otro sector son más drásticas y prolongadas. El sector servicios, por ejemplo, emplea más gente que la industria química y no soporta tantos gastos en máquinas y materiales. En estos casos estamos ante un componente estructural, de manera que sus composiciones orgánicas tienden a divergir a lo largo del tiempo.
Para abreviar, Marx cuando se habla de la composición orgánica o de composición de valor de un sector lo considera una media y la hace extensible a todo el sector. La misma lógica aplica para el tiempo de rotación.
Pero, a la que nos referimos al hablar de composición orgánica de capital; ¿Qué es la composición de valor?; ¿qué diferencia y qué relación existe entre esta y la composición técnica de capital?
Al responder a estos interrogantes, Marx se limita a reiterar lo que ya aclaró en el libro 1º:
–La composición técnica es la relación entre una cierta cantidad de fuerza de trabajo, representada por un número de trabajadores imprescindible para poner una determinada masa de medios de producción en movimiento. O sea, es la relación entre una cantidad definida de trabajo vivo y una cantidad definida de valor de uso que ha tomado la forma de medios de producción. La base de esta relación técnica es la productividad del trabajo.
–La composición de valor, en cambio, relaciona de nuevo una cierta cantidad de fuerza de trabajo, representada por un número determinado de trabajadores, pero ahora se fija con el valor de los medios empleados, es decir, expresa la relación entre una cantidad definitiva del trabajo vivo y una cantidad definida de valor asociado a los medios de producción. La composición de valor puede cambiar sin que lo haga la composición técnica. Marx pone de ejemplo: la utilización de cobre en lugar de hierro, lo que conlleva un encarecimiento de los medios de producción y, por tanto, modifica la composición de valor.
Aclaradas estas dos circunstancias, la composición orgánica de capital es la composición de valor que refleja con precisión la composición técnica.
Cabe recordar que la cuota de plusvalía y la de ganancia, suelen ser diferentes. No ocurre lo mismo con la masa de ganancia y la de plusvalía que se suponen idénticas, al menos mientras se conserve la simplificación incorporada en capítulos anteriores.
¿Qué significa un incremento o disminución del capital variable? Recordemos que se trata de la suma de dinero destinada a contratar trabajadores. La masa de trabajadores contratados forma parte de la composición técnica. El valor creado por esta masa de trabajadores es superior a su coste de reproducción y, en consecuencia, es productor de plusvalía. La tasa de explotación relaciona la plusvalía y el capital variable. Pero ahora esta tasa es irrelevante, ya que estamos suponiendo que es la misma en todas las empresas (para nuestros propósitos, estamos asumiendo que el grado de explotación es siempre del 100%). Esto nos permite ver qué cambios conlleva que la composición orgánica sea una u otra.
Respetando este abanico de simplificaciones que nos acompañan, analizaremos:
–La diferencia entre las respectivas composiciones de capital y
–La diferencia en el tiempo de rotación (de hecho, sólo haremos una breve mención a las rotaciones).
Caso práctico
En un supuesto, que llamaremos A, el capital constante empleado es 700, 100 variable y 600 constante. En otro, que llamaremos B, la relación es inversa, o sea, 100 de constantes y 600 de variable. A contrata a 100 trabajadores y B contrata a 600.
Por tanto, en A, un capital total de 700 sólo pone en movimiento una fuerza de trabajo valorada en 100 mientras que en B, este mismo capital pone en movimiento una fuerza de trabajo valorada en 600.
A.- En 100 semanas de trabajo se pone en movimiento 6000 horas de trabajo vivo.
El capital se apropia de 50 semanas de trabajo excedente.
Composición orgánica = 1/6
Tasa de beneficio = 1/7
Plusvalía semanal absoluta = 100
B.- En 100 semanas de trabajo se pone en movimiento 36000 horas de trabajo vivo.
El capital se apropia de 300 semanas de trabajo excedente.
Composición orgánica = 6/1
Tasa de beneficio = 6/7
Plusvalía semanal absoluta = 600
Para que el capital A obtenga una plusvalía semanal absoluta de la misma magnitud que el capital B debería invertir un capital total de 4200.
Supongamos que el caso B, trabajaban con hierro y ahora deben hacerlo con cobre, lo que conlleva que el capital constante sea de 400 cuando el variable es de 100. En A también hay un encarecimiento de las materias primas, pero en menor tasa, ya que por cada 100 de constante se necesitan 200 de variable:
A.- Composición orgánica = ½
Tasa de beneficio = 1/3
Plusvalía semanal absoluta = 100
B.- Composición orgánica = 1/4
Tasa de beneficio = 1/5
Plusvalía semanal absoluta = 100
Ahora la tasa de beneficio de B es inferior. La explicación radica en el reparto del capital entre constante y variable.
Estos ejemplos nos reiteran, una y otra vez, que diferentes composiciones técnicas del capital, si aceptamos nuestras simplificaciones y consideramos que el precio de las mercancías coincide con su valor (Precio = Valor = c + v + p), conllevan tasas de beneficios diferentes. Las empresas con una gran cantidad de trabajadores y unos gastos constantes de capital (composición orgánica baja) generan más beneficio. Las empresas con muchas máquinas y pocos trabajadores (composición orgánica alta) generan menos. Lo mismo también ocurre si la composición del valor cambia debido al coste del capital constante o del cambio de capital variable.
Llegado a este punto, Marx se formula una pregunta relevante:
“Si un capital formado porcentualmente por 90c + 10 v, quedando invariable el grado de explotación del trabajo, genera tanta plusvalía, o tanto de beneficio, como un capital formado por 10c + 90V, entonces sería más claro que el agua que la plusvalía y, por tanto, el valor en general, deben tener otra fuente que no sea el trabajo, y en este caso se hunde toda base racional de la economía política “.
Sabemos que los capitalistas sólo producen si al hacerlo obtienen un lucro y quieren que este lucro sea el más alto posible. Difícilmente aceptan que sea menor que el del resto. Sólo lo aceptan aquellos capitales que están mal posicionados y han de comulgar con ruedas de molino. Pero estos capitales “de segundo o tercer orden” suelen ser escasos y no pueden hacerse cargo de las inversiones en aquellos sectores que necesitan una gran cuantía de capital constante. Hay pues, que resolver el enigma descubriendo cómo es que en sectores económicos con una elevada composición orgánica de capital acaban obteniendo elevadas tasas de beneficio.
Marx también contempla el efecto que pueden tener las diferentes composiciones orgánicas del capital cuando se trata de comparar las tasas de beneficio entre diferentes países. En un contexto económico menos desarrollado la tasa de plusvalía normalmente es menor, mientras que, como veremos con un caso práctico, la tasa de beneficio puede ser superior.
Caso práctico
– En un país más desarrollado:
· Tasa de plusvalía, 100%.
· Composición del capital: 84C + 16v
. Valor del producto = 84C + 16v + 16p = 116
. Tasa de beneficio = 16/100 = 16%
– En un país de menos desarrollado:
· Tasa de plusvalía, 25%.
· Composición de capital: 16 c + 84v
· Valor del producto = 16c + 84v + 21P = 121
· Tasa de beneficio = 21/100 = 21%
La tasa de beneficio del país MENOS desarrollado es, pues, más del 25% superior a la del desarrollado, aunque su tasa de plusvalía es cuatro veces más pequeña.
Como ya se vio en el capítulo 4º, las diferentes tasas de ganancia también pueden ser fruto de las diferentes tasas de rotación ya que la tasa de beneficio está en razón inversa de los tiempos de rotación. En el mismo capítulo se explica qué se entiende por capital fijo y qué por capital circulante. La proporción entre uno y otro no afecta la tasa de beneficios a menos que implique un cambio en la composición orgánica del capital o un cambio en tiempo de rotación. De nuevo pues, vemos que estos son los dos aspectos relevantes.
Todo ello nos lleva a la conclusión, como Marx ya nos ha anticipado antes, que si asumimos que los precios y los valores son iguales y que el beneficio y la plusvalía también lo son, siempre obtendremos tasas de ganancia desiguales en toda la economía y que en consecuencia, una tasa media de beneficios en las diferentes ramas de la industria no existe en la realidad y no puede existir dentro del actual sistema de producción capitalista. Pero, ¿va así la cosa?
Ya podemos avanzar que la cosa no va de este palo. Las grandes empresas, en una sociedad capitalista, tienden a obtener tasas de beneficios medias, aunque sus composiciones orgánicas y de valor difieren. ¿Por qué? Las mayores tasas de ganancia atraen inversiones. Si aumentan las inversiones aumenta la producción y estas empresas aumentan la oferta, lo que reduce los precios ya que la oferta y la demanda se equilibran. Esta reducción de los precios reduce los beneficios y los acerca a un nivel medio. Todo lo contrario ocurre con tasas de beneficios bajas. Por supuesto, se trata de una abstracción teórica que nunca coincidirá al cien por cien con la realidad. Pero hay que prestar atención a un hecho: los precios y los valores ahora dejan de coincidir!
En una economía real, las tasas de beneficio siempre cambian a medida que compiten las empresas y no todas tienen las mismas posibilidades de competir. A la larga, se establece un nivel medio de beneficios. ¿Significa esto que la teoría del valor es incorrecta y que la clave está en la ley de la oferta y la demanda? En los capítulos siguientes tendremos que aclarar esta cuestión.
– Das Kapital: Libro 3º. Capítulo 7º. Notas complementarias
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