Día 44: Kuaderno de bitákora
Tania Pasca Parrilla. LQS. Mayo 2020
Ilustraciones de J. Kalvellido
El diario de una AUXILIAR en un Hospital Públiko bajo la PANDEMIA del KOVI-19… (Y los rekortes)
Kuaderno de bitákora: Día 44. Lunes 4
A las siete de la mañana el tren iba algo más lleno de lo habitual, será por aquello de la reapertura de algunos servicios. El caso es que la frecuencia de trenes sigue siendo la misma que hace semanas, así que me da la sensación de tener algún número más en el bombo de contagiar o ser contagiada, y ya desistí de poner reclamaciones en Renfe cercanías, la última vez que lo hice fue el 7 de marzo para decir que sin espacio vital en los vagones, el coronavirus lo cogíamos todas. Pero en el transporte público madrileño de la zona sur, hemos normalizado que eres ganado. (Aunque la consigna oficial de la derecha mediática sobre el origen del contagio ya sabemos que fue la mani del 8M).
Me agradó mucho la convivencia laboral con las compas de hoy, colaboradoras, profesionales de vocación y buena gente, excluyendo al celador misógino, el tercero de la última semana, y varios adjetivos más que me ahorro narrar… Admiro por otra parte, la disciplina de las pacientes de más edad con sus mascarillas puestas día y noche, plenamente concienciadas de la gravedad de la crisis, tanto es así que una abuela me ha dicho: “…así que este era el famoso Coco con el que tanto amenazaban a los niños, no me quito la mascarilla, no”. Y no puede estar más en lo cierto. Aún las visitas a pacientes están restringidas y muy pocos son los casos que disfrutan de este privilegio, como Rosa, que ha podido ver de lejos a su hijo que le lanzaba besos tras la mascarilla. Así que sí, cuando se pueda hay que dar todos los besos y abrazos que han quedado suspendidos en el aire.
Ojalá fuéramos capaces de lanzar tanta ternura al conjunto de la humanidad. Mientras atendía a una paciente en la televisión hablaban del estado de salud de las personas migrantes en asentamientos chabolistas, esos seres a quienes tanto les costó venir a España en una tortuosa carrera de obstáculos se encuentran ahora soportando la enfermedad sin la posibilidad de guardar la distancia, sin acudir a los servicios de salud por miedo a ser detenidos y con la feroz crítica mediática y popular. Se les trata como al ganado, como si los españoles no tuviéramos pasado, presente y futuro emigrante… No sé si este hecho, o el de que ayer comenzara a funcionar el servicio de reparto a domicilio del Burger King, me produce más enfado. Parece ser que el servicio de reparto a domicilio en el Gigante de comida rápida se colapsó la cadena de producción, saliendo a protestar in situ las hordas de ganado español reivindicando su whopper, para recordar que “tenemos derechos”, el que nos otorgó el capitalismo, porque oiga, lo confinado, no quita lo hamburguesado. Y digo yo que para empezar a liberarnos de las cadenas del capitalismo, habrá que empezar a poner de nuestra parte.
Con todo mi amor y respeto hacia vacas y ovejas, ni debemos tolerar ni naturalizar ser tratadas como ganado en el transporte público, ni tratar como ganado a l@s herman@s migrantes, y por supuesto, dejar de ser ganado para ninguna multinacional.
A la memoria de la camarada Susana López, una de las grandes de la lucha obrera y feminista.
¡Venceremos!
#MasSanidad
#MenosCorona
Kontinuará!
– Aquí puedes seguir la historia desde el primer relato: Kuaderno de bitákora.
– Aquí puedes descargarte las ilustraciones de J. Kalvellido
– Para conocer a la autora de los relatos…Tania Pasca Parrilla
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