Economía feminista
La economía feminista, se erige como unacorriente de pensamiento que pone en tela de juicio algunos conceptos centrales de la teoría económica tradicional. La misma se distingue por sus propuestas en cuanto al pluralismo metodológico y la multiplicidad institucional, a la par que sostiene una concepción del hombre que trasciende el mero comportamiento racional.
El enfoque antes citado parte de la aceptación de que la economía convencional ha incorporado en su cuerpo teórico supuestos y conceptos que resultan restrictivos para el análisis de la realidad. Tal es el caso de actividades que si bien no responden a las reglas del mercado – como por ejemplo las actividades domésticas – tienen una fuerte incidencia sobre el bienestar. Es allí donde surge la economía feminista, que en décadas recientes se ha ocupado de reformular algunos conceptos centrales del análisis económico. Si bien los avances producidos han sido importantes, es preciso destacar que aún hoy están vigentes las palabras de Nelson, cuando al inicio de una destacada contribución al Journal of Economic Perspectives, expresaba:
…Dos décadas después de haber comenzado una serie de debates queredefinieron‟ muchas otras disciplinas, el pensamiento feminista parece repentinamente haber llegado a la economía‟. Muchos economistas, por supuesto, no estaban en la estación cuando este tren llegó, aún cuando fuese tarde. Otros que pudieran haber oído el rumor de su llegada, todavía no han comprendido cuáles son sus argumentos o qué promete para el avance de la profesión (1995, p.131).
Los artículos que integran este libro, muchos de ellos resultado de diversas investigaciones realizadas por sus autores en el ámbito académico, incorporan las ideas de la economía feminista desde distintas perspectivas y enfoques. Para quienes aún no están imbuidos de sus principios, es necesario ubicar a esta corriente de pensamiento en el contexto al que se refiere la autora del primer capítulo, cuando en uno de sus párrafos comenta:
…una de las tesis de la economía feminista… [es que] no son las mujeres per se quienes se ven devaluadas. Lo que se desvaloriza son más bien aquellos aspectos de la vida, aquellos atributos, acciones o actitudes, típicamente categorizados como “femeninos” y/o asociados con el costado femenino de la vida humana, ya sea que los mismos sean ejercidos por mujeres u hombres… Evidentemente lo que ocurre es que, en un gran porcentaje, dichas tareas y actitudes son realizadas/asumidas en la práctica mayoritariamente por mujeres…
El libro se desarrolla en tres partes. En la primera, se busca elaborar un marco conceptual que permita apreciar las características de la economía feminista y sirva como referente teórico para los restantes trabajos aplicados que componen el volumen. Para lograrlo, las autoras de los Capítulos 1 y 2 hacen una clara presentación desde lo teórico y epistemológico de los alcances del feminismo, destacando entre otras cosas, la ausencia de un pensamiento monolítico al interior de este enfoque, así como su carácter esencialmente interdisciplinario.
La segunda parte se ocupa de la mujer en la educación superior, con especial énfasis en el área de las Ciencias Económicas. Está integrada por cinco capítulos en los que se consideran distintos aspectos relacionados con el género en el marco del ámbito académico, particularmente la profesión del docente universitario.
La tercera parte del libro está conformada por cinco capítulos adicionales, que abordan el rol de la mujer en relación a distintos ámbitos o aspectos de la economía y el desarrollo. Los mismos ofrecen una rica diversidad de análisis en economía feminista aplicada, ya que las autoras encaran sus trabajos en función de múltiples temas, metodologías y puntos de vista.