El Barrio Chino de La Habana
Algunos aseguran que el pintoresco barrio fue creado en 1840 y llegó a ser uno de los más grandes de América Latina cuando muchos inmigrantes viajaron a Cuba para laborar en el cultivo de la caña de azúcar, hoy permanecen unos 150 nativos, los que mantienen y enriquecen su cultura con diversas actividades, una de ellas es la edición de un periódico de cuatro páginas en idioma chino, se trata del Kwong Wah Po y su máquina impresora data ya 110 años.
El Barrio Chino celebra diferentes festividades a lo largo del año, tales como el día de la primavera lunar, el de los chinos en ultramar y demostraciones de artes marciales.
Dicho barrio es algo más que un amasijo de pequeñas callejuelas en el mismo corazón de Centro Habana. Es una suerte de pequeña ciudad con una demarcación geográfica propia en las inmediaciones de Águila y Dragones.
Su gran pórtico abre los brazos cual gigante puerta que abraza ambos lados de estas estrechas calles. Este conjunto arquitectónico fue donado por la República Popular China allá por los finales de la década del 90 en un gesto de amistad entrañable hacia Cuba.
Lleva en su parte superior tres secciones de tejados rojos a dos aguas elevados desde sus columnas por medio de un entretejido de maderos que nos da la sensación de que realmente estamos en presencia de una construcción fresca y acogedora pero esto es sólo el preámbulo de lo que usted puede encontrar.
Tras cruzar el gran pórtico, se encuentra el verdadero corazón de la pequeña ciudad, el Cuchillo de Zanja, es allí donde se localiza un segundo pórtico más pequeño en la mismísima intersección de Zanja y Rayo donde un color rojo intenso hace su entrada con letras bien definidas en idioma Chino y Español que anuncia al Barrio Chino.
Un pequeño boulevard peatonal adornado en su parte superior con maderos separados que dejan colgar lámparas, sonajeros y estantes reclinados en las paredes con diferentes deidades, le abren el paso y suenan lentamente las campanitas al aire en señal de bienvenida, ha llegado usted a buen destino, el color rojo así lo anuncia, es para los chinos símbolo de alegría, optimismo, esperanza y felicidad.