El IVA, ¿impuesto de valor añadido?
El mal llamado Impuesto del Valor Añadido es, en realidad, un impuesto contra el consumo, principalmente de los asalariados.
Los que viven exclusivamente de una nómina o pensión son los únicos que no pueden desgravarse el IVA de lo que compran. Los empresarios sí se desgravan del IVA que pagan: formalmente cobran el IVA de lo que venden y pagan el IVA de lo que compran, y luego hacen las cuentas con Hacienda, que les devuelve el dinero que hayan pagado de más. Muchos autónomos también tienen este mecanismo, y otros pagan una cantidad fija de IVA, independientemente del que hayan cobrado o pagado en sus operaciones.
Por lo tanto, el IVA es un impuesto contra los asalariados y pensionistas. Esto se equilibraría si los trabajadores, en sus salarios, cobraran también el IVA. Es decir, si se añadiera a cada salario el 21% de IVA.
No es cierto que el IVA sea un impuesto sobre el Valor Añadido, pues en realidad los que más valor añaden a las mercancías son los trabajadores. El IVA es un impuesto que grava las compras en general pero solo los asalariados y pensionistas no se desgravan nada, mientras que para las empresas el IVA es neutro, lo que pagan de IVA y no cobran se lo devuelve Hacienda.
El mecanismo de recaudación es infame, como casi todos los impuestos (*). A los asalariados y pensionistas, un tercero (normalmente un empresario) les quita el IVA de su bolsillo y “teóricamente” se lo entrega a Hacienda. Los empresarios y autónomos cobran y pagan IVA y ellos mismos, después hacen su declaración de IVA informando a Hacienda del IVA recaudado (soportado) y del IVA que a su vez ellos han pagado a otros (repercutido). La diferencia que les sale (la que ellos informan) es lo que pagan a Hacienda o cobran de Hacienda por IVA. Hay empresarios que directamente se quedan con el IVA recaudado y ni siquiera cumplen el formalismo de informar a Hacienda.
Hacienda tiene “teóricamente” una forma de perseguir el fraude de IVA recabando la información de lo que las empresas pagan a otras empresas y viceversa. Lo que las empresas cobran a otras empresas es el llamado 347, un formulario por el que informan a Hacienda de sus ventas y compras de más de 3.000 euros anuales. Cruzando datos Hacienda, puede descubrir fraudes de IVA si una empresa no declara lo vendido a otra empresa y otra declara lo comprado a esta empresa.
Pero qué pasa con las Grandes Superficies, p.ej. el Corte Inglés, ¿realmente informa y liquida el IVA que nos cobra a todos los consumidores? Recordar que sólo un ínfimo porcentaje sube a pedir la “factura”. El ticket no vale a efectos de desgravación de IVA.
Veamos las grandes cifras. El Estado recaudó en 2011:
Impuesto de la Renta
(Nóminas) 69.800 millones de Euros 43% del total
Impuesto del IVA 49.300 millones de Euros 30%
Impuestos especiales 18.900 millones de Euros 12%
Impuesto a las empresas
(I.S.) 16.600 millones de Euros 10%
Otros impuestos 7.000 millones de Euros 4%
Total 161.700 millones de Euros
O sea que el “bocado mayor” de Hacienda es el impuesto que nos quitan directamente los empresarios de las nóminas (algunos se lo quedan y ni siquiera lo liquidan a Hacienda). Y además, los 49.300 millones de IVA también nos lo quitan, por lo dicho anteriormente, a los asalariados y pensionistas. O lo que es igual: el 73% de los impuestos los pagan los asalariados.
Mucho del IVA recaudado se queda en los bolsillos de los grandes comerciantes. Y si no, hagamos una simple multiplicación. Si el PIB (Producto Interior Bruto) es de 1.000.000 de millones de euros, al aplicarle el IVA sería, al 21%, la friolera de 210.000 millones de euros. No sé que porcentaje del PIB va al 21%, al 10% y al 4%, pero desde luego el cálculo será más de esos 49.300 millones recaudados. De hecho, pese a la penúltima subida de IVA, la recaudación ha seguido igual o incluso ha bajado. O sea que las subidas de IVA sirven para engordar las arcas de los grandes almacenes, grandes tiendas y grandes superficies. Además, es una gran fuente de financiación, pues cobran el IVA al contado y pagan a sus proveedores y a Hacienda bastante más tarde.
¿Y que proponer?
– Que los asalariados cobren IVA por su trabajo (a negociar si el 21% o el 10%). Y por lo tanto, también puedan hacer su declaración de IVA y liquidar sólo la diferencia entre el IVA pagado y el IVA cobrad
– Recaudadores de IVA en todas las grandes superficies, grandes almacenes y grandes supermercados que recojan diariamente el IVA cobrado y lo ingresen en Hacienda. De esta manera también creamos puestos de trabajo
– Cuando menos, bajar el IVA y evitar el fraude de manera que no siempre paguen los mismos.
(*) El arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma tal que se obtenga la máxima cantidad de plumas con el menor ruido posible” (Joan-Baptiste Colbert, responsable de Finanzas de Luis XIV Rey de Francia desde 1.643 hasta 1.715.