Nuevas movilizaciones por el cierre de los CIE
Decenas de ciudadanos se manifiestan ante el Centro de Internamientos de Extranjeros de Valencia para exigir su cierre. (28 de septiembre de 2011)
Todas las plataformas preparan un encuentro para "realizar una campaña de presión en toda España para que los nueve CIE's que hay en nuestro país cierren sus puertas, de una vez por todas".
Valencia-Acoge, CEAR, Jarit, Entre iguales, Candombe, Martin Fierro, Psicólogos sin fronteras, Médicos del mundo, Cedsola, vecinos de Nazaret, y muchos más fueron algunos de los colectivos que se concentraron ayer en la puerta del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia, más conocido como CIE de Zapadores, para exigir su cierre inmediato en un acto enmarcado dentro de la campaña de“CIE’s No”.
Esta convocatoria se lleva repitiendo el último martes de cada mes desde 2009, cuando se inició la campaña. Sin embargo, en esta ocasión ha presentado novedades. Varios de los colectivos congregados anunciaron la convocatoria de un encuentro estatal en Valencia, los días 22, 23 y 24 de octubre, con todas las asociaciones y grupos sociales que luchan contra el cierre de estos centros de internamiento. “El objetivo de esta reunión es coordinarnos para realizar una campaña de presión en toda España para que, de una vez por todas, los nueve CIE's que hay en nuestro país cierren sus puertas”, explica Xavi Torregrosa, vicepresidente de Valencia-Acoge. Torregrosa añade que “Valencia ha tomado la iniciativa pero no significa que vaya a dirigir el proyecto, todo lo contrario, todo está en el aire, hay muchas ideas de todos los grupos pero al final se hará lo que se decida en el encuentro”. En ello coinciden Rosario, de Uruguay y Marcos, de Colombia y en situación irregular por lo que prefiere no dar su nombre verdadero: “El fin de semana del 23 vendrán plataformas y organizaciones de todo el Estado para compartir opiniones y ver cómo podemos afrontar los problemas”. Asimismo, Marcos y Rosario añaden algunas acciones más a la lista de lo que se hará en los próximos meses: “Queremos llevar los estudios que hemos realizado de los CIEs a los partidos políticos para que tomen conciencia del grave problema que viven centenares de personas en España. Además, queremos celebrar el 17 de diciembre el día del Inmigrante haciendo especial hincapié en la exigencia de la libre circulación del ser humano. Todo ello, sin olvidar las concentraciones que realizamos los últimos martes de cada mes”.
Así, el acto se celebró con toda normalidad donde hubo cánticos y consignas de apoyo a los extranjeros detenidos en el centro y la interpretación de “l’Estaca”, de Lluís Llach, y “Gato negro” por parte de un activista valenciano.
Los CIE, origen y contexto
“Un Centro de Internamiento de Extranjero es un centro de detención de inmigrantes cuya función es intentar almacenar personas extranjeras que no tienen permiso de residencia ni de trabajo con el fin de expulsarlas”, explica tajantemente Xavi Torregrosa. Y es que cualquier persona que no disponga de documentos que acrediten su situación “legal” en nuestro país puede ingresar en estos centros, un máximo de 60 días, “te internan como en una prisión aunque la ley los catalogue como centros no penitenciarios”, concluye Torrregrosa.
Todo se remonta a la Ley de extranjería de 1985 donde se constituyeron estos centros bajo la dirección del Cuerpo Nacional de Policía, dentro del Ministerio de Interior. En sus inicios eran pequeños cuarteles o simplemente ampliaciones de calabozos aunque con el tiempo se fueron ampliando hasta convertirse en edificios independientes. Los años 90 fueron los más oscuros de estas instituciones y buena prueba de ello nos la dio Amnistía Internacional con su Informe del año 2000 donde se denunció que los agentes sedaban a los inmigrantes para exportarlos. Esta denuncia provocó una alarma social que obligó al gobierno de Jose María Aznar a sacar un decreto para reglamentar el funcionamiento interno de los CIE. Sin embargo, la existencia de estos centros no se reduce a España, Italia o Grecia, al ser países fronterizos con el norte de África. Estas instituciones se reparten a lo largo de toda Europa. La gestión se regulan mediante una Directiva Europea que fija la estancia máxima en un año, una avance en países donde no había límite de tiempo en “prisión”, en España solo son 60 días por ley.
Zapadores en el punto de mira
En los últimos años, muchas han sido las voces autorizadas que han pedido que se tomaran medidas para que los derechos de los extranjeros detenidos no se vieran vulnerados. Primero fue el Fiscal General del Estado quien en su memoria Anual del año 2005 describía el centro de internamiento como un una institución que “cada vez se parece más a un centro penitenciario pero sin contar con las infraestructuras [y personal cualificado] de los mismos”. Crítica que apoyó el Defensor del Pueblo cuatro años después en su Informe anual y a lo que añadió “su preocupación por el detrimento de las condiciones de vida de los internos y del mantenimiento de sus derechos no afectados por la privación de la libertad deambulatoria”. Aunque esta última crítica se refería al CIE de Murcia pronto llegaría el turno de Valencia.
El 20 de enero, el juez de vigilancia del CIE de Zapadores (cada centro tiene un juez adjudicado), Francisco Silla Sanchis, aceptó a trámite una denuncia de la plataforma “CIE’sNO” por “sistemáticos malos tratos y vejaciones por parte de agentes de policía que custodian el centro”. El resultado: Un duro auto se le afeaba la actitud del director de Zapadores por no asegurar los derechos humanos de los detenidos y se le instaba a dotar al CIE “inmediatamente” de los servicios sociales de los que carecía, además, de una atención médica correcta. Al mismo tiempo, ponía de relevancia diversos hechos relacionados con las visitas a los extranjeros como por ejemplo que las visitas con sus abogados serán totalmente privadas, sin presencia de agentes de policía, que las ONG podrán entrar a cualquier hora para ayudar y asesorar, respetando las pautas de comida, descanso y comidas familiares, o incluso, la eliminación de la mampara de plástico que separaba a los detenidos de sus visitas impidiendo el contacto físico.
A día de hoy (el auto salió en abril de este año) los servicios sociales y médicos aún no existen aunque las ONG ya han podido acceder al centro para comprobar el estado del centro y la situación de los extranjeros. “Estamos preparando otro informe como el de 2009 para evaluar la evolución del centro y demostrar que la única solución es el cierre, dado que se violan los derechos humanos de forma sistemática”, señala Torregrosa. Respecto a las familias, ya pueden tener contacto físico aunque la sala disponga de tres cabinas en vez de cinco, antes del auto. El director de la centro no ha querido pronunciarse al respecto.
Aunque ha habido algunas mejoras en el día al día de los extranjeros detenidos tanto Xavier como Rosario y Marcos solo contempla una solución: El cierre inmediato de los CIE.