El Partido Socialista y el maltrato animal
Por Tania Pasca Parrilla.
Que un hombre comparezca en una plaza a matar a un toro, hace cien años igual tenía su mérito (equivalentemente cruel) pero hoy no, bajo ningún concepto…
Un septiembre más en el municipio donde vivo, Fuenlabrada, los festejos taurinos tendrán su espacio en una fiesta macabra de tortura animal como parte de la diversión del populacho. Fuenlabrada, donde por cierto gobierna el PSOE desde hace décadas, es un municipio en el que las políticas tienen un marcado acento social y de progreso, y a la vez sucumbe anualmente ante una tradición oscura y patriarcal. Quienes amamos no solamente a los animales sino la vida en su conjunto, solo podemos sentir repulsión ante la tragedia medieval que se naturaliza cada año. Estas prácticas son indignantes no solo por la tortura que se aplica, sino porque salpica a la infancia celebrando encierros infantiles donde se les da el mensaje que el humano tiene derecho a divertirse atormentando a un animal, porque bajo esta tradición se ensalzan los supuestos valores patrióticos como si encarnaran el espíritu de un país haciendo gala de una anti cultura vergonzosa en pleno siglo XXI, sufragados además con presupuestos públicos.
Un cruel espectáculo del que las reses forman parte y son a su vez mercancía en la “compra de votos” por parte de los partidos políticos a la derecha del PSOE, incluido el PSOE, a esa parte de la sociedad irreflexiva capaz de disfrutar viendo sangrar a un toro que es atravesado por unas banderillas de colores, que ríe, goza y se emociona en la lucha desigual que mantienen toro y torero, toro y banderillero, toro y corredor. Votantes que disfrutan viendo animales asustados que corren por las calles de la ciudad siendo empujados o apaleados en el mejor de los casos. <>, llevo más de cuarenta años escuchando esa frase tan estúpida. Si en lugar de ser robustos astados fueran perros o gatos domésticos a quienes echáramos a correr por callejones entre barreras para que no pudiesen huir, quizá pudiera la gente comprender mejor el nivel de sufrimiento animal que padecen al sentirse acosados y perseguidos.
¿Cuál es la diversión y el interés que suscita un evento taurino? No solamente ver desde la barrera o desde el tendido cómo se hace sufrir lentamente hasta la muerte a un animal. También existe la satisfacción por el morbo del peligro, el interés televisivo de unos encierros crece cuando cae algún corredor y es pisoteado por otros corredores o por el propio toro, esa imagen se repite en las pantallas sin cesar porque es ahí donde aumenta el interés del espectador. La cogida de un torero es otra fuente que desata grandes emociones, esa imagen de un matador herido en la femoral que sale del albero en la parihuela de brazos humanos ataviados con montera, es sin duda una de las más veneradas. ¿Qué valores se ponen en juego? ¿La gallardía de un hombre que se enfrenta a un toro por pura voluntad? Algunos incluso dirán que ya hay en los carteles mujeres toreras, como si eso fuera un avance feminista, y en realidad no tiene profundidad teórica alguna el hecho de que un puñado de mujeres hayan descendido al nivel de los mandatos patriarcales y en absoluto representan ningún valor en materia de igualdad, sino que vienen a refrendar ese mundillo taurino tan decadente. Que un hombre comparezca en una plaza a matar a un toro, hace cien años igual tenía su mérito (equivalentemente cruel) pero hoy no, bajo ningún concepto.
Los gobiernos del PSOE que amparan estas prácticas -porque los de la derecha no defraudan- incurren en una contradicción tras otra difíciles de sostener; por ejemplo, desarrollan leyes para el bienestar animal, pero se dejan fuera a los toros y a los perros de caza. ¿Se pueden llevar a cabo medidas de la agenda 2030 en los municipios como parte del progresismo de salón y dotar de cuantiosos presupuestos los festejos taurinos como si las tradiciones más rancias de España estuvieran fuera de Europa?
No sabría bien qué decir en esta cuestión sobre el “Qué hacer” en estos tiempos de desapego y rechazo por la revuelta social en cuestiones vertebradoras para nuestras vidas, como la falta de techo, de aceite en la mesa, de plazas públicas para estudiar, etc. No sé, pero copiosas lluvias durante los días y horas destinadas al maltrato animal, le vendrían muy bien al campo…
* Autora del relato gráfico “Un auxiliar ante el coronavirus. Kuaderno de bitáKora”
– A modo de presentación… Tania Pasca Parrilla
Síguenos en redes sociales… Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Telegram: LoQueSomosWeb Twitter: @LQSomos Facebook: LoQueSomos Instagram: LoQueSomos
Gran artículo. Yo guardo la esperanza de que la europeización de España y el despertar de conciencias termine con esta horrenda tradición, en los próximos años, o que, en su defecto, al menos volvamos a las luchas de gladiadores… ¡Grana y oro!
https://www.youtube.com/watch?v=IzVz0-V_WNc
Ahora bien, propongo que reflexionemos junto a El Juli sobre por qué, con frecuencia, nos produce más rechazo la tauromaquia que otras formas de obtención de alimento más hipócritas, opacas, endulzadas, explotadoras y maltratadoras, como la ganadería. Teniendo en cuenta que todo argumento detrás del carnismo se edifica sobre los mismos pilares que la tauromaquia (placer, tradición y comodidad), yo después de ver este vídeo tuve que elegir: o acepto la tauromaquia o tengo que ser vegano.
https://www.youtube.com/watch?v=msY8cKL2QFI