El peligro de la verdad
Un libro para niños editado por Anaya [i] refiere las vidas de dos grandes poetas españoles contando la mitad de la verdad.
Contar la mitad de la verdad es contar una mentira.
¿Qué razones habrán tenido para presentar los hechos de la historia de manera falsa, deformada, mentida?
Si bien es verdad que Federico García Lorca murió, y también es cierto que Antonio Machado se fue de España… omitir en qué circunstancias murió uno, o en por qué razones debió irse el segundo… es contar la historia desnudándola de su significación, de su contexto, de las causalidades sociales, políticas, económicas, culturales…. De manera conveniente “desaparece” (como en los cuentos de hadas) todo aquello “malo, rojo, rojillo”. Hay una clara intencionalidad. Es a sabiendas que se forma a los niños haciendo desaparecer una parte de la historia.
Entonces se cuenta una historia según la cual Federico García Lorca “muere”, entonces se convierte en un hecho más de la vida cotidiana ya que “murió cerca de su pueblo durante la guerra de España”.
Se omite que su vida, su poesía, su militancia e ideas políticas resultaban un estorbo para un régimen dictatorial que había surgido de un movimiento sedicioso. Que ese régimen fusiló a miles de españoles y españolas, que terminaron en zanjones, y que miles de familias ignoran al día de hoy dónde están sus restos.
Y Federico García Lorca fue fusilado por ese régimen durante la Guerra Civil Española, -que comenzó en 1936 y finalizó “oficialmente” en 1939, aunque las persecuciones y asesinatos prosiguieron por décadas, aunque los autores del libro en cuestión la prolongan en el presente al negar los hechos tal como ocurrieron-: A Federico lo fusilaron. Murió por las balas del régimen franquista, y aun hoy se desconoce dónde fueron a parar sus restos. Párrafo aparte merece el análisis de los dichos que sitúan a Lorca muriendo “cerca de su pueblo durante la Guerra Española”.
El otro intelectual a quien se refiere el libro es Antonio Machado.
A Machado se le transforma el exilio en viaje a Francia, cómodo y feliz quizá dado que se va con su familia y no hay adjetivación que diga lo contrario. El final de esta vida para los autores del libro es un simple “Antonio Machado se fue a vivir a Francia con su familia. Allí vivió hasta su muerte”. Fin de la historia (o “fin de la cita”?) y ¿todo color de rosa?.
¿Qué es lo que no se dice? Antonio Machado se vio obligado a partir al exilio por el hecho de que la ciudad de Barcelona (a la que había llegado desde Valencia) estaba por caer en manos de las fuerzas del régimen franquista. Se va, con su deteriorada salud a cuestas a un exilio que se sumó a su enfermedad. Cuánto habrá pesado tener que huir de la patria que veía arrasada?. Un mes transcurrió desde la salida al exilio el 22 de enero de 1939 ya que el 22 de febrero de 1939, apenas llegado a la ciudad de Colliure (Francia), murió. La versión falsa que da la sensación de que Machado vivió en Francia hasta su muerte cae por mentirosa. El “allí vivió hasta su muerte” debe ser “allí llegó y murió ese mismo día”.
La falsa historia es la madre de la falsa política y ésta de la falsa historia.
Tal es la finalidad que hoy buscan quienes “edulcoran” el final de una vida como la de Federico García Lorca. O pasan el exilio de Antonio Machado como un simple viaje de turismo hacia otras tierras.
Subyace una clara posición política: los hechos se señalan de esa manera para que sean legitimados así como se los relata. Es escandaloso y repudiable, pero más aun tratándose de un libro destinado a los niños y niñas.
La parte de una vergonzante historia que no quieren contar -porque los tiempos son otros, hay que callar la conciencia crítica- pasa a ser desfigurada, negada. Así, quien abreve en esa versión de la historia formará un universo incompleto, una historia incorrecta. FALSA. Y su visión política será falsa también.
"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires.
Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas." Rodolfo Walsh.