El regreso de Marilyn a Tennesee
Mariano Muniesa*. LQS. Enero 2020
“God’s Gonna Cut You Down” es el nuevo trabajo de Marilyn Manson, un disco en el que se lanza a un experimento que combina el metal gótico con el country & western y el southern rock
Que Marilyn Manson es un artista con una enorme capacidad de reinventarse a sí mismo, la mayor parte de las veces con acierto y que esa es una de las razones por las cuales siempre espero con gran expectación cada uno de sus nuevos discos, no es un secreto ya para nadie. Pero en lo que va a ser su nuevo trabajo, del cual en estos días se edita un adelanto en forma de single digital, “God’s Gonna Cut You Down”, sube la apuesta de manera espectacular y además en una dirección en la que nadie imaginaba que fuera a hacerlo. Señoras y señores, aunque les parezca increíble, Marilyn Manson ha descubierto el country-rock, los sonidos de las praderas polvorientas de la América profunda, y en su nuevo disco se lanza a un experimento que combina el metal gótico con el country & western y el southern rock.
Este nuevo Marilyn Manson se une a todo un forajido del rock campero americano, Shooter Jennings, quien es el músico que ha servido de principal inspiración al Reverendo para adentrarse en este terreno, cuyos primeros escarceos se remontan a 2016, cuando ambos se reunieron para grabar una versión de “Cat People” de David Bowie. Con anterioridad, Jennings y Manson trabajaron juntos en un tema para la serie de televisión “Sons Of Anarchy”, aunque la idea se quedó en una intentona fallida que nunca vio la luz. Pero de ahí surgió una complicidad musical que fue creciendo con el tiempo hasta derivar en una estrecha amistad personal, y por consiguiente, una mejor sintonía mutua para trabajar juntos en otro tipo de proyectos, que finalmente han fructificado en este nuevo disco de Marilyn Manson.
En algunas entrevistas que Manson ha concedido a varios medios en Estados Unidos coincidiendo con el lanzamiento de este single, especialmente Rolling Stone y Revolver Magazine, afirma acerca de la atmósfera que ha rodeado la elaboración de este trabajo: “Es como presionar el botón de reinicio. Golpearlo un par de veces, como cuando tratas cuando estás borracho de cambiar canales con el control remoto del televisor y se te acaba la paciencia. Lo cual es una buena metáfora para explicar este momento de mi vida”.
Pudiera deducirse de estas declaraciones que tras la buena acogida y el alto nivel demostrado en su anterior entrega de estudio, “Heaven Upside Down”, a nuestro protagonista le costase encontrar un nuevo camino de evolución y optase por dejarse llevar simplemente por lo que le apetecía en este momento. Ahí estaría el origen de “Southern”, este nuevo y sorprendente álbum. Aunque sin embargo, en los comienzos de la historia intervendría un tercer actor: David Bowie. “Todo empezó cuando a finales del año pasado, 2018, quedé un día con Shooter en mi casa para tomar algo y escuchar música, y uno de los discos que sonó, y a través del cual empezamos a intercambiar ideas, sensaciones, alucinaciones, fue “Diamond Dogs” de David Bowie. La forma en la que se narran las historias que cuenta ese disco en cada canción es increíble, y los dos las redescubrimos esa tarde-noche, a pesar de que fuera un disco que nos gustase mucho a los dos y lo hubiéramos escuchado infinidad de veces”.
Aunque el título del álbum será finalmente “Southern”, todo lo que lo rodea tiene una carga emocional tan intensa para su protagonista que no ha dejado de sorprender más que la declaración, la casi podría decirse confesión que ha hecho sobre este aspecto: “Creo que es posiblemente el único álbum de mi carrera que debería llamarse Marilyn Manson. Estoy en un momento de mi vida en el que quería contar historias con este disco de manera diferente, es como un museo de cera de mis pensamientos, un viaje por la cámara de los horrores en mi cabeza. Es como un gran cuadro surrealista, yo traté de pintarlo con palabras y Shooter con sonidos, para que puedas ver y escuchar todo ese anhelo, esa pasión y esa desesperación. Es muy intenso, en muchos aspectos muy dramático. No lo compararía con ninguno de mis otros discos, pero si lo escuchas con detenimiento, es como si finalmente hubiera enfocado todo en un solo lugar”.
Esta nueva faceta creativa de Manson se complementa con otra menos conocida y que también ahora se da a conocer: la de artista plástico. Todavía sin título definido a la hora de publicar este artículo, antes del final del año se editará el primer libro de dibujos, pinturas y bocetos de Marilyn Manson. “Es una recopilación de piezas seleccionadas que pensé que sería buena idea mostrar. Probablemente tendrá notas y bocetos escritos a mano, detalles sobre lo que inspiró la pintura, para darle a quien lo lea una idea de lo que estaba sucediendo dentro de mi cabeza. Porque cada vez que pinto, pinto en el suelo y a menudo tomo Polaroids para poder ver la pintura con perspectiva de profundidad; Todavía tengo todas esas fotos de las pinturas, desde el primer trazo hasta el final. A veces es algo interesante de ver”.
Lejos quedan los tiempos de aquel Marilyn Manson de “Antichrist Superstar” en los que se inmolaba como chivo expiatorio de todos los tabúes que la sociedad americana volcaba sobre el rock, el icono de la provocación y la irreverencia. Indudablemente, sigue siendo un músico que conscientemente o no, siempre provoca en determinadas mentalidades y determinadas esferas de poder reacciones de rechazo y escándalo -nuevamente en su último disco, se pretendió por parte de algunas radios y cadenas de televisión muy vinculadas a la administración Trump censurar una de las canciones de “Heaven Upside Down”, “Say 10”, como juego de palabras que quería decir “Satán”- pero ello no impide que su inquietud creativa y su afán por innovar le lleve a descubrir o tal vez a redescubrir sonidos como el country & western y el rock sureño y saber llevarlos a su terreno tanto desde ese punto de vista transgresor y provocador que forma parte de su ADN como artista, como desde ese otro punto de vista reflexivo e inteligente que también le caracteriza como creador y que es indudablemente una de las razones que le han permitido no solamente sobrevivir, sino seguir siendo un artista de vanguardia en el rock americano.
Dijo en cierta ocasión Keith Richards: “Cuando estamos grabando un disco de los Rolling Stones y me paso seis o siete semanas en Nueva York, o en París, o donde sea, escuchando a Mick Jagger y al productor de turno hablar en el estudio de tal o cual compresor de sonido, filtros de ecos para la voz, ecualizadores para mi guitarra y mil y una historias más, cuando terminamos, necesito irme a Jamaica, olvidarme de todo, tumbarme en la hamaca y no escuchar nada más que blues del delta durante un par de semanas. Cada cierto tiempo, tienes que volver a tus raíces”.
Estoy seguro que Marilyn Manson entiende ahora perfectamente a Keith Richards.
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– LoQueSomos en Red
* Nota original del diario “La Región”
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