Eliminar las minas antipersona, la otra lucha de África
Por Algérie Presse Service*.
Traducido por Selodi Gasan Adie.
Los países africanos siguen luchando contra las minas antipersona heredadas del colonialismo o sembradas por los diversos grupos armados que operan en varias regiones, en un momento en que el Sáhara Occidental está considerado como uno de los territorios más contaminados del mundo por estos artefactos explosivos utilizados por Marruecos en violación de todos los convenios internacionales
Desde su independencia, Argelia ha emprendido una carrera frenética para retirar las minas ocultas durante el periodo colonial, sobre todo en las líneas de Challe y Morice, al este y oeste del país.
De hecho, además de todas las atrocidades cometidas durante 132 años de colonización, Francia ha dejado más de 11 millones de minas en Argelia, causando miles de muertos y heridos entre los ciudadanos argelinos.
Más de dos décadas después de la adopción del histórico Tratado de Prohibición de Minas y la creación de la Acción contra las Minas de las Naciones Unidas, varios países africanos, como Malí, Burkina Faso y Níger, también continúan sufriendo las consecuencias de las minas establecidas en sus territorios.
En Libia, donde más de 360 personas han sido víctimas de artefactos explosivos desde 2020, se han retirado 27.400 artefactos explosivos en Trípoli, Misrata, Benghazi y Sirte, según ha informado la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en el país (Manul) que ha subrayado la necesidad hacer más y redoblar los esfuerzos para encaminar al país hacia un futuro más seguro y libre del riesgo de explosiones.
En 2022, los socios libios limpiaron y destruyeron unos 18.000 artefactos explosivos y consideraron seguros 2,3 millones de metros cuadrados de tierra. Sin embargo, más de 15 millones de metros cuadrados de tierra solo en el sur de Trípoli han sido designados como áreas peligrosas sospechosas o confirmadas.
Desde el inicio de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (Minusma) en 2013, los artefactos explosivos improvisados han matado al menos a 93 cascos azules (cifra de junio de 2022).
En Angola, a pesar del final de la guerra civil en 2002, millones de minas terrestres y artefactos explosivos sin detonar todavía están esparcidos por todo el país y el único censo nacional realizado por el gobierno angoleño (en 2014) reveló que aproximadamente 88.000 personas vivían con lesiones por minas terrestres.
En Etiopía, los conflictos armados nacionales e internacionales de los últimos 50 años han dejado un legado de minas terrestres y restos explosivos de guerra (ERW) que acabaron con la vida de 185 personas en la región de Afar y 270 en la región de Amhara.
El caso del Sáhara Occidental
Con motivo del 60 aniversario del establecimiento de la Organización para la Unidad Africana (OUA, actualmente Unión Africana/UA), el pasado 25 de mayo, el Servicio de Acción contra las Minas de las Naciones Unidas (UNMAS) indicó en un mensaje el reconocimiento al trabajo de Acción contra las Minas en el continente, con más de 50 Estados miembros de la UA firmando la Convención de prohibición de minas antipersonal, siendo Marruecos uno de los pocos países que no la ha ratificado.
Consecuencia: el Sáhara Occidental sigue siendo uno de los países más contaminados por las minas implantadas, en particular, a lo largo del muro de arena que separa los territorios saharauis liberados de los territorios ocupados por Marruecos. Una región en la que UNMAS anunció que había reanudado las operaciones de desminado el 23 de mayo.
El 4 de abril, el responsable de la Asociación Saharaui de Acción contra las Minas, Aziz Haidar, indicó durante una reunión en Argel, con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Problema de las Minas y la asistencia en la lucha contra las minas, que el Sáhara Occidental, donde se encuentran esparcidas nada menos que 7 millones de minas, fue catalogado entre los países más minados del mundo, lo que provocó cientos de víctimas en los territorios liberados.
Según la Oficina Saharaui de Coordinación de Acción contra las Minas (SMACO), desde que Rabat rompió el alto el fuego en noviembre de 2020, la actual zona de guerra ha sido contaminada, como nunca antes, por artefactos explosivos sin imprimación implantados por el régimen del Majzén.
Citando estimaciones preliminares, dijo que miles de artefactos dispersos aún no han sido detonados y que no menos de una docena de civiles han muerto en la parte ocupada del Sáhara Occidental desde que se reanudó la guerra con Marruecos.
Según informes de los medios de comunicación, el jefe de operaciones de SMACO también había declarado que, desde noviembre de 2020, el régimen marroquí habría escondido unas 12.000 minas antipersona en la zona de Guerguerat.
* خدمة الصحافة الجزائرية – Algérie Presse Service – APS
– Traducido para LoQueSomos por Selodi Gasan Adie
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