En defensa del derecho a decidir de la región del Donbass
Por Acacio Puig. LQSomos.
Resulta difícil traspasar el nuevo Telón de Acero desinformativo levantado por occidente respecto a Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporizhia, territorios en que tuvieron lugar los referéndums de autodeterminación a fines del pasado septiembre. El oscurantismo, la censura y la falsificación han enturbiado el proceso y es difícil medir resultados y la organización del mismo en un clímax de guerra, atentados y despiadado combate mediático. Aún más difícil cuando la información de masas (el ruido) disponible, procede solo del Oeste.
Aun así, avanzo estas notas obviando el uso previo de la condena a Putin (a Rusia) una condena que se ha convertido en salvoconducto para transitar el camino de lo “políticamente correcto” en estos pagos. Y lo hago consciente de que en un mundo en que los poderes han globalizado la mentira totalitaria, sobra cualquier rastro de prudente respeto a quienes engañan presentándose como los auténticos adalides de los valores democráticos, derechos y cultura occidental, todo lo que cotidianamente niegan sus prácticas.
La mentira está expandiendo un macartismo de nuevo cuño, una dirección obligatoria que tras persecución de publicaciones y agencias de noticias como RToday y Sputnik, avanza en la lamentable labor de la completa supresión de la libertad de expresión e información.
Así leíamos hace unos días, que “la UE faculta a gigantes de internet para censurar noticias de la guerra en Ucrania”
Y antes, el 29 de septiembre, la plataforma inglesa The Grayzone – ya amenazada de cierre-informaba que la eurodiputada francesa Natalie Loiseau había entregado una carta al Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, Joseph Borrell, exigiendo que la Unión Europea imponga sanciones personales a todos los observadores internacionales de las recientes votaciones en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y otros territorios : “Nosotros, como miembros electos del Parlamento Europeo, exigimos que todos aquellos que voluntariamente ayudaron de alguna manera a la organización de estos referéndums ilegítimos sean perseguidos y sancionados individualmente”, declaró Loiseau y aquí puede encontrarse la reseña: Eurodiputado pide sanciones contra observadores electorales occidentales.
Es decir que occidente ha condenado “de oídas” los Referéndums. No envió observadores oficiales, pero hizo contundentes declaraciones de rechazo, los calificó de fraude… y persigue con saña al centenar de voluntarios que se atrevieron a acudir a los mismos, amedrentando cualquier opinión disidente y forzando la extensión de la autocensura.
La saga del Gran Hermano. Capítulo reciente
La ONU, el Departamento de Estado estadounidense, Amnistía Internacional y el complejo mediático-industrial de los Big Media (incluida Wikipedia) embistieron de inmediato contra los referéndums con contenidos muy similares… diríamos que contenidos “de oficio”.
La ONU reafirmaba su compromiso con la integridad territorial de Ucrania y señalaba que los referendos se realizaron fuera del marco legal constitucional de Ucrania etc. etc. No podía faltar la intervención en vídeo de Zelensky, que calificó la consulta de farsa en que “se obligaba a las personas a votar mientras se les amenazaba con una ametralladora”.
El Departamento de Estado USA calificó el referendo como farsa orquestada por Moscú, que no refleja la voluntad del pueblo ucraniano… “Los votos han sido emitidos a punta de pistola”, etc. etc. y continuaba afirmando que nunca reconocería esas áreas como parte de un país que no sea Ucrania a la que darán apoyo el tiempo que sea necesario.
En cuanto a las declaraciones de Amnistía Internacional, bien enterradas por desgracia sus comprometidas declaraciones de agosto que generaron crisis interna y cambio de directores y que recordamos aquí: Amnistía Internacional denuncia la violación del derecho internacional humanitario por parte de las tropas Ucranianas, modificó su curso en sendos comunicados de prensa del 26 y 29 de septiembre. Amnistía insistía en la calificación de los referéndums como “treta carente de legitimad” y en la imagen estadounidense del “a punta de pistola” para enfatizar que cualquier anexión sería ilegal, fragante violación del derecho internacional y reclamar el cese de la guerra de agresión y violaciones de derechos humanos por parte de Rusia y pidiendo que los responsables respondan ante la justicia.
A partir de esos pilares, se retroalimentó aceleradamente toda la carga propagandística de los grandes medios de comunicación, de tertulianos y “expertos” del sistema y dejó de prestarse atención a la noticia anterior, el sabotaje de los Nord Stream. Pronto se pasó del referéndum al reventón del puente de Crimea, hasta que aparezca otra novedad que alimente la ceremonia de la confusión: y es que vivimos tiempos en que el pensamiento es mercancía y el lenguaje, la publicidad para venderla.
Si los datos no son fiables, pensemos en las causas y génesis de lo ocurrido
Los datos efectivamente no concuerdan, para los medios occidentales no se trata solo de una farsa sino de una victoria aplastante del NO a la pregunta sobre formar parte o no de la Federación Rusa (Wikipedia resume esos datos). Para Rusia y los gobiernos del Donbass la victoria del SI es abrumadora (los resumía The Gray Zone).
Pero ¿había causas para ejercer el derecho a decidir, para la Autodeterminación del Donbass? Pienso que sí. Durante estos dos años de conflicto armado hemos tenido ocasión de informarnos de lo que estuvo semi oculto desde hace años y especialmente desde 2014 y el Maidan. También los lectores de Loquesomos por diferentes artículos publicados en la web. Curiosamente esa no aparición del acoso militar -fascistas de Azov integrados rápidamente en el ejército y aparato de estado de Ucrania- y del acoso político ucraniano a las regiones rusas, no fue noticia ni ocupó primeras planas de medios a lo largo de ocho trágicos años.
Tampoco conmovió a nuestra izquierda europea, ni suscitó contundentes declaraciones (ni medidas) de la ONU… Se estaban transgrediendo viejos acuerdos internacionales y también los acuerdos de Minsk, pero no se deseaba obstaculizar la magna operación en marcha: la expansión de la OTAN, ni la compraventa de tierras de Ucrania por la agroindustria, ni la instalación de laboratorios biológicos allí -tardíamente reconocidos por EEUU- ni el recrudecimiento de políticas neoliberales en servicios públicos, empleo y pensiones… Todo eso quedaba oculto tras la imagen de un Zelensky disfrazado de guerrillero de la libertad y teledirigido ante parlamentos de todo el mundo occidental.
Sabemos que las iniciales demandas de Autonomía del Donbass –desarrollo de la precaria autonomía existente bajo la presidencia del depuesto Yanukóvich, respeto de la lengua y cultura rusa, presencia de los partidos del Donbass en el parlamento ucraniano- fueron respondidas por intensos ataques armados, crímenes y sabotajes en fuerte escalada desde 2014 y que las iniciales propuestas electorales pacificadoras de esos territorios, hechas por Zelensky (y que le perimieron ganar electoralmente a Poroshenko) fueron rápidamente descartadas y sustituidas por más acoso militar y político, por la supresión de partidos, además de prohibición del uso del ruso y la persecución de la cultura rusa, incluidas las quemas de libros. Todo eso, que nos recuerda a las medidas duramente represivas del franquismo en las naciones sin estado en nuestro país… ¿Cómo es posible que no haga pensar a nuestra izquierda? …porque ya sabemos que la derecha española e internacional solo admite el derecho a decidir dependiendo de la correlación de fuerzas: Checoslovaquia, ex Yugoslavia, Kosovo, etc. etc. SÍ… mientras que en otros lugares (…) hay que ganarse la Autodeterminación con el combate social.
De modo que, para los detractores de la calificada como farsa electoral las comillas acompañan cualquier mención al “referéndum” -como sublime descrédito- y se habla siempre de Territorios Ocupados. Para el otro campo, por el contrario, se trata de Territorios Liberados… ¿y para las poblaciones rusas del territorio? Pues en tanto que masacradas y violentadas durante años no es difícil suponer que celebran los resultados como una victoria y esperan -en un clímax de guerra y frentes militares abiertos- la protección militar rusa que contrarreste el súper armamento de Ucrania por la OTAN… y esperan su incorporación definitiva a la Federación Rusa, en enero de 2024 como Repúblicas integrantes de la misma.
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