Esto no es un título, es un grito ¡Palestina!
Asesinos, malnacidos. No tenéis nombre dentro de la miseria y lo miserable que puede llegar a ser la humanidad en este mundo.
Les habéis vaciado los sesos, frase hecha que literalmente no puede expresar mejor, las imágenes de la realidad del crimen organizado.
Piernas desgarradas, muñones al aire, morgue al sol en la arena de la playa, sabanas que envuelven las esperanzas entre extremidades descompuestas y fuera de lugar.
Les habéis roto sus pequeños cuerpos, robado sus sueños, quitado la vida ¿en que andarían jugando? a la guerra, tal vez.
58.000 niños de Gaza se han visto afectados por muerte, lesiones o pérdida de la vivienda.Niños presos, detenidos, maltratados, marcados.
¡Ah! pero tranquilos, nos son tus hijos, ni los de él, ni los míos. Queda lejos, está lejos.
Canallas, hipócritas. Sois la mayor vergüenza de la humanidad, cada día hacéis más por igualaros al sanguinario nazismo. No hay sitio para más heridos en los hospitales, no hay lugar en los depósitos de cadáveres para más asesinad@s. No cabe más muerte.
Imágenes omitidas de la realidad que no pueden salir en nuestro telediario, romperían de inmediato nuestra habitual apatía e indiferencia ante la noticia de la guerra, retratos muertos que nos producirían arcadas de nuestro almuerzo. Políticamente incorrecto para ser visto, no apto en horario infantil, laberinto fotográfico sinphotoshop.
Escuchar, oír, sentirse seguro en la mentira constante, en la maniobra interminable, mass-media, TVs, radios constantemente escupiendo, vomitando la manipulación, tertulianos nauseabundos pagados con el dinero de la muerte expulsando desde sus orificios la mentira, teatros en directo de la farsa, disfraces progres manchados de sangre, empapados de sangre.
Bombardeos selectivos, objetivos determinados, muertes colaterales, negocios legales con el asesinato y la injusticia. Fabricamos muerte, vendemos muerte, expandimos muerte.
Criminales, embusteros. No habrá paz para los asesinos ¡nunca! merecéis el castigo de la justicia, donde quiera que esté, Israel es un estado asesino, el sionismo es delictivo.
Inmóvil, fijo a la pantalla, miro fotografías, no puedo, pero vuelvo, sigo, y lo dejo, repito, no, retorno.
Cuesta tanto poder mantener la razón en su sitio, juntar dos letras para formar una palabra, abrir la boca para articular un eco, porque lo único que querría ahora seria gritar, gritaros, chillar hasta ser incapaz de emitir un sonido.
Y mientras, ahora mismo, las cifras se mueven como un reloj del tiempo que inexorable avanza al segundo siguiente, para construir minutos, horas, días. Y mientras tanto, ahora mismo, las cifras de heridos avanzan construyendo muertes. Vivir en tu tierra es un problema, nacer palestino es la acusación.
¿Y la ONU? pensando, condenando… Organismos internacionales carentes de decisión, de ayuda de apoyo. Organismos internacionales que legalizan el terrorismo sionista. Organismos internacionales que son cómplices de su mediocridad callada, comunidad internacional que sigue legalizando los genocidios en el transcurso de la historia.
Palestina que lejos estás, invadida, saqueada, violada, negada, renegada.
Yo quiero ser palestino…