Fallece Sabin Arana Bilbao, un represaliado, un resistente
Represaliado del franquismo, destacado euskaltzale y activo integrante de Goldatu, el año pasado viajó a Argentina con otros compañeros para prestar declaración en la causa abierta por la magistrada de aquel país María Servini de Cubría.
Miembro de la ETA original, en sus últimos años impulsó la iniciativa para que los crímenes del franquismo sean juzgados en Argentina.
Este pasado 9 de septiembre murió en Vitoria-Gasteiz el tenaz luchador antifranquista Sabin Arana (Sestao, Bizkaia, 1944). Tomó contacto con ETA allá por 1959 aunque, como solía contar, “aquello tenía, entonces, más de aventura intrépida que de clandestinidad”.
Nueve años preso
Sabin Arana, vecino de Sestao, inició su militancia política en la década de los 60 lanzando por la noche pequeñas ikurriñas, realizando pintadas y acudiendo a reuniones «clandestinas». En 1962, recibió su primera multa «gubernativa». 25.000 pesetas por bailar y tocar el txistu en fiestas junto al grupo de baile al que pertenecía. Aquel «desafío» no gustó a las autoridades. Arana fue enviado a prisión durante un mes por no pagar la multa. En año 1962 era ya el responsable de ETA en Sestao, pero a principios de 1963 cayó enfermo de tuberculosis. Eso significaba reposo absoluto, así que se dio a una lectura que, aun siendo bastante desordenada —desde la Summa teológica de Tomás de Aquino hasta Los condenados de la tierra de Frantz Fanon-— le llevó a indagar sobre las desigualdades sociales y a abrir su conciencia socialista.
En 1964, fue nuevamente detenido y, dos años después, absuelto. Dos años después pasó a la clandestinidad como miembro liberado de ETA y responsable político de alguno de sus herrialdes (zonas).
En marzo de 1968, ya en plena clandestinidad, fue arrestado en Araba. Estuvo cuatro días en comisaría. «Me podían haber tenido dos días más. Pero no pudieron hacerlo por el estado en el que estaba. Las torturas fueron, realmente, duras. En los interrogatorios participaron agentes de Bilbo, Donostia, Iruñea. Tuvieron que llevarme a un hospital y, de ahí, fui directamente encarcelado. No recuerdo ya cuántos meses estuve en la enfermería», señalo a GARA.
«Los expresos somos testigos vivos de la represión. Aunque Baltasar Garzón no es un personaje de nuestro gusto, con su procesamiento quedó claro el poder que siguen teniendo los franquistas, insertados aún en la Administración, en la Judicatura…», remarca. Agradece a los organismos de derechos humanos argentinos su apoyo y solidaridad, «compañeros en el sufrimiento y en la lucha» contra la impunidad. Tarea que Goldatu comparte en Euskal Herria con Lau Haizetara, Ahaztuak, Martxoak 3…
Los ocho largos años de cárcel hasta que salió amnistiado el año 1977 fueron extraordinariamente activos e importantes.
Estando él en la prisión de Carabanchel, el 7 de junio de 1968, cayeron muertas las dos primeras personas en un enfrentamiento entre la Fuerzas de Seguridad del Estado y ETA: el número de la guardia civil José Pardines y Txabi Etxebarrieta, miembro liberado de ETA y uno de los principales referentes de la organización. Horas más tarde era detenido Iñaki Sarasketa, que fue condenado a muerte, aunque la pena le sería conmutada. Semanas después el comisario jefe de la Brigada Político Social de Gipuzkoa, Melitón Manzanas, caía muerto en un atentado de ETA. Se instauró el estado de excepción y las cárceles se llenaron. Periodo de intensa vida en ellas y periodo en que la formación y el estudio cobraron una gran importancia para Sabin Arana.
En 1970 se produjo la ruptura entre ETA 5ª Asamblea (la que tuvo después prolongación en la organización armada) y ETA 6ª Asamblea, que inició un proceso de conversión en organización política vasca de izquierda revolucionaria. Fuera de las cárceles, ETA 6ª se fusionó con la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) y buena parte de presas y presos, Sabin Arana entre ellos, lo apoyaron. Formó parte del fallido intento de fuga de la prisión de Segovia.
Tras su amnistía, Sabin Arana siguió haciendo lo que había hecho siempre: escuchar mucho, explicar bien y mantener compromisos.
Arana fue uno de los promotores e impulsores de ‘Geu-Gasteiz’, publicación nacida a principios de los 90. También fue director de HABE y profesor de Irale, el servicio de enseñanza y mejora del euskara para el profesorado.
En este momento formaba parte muy activa y decisiva del movimiento que se está creando para que la juez de Buenos Aires (Argentina) María Servini de Cubria impute en una causa contra el franquismo a exministros, exjueces y expolicías diversos. Hace unas semanas formó parte de la delegación que viajó a Buenos Aires. Estos días, mientras el resto de la delegación repetía viaje, Sabin Arana moría en Vitoria por un maldito e inesperado cáncer.
* Notas extraídas del diario “El País”, del diario “GARA” y del portal NAIZ